Para ustedes elaboramos esta investigación en los umbrales del inicio de una nueva batalla contra los grupos takfiristas armados en la frontera libanesa-siria, cuya descripción tal vez carezca de algunos detalles relacionados con los combatientes y las posiciones militares. Vale la pena mencionar que todos los nombres son ficticios.
La altura de los montes que visitamos en Qalamoun, en la frontera libanesa-siria, llega a 1850 metros sobre el nivel del mar. Son montañas rocosas e inexpugnables y no han sido pobladas desde su conformación geográfica. Son montañas altivas y están vacías y no tenían más importancia en el mapa que el hecho de constituir los Montes de Qalamoun y sus montañas situadas en la cadena montañosa oriental de Líbano y Siria. Las circunstancias quisieron que esta tierra aislada y que no había sido pisada por los pies de los hombres se convirtiera en el centro de la atención del mundo y de las grandes fuerzas políticas, incluido el enemigo israelí, desde que se desató la crisis en Siria hasta hoy, y que arribaran los grupos takfiristas a las fronteras libanesas.
El camino a las postas militares duró de media hora a 45 minutos. Desde los pueblos de Qalamoun en dirección a las zonas montañosas de Al Yabba y Arsal Al Ward. Lo que no sabe nadie es que los combatientes estuvieron tres días incomunicados sin poder contactar a nadie en todas las montañas producto de la fuerte tormenta “Zena” que se produjo hace meses. Luego de que la nieve llegó a alcanzar allí dos metros de altura. Excepto que los aprovisionamientos y pertrechos necesarios para enfrentarse a la estación del invierno fueron suficientes para garantizar que los combatientes se mantuvieran firmes y resistiendo y consideraron que lo que sucedió fue un receso para el combatiente. Asimismo, los combatientes se vistieron por primera vez con uniformes militares de fabricación rusa, especiales para el invierno, que no puede la lluvia, ni siquiera el viento penetrar.
La altura de los montes que visitamos en Qalamoun, en la frontera libanesa-siria, llega a 1850 metros sobre el nivel del mar. Son montañas rocosas e inexpugnables y no han sido pobladas desde su conformación geográfica. Son montañas altivas y están vacías y no tenían más importancia en el mapa que el hecho de constituir los Montes de Qalamoun y sus montañas situadas en la cadena montañosa oriental de Líbano y Siria. Las circunstancias quisieron que esta tierra aislada y que no había sido pisada por los pies de los hombres se convirtiera en el centro de la atención del mundo y de las grandes fuerzas políticas, incluido el enemigo israelí, desde que se desató la crisis en Siria hasta hoy, y que arribaran los grupos takfiristas a las fronteras libanesas.
El camino a las postas militares duró de media hora a 45 minutos. Desde los pueblos de Qalamoun en dirección a las zonas montañosas de Al Yabba y Arsal Al Ward. Lo que no sabe nadie es que los combatientes estuvieron tres días incomunicados sin poder contactar a nadie en todas las montañas producto de la fuerte tormenta “Zena” que se produjo hace meses. Luego de que la nieve llegó a alcanzar allí dos metros de altura. Excepto que los aprovisionamientos y pertrechos necesarios para enfrentarse a la estación del invierno fueron suficientes para garantizar que los combatientes se mantuvieran firmes y resistiendo y consideraron que lo que sucedió fue un receso para el combatiente. Asimismo, los combatientes se vistieron por primera vez con uniformes militares de fabricación rusa, especiales para el invierno, que no puede la lluvia, ni siquiera el viento penetrar.
La altura de la nieve en las diferentes montañas llevó a la Dirección de Hizbullah a utilizar por primera vez en el campo de batalla (AQUÍ FALTA ALGO) , con el objetivo de trasladar la comida y el petróleo, y en ocasiones a algunos soldados que habían terminado sus guardias. En el camino a las montañas dice Hamza (nombre ficticio), quien es uno de los combatientes, “nunca me imaginé que iba a manejar un Skydu aquí y en la guerra. Un experto nos enseñó a algunos de nosotros a manejar. Y entonces cada uno de nosotros enseñó al otro... Y tranquiliza a los jóvenes si puedes... Acota sonriendo. Completa Kazem, quien también estuvo en la zona durante la tormenta: “Fui a la posición y no daba crédito a que yo estaba encima de la posición y los hermanos estaban por debajo de mi, a una profundidad de dos metros, quitando la nieve de la puerta de Duchma (barricada). Escuché sus voces mientras abrían un agujero en la nieve. Los llamé y me respondieron por debajo de la nieve.
Kazem acotó que los hermanos consideraron que este era un receso del combatiente porque en aquellos momentos el enemigo no podía acercarse ni un solo metro desde sus posiciones frente a nosotros. Tenían buenos aprovisionamientos y suficiente calefacción. Desde este punto de vista era buena la situación.
Nos da a conocer el Jefe Badr, antes de llegar a los montes, que los combatientes que recibiríamos estaban en la flor y nata de su juventud, y que tenían de 20 a 35 años y que poseen experiencia militar, se entrenaron en campamentos de Hizbullah y en la guerra en Siria. Otros la adquirieron en el Sur del Líbano luchando contra el enemigo israelí. Todos los combatientes jóvenes pertenecen a las Fuerzas Élite, que se supeditaban al líder y mártir Imad Moughnieh. Todo el mundo aquí tiene sus misiones militares, son francotiradores, o de la infantería, ingeniería y otros. El Jefe Badr libró las dos guerras contra el enemigo israelí y contra los takfiristas. “No hemos librado una guerra de ciudades contra el enemigo israelí, sino en muy contadas ocasiones, al contrario de Siria, en que hay roce directo, un enfrentamiento directo, de pared a pared. Como experiencia personal, la lucha con Israel, cara a cara, tiene su modo especial en el enfrentamiento porque ambos tenemos mayor conocimiento sobre la ciencia militar. El takfirista es un enemigo necio, no tiene regla de juego alguna, a pesar de que los dos son enemigos y ambos quieren matarnos.
No hay duda de que los combatientes que han adquirido nueva experiencia combativa en la guerra de las ciudades, al contrario de la vieja generación, tienen un futuro militar diferente. Y aquí Badr dice con toda seguridad y tranquilidad, “esos combatientes jóvenes son la nueva generación de la Resistencia. Serán mucho más fuertes que nosotros porque tienen una gran experiencia, una experiencia diferente. Ellos están llenos de vida y de energía. La ciencia y el desarrollo también juegan su papel en nuestra época. En el terreno nos enorgullece ver y constatar la fuerza de cada uno de ellos. Suben las montañas, corren largas distancias, libran cruentos combates con una enorme fortaleza corporal. Y completa su explicación el Jefe Badr diciendo: “Ellos están lidiando con una tierra que no es la suya, desde el sol quemante en verano hasta la nieve y las bajas temperaturas, hasta 10 grados bajo cero.. Asimismo, la mayoría de los ejércitos del mundo no pueden adaptarse a estas circunstancias que ciertamente se pueden calificar de inhóspitas.
Kazem acotó que los hermanos consideraron que este era un receso del combatiente porque en aquellos momentos el enemigo no podía acercarse ni un solo metro desde sus posiciones frente a nosotros. Tenían buenos aprovisionamientos y suficiente calefacción. Desde este punto de vista era buena la situación.
Nos da a conocer el Jefe Badr, antes de llegar a los montes, que los combatientes que recibiríamos estaban en la flor y nata de su juventud, y que tenían de 20 a 35 años y que poseen experiencia militar, se entrenaron en campamentos de Hizbullah y en la guerra en Siria. Otros la adquirieron en el Sur del Líbano luchando contra el enemigo israelí. Todos los combatientes jóvenes pertenecen a las Fuerzas Élite, que se supeditaban al líder y mártir Imad Moughnieh. Todo el mundo aquí tiene sus misiones militares, son francotiradores, o de la infantería, ingeniería y otros. El Jefe Badr libró las dos guerras contra el enemigo israelí y contra los takfiristas. “No hemos librado una guerra de ciudades contra el enemigo israelí, sino en muy contadas ocasiones, al contrario de Siria, en que hay roce directo, un enfrentamiento directo, de pared a pared. Como experiencia personal, la lucha con Israel, cara a cara, tiene su modo especial en el enfrentamiento porque ambos tenemos mayor conocimiento sobre la ciencia militar. El takfirista es un enemigo necio, no tiene regla de juego alguna, a pesar de que los dos son enemigos y ambos quieren matarnos.
No hay duda de que los combatientes que han adquirido nueva experiencia combativa en la guerra de las ciudades, al contrario de la vieja generación, tienen un futuro militar diferente. Y aquí Badr dice con toda seguridad y tranquilidad, “esos combatientes jóvenes son la nueva generación de la Resistencia. Serán mucho más fuertes que nosotros porque tienen una gran experiencia, una experiencia diferente. Ellos están llenos de vida y de energía. La ciencia y el desarrollo también juegan su papel en nuestra época. En el terreno nos enorgullece ver y constatar la fuerza de cada uno de ellos. Suben las montañas, corren largas distancias, libran cruentos combates con una enorme fortaleza corporal. Y completa su explicación el Jefe Badr diciendo: “Ellos están lidiando con una tierra que no es la suya, desde el sol quemante en verano hasta la nieve y las bajas temperaturas, hasta 10 grados bajo cero.. Asimismo, la mayoría de los ejércitos del mundo no pueden adaptarse a estas circunstancias que ciertamente se pueden calificar de inhóspitas.
Chocolates, dátiles, pasas.. y una sonrisa.
Poco a poco nos alejamos de todas las manifestaciones de la vida. No hay huertos agrícolas ni hogares en que vive la familia. Nos abrimos camino para llegar a diversas postas militares conjuntas del ejército sirio y Hizbullah. Tal vez la palabra no sea suficientemente expresiva, rocas, piedras dispersas, arena, máquinas demoledoras del Frente Al Nusra y algunas cuevas en que se encontraron sacos con materia prima y sustancias para fabricar explosivos, para habilitar carros bombas, esos que se enviaban al Líbano y cuyo blanco eran los civiles. Llegamos con dificultad a una posición avanzada del ejército sirio. Una célula militar organizada con alta disposición combativa. Equipos bélicos de la artillería, ametralladoras y otras armas para enfrentar a los elementos armados se hallaban dispersas por la posta. Mientras que los combatientes se encuentran cada uno en su lugar y cumpliendo su misión. Hasta aquí esta descripción.
Los combatientes que visten uniformes militares de un color que evoca el desierto reciben a sus visitantes extrañados en un lugar en que están acostumbrados a no recibir ningún visitante que no venga vestido de militar. Excepto que la sorpresa por la llegada de estos huéspedes inesperados que arriban justamente en este momento, no les impide saludarlos y darles la bienvenida con respeto y consideración. El responsable de la posta militar nos recibe con una sonrisa que se mantuvo todo el tiempo y nos presenta a los combatientes.
Otros combatientes corren para ofrecer la modesta hospitalidad con chocolates, dátiles y pasas, además del agua, en un lugar en que tal vez uno se extrañe de ver cómo tienen el tiempo para cumplir con el deber de brindar la hospitalidad. Quizás esta sea una peculiaridad que prevalezca cualesquiera que sean las circunstancias.
Está claro que la relación del Jefe militar Badr con los combatientes es más que buena. Todos le saludan cálidamente y parece ser el padre de ellos. Después se le preguntó al respecto. Badr responde diciendo: “Ellos están en el campo de batalla y como responsable tengo que estar siempre a su lado”. Aquí subraya la relación fraternal que se ha desarrollado con los soldados del ejército sirio. Se ha desarrollado entre nosotros una relación fraternal sobre la base del respeto mutuo, la confianza, el sacrificio, frente a aquellos takfiristas del Frente Al Nusra y de Daesh.
Se aprecian barricadas dispersas por doquier sobre las cuales se iza la bandera siria. Algunos combatientes descansan y duermen en los campamentos militares, se acuestan en colchas cuyo ancho es menos de un metro, sus intereses van desde la lectura del Corán hasta los libros de rezos. Asimismo, hay una casa de campaña destinada a ofrecer los alimentos, enlatados y el agua. No hay televisor, está totalmente prohibido utilizar el teléfono. Los combatientes no reciben ninguna noticia de sus familias ni acerca de los sucesos que acontecen en 15 días. Todo se desarrolla de acuerdo a sus misiones y al curso de los acontecimientos en el terreno. En cuanto a la recreación, se limita a entretenerse levantando barricadas, o asumiendo la limpieza, o conversando con los hermanos y pasando un rato con ellos.
Ante el estruendo de la artillería del ejército sirio, que dispara contra los elementos armados en las zonas montañosas de Falita, nos sentamos todos en forma circular para tomar el te y así disminuir el efecto del fuerte viento que sopla. Así tuvimos esta charla con los combatientes.
Hadi, de 34 años, tiene dos hijos, y ambos siempre le preguntan por qué está ausente del hogar y le dicen que lo extrañan. Él también los extraña, “Pienso en mi esposa, en mis hijos y los extraño. Le preguntan a su mamá dónde se encuentra papá. Ella les dice que está trabajando. Por la naturaleza del niño quiere conocer en qué trabaja su padre y en cada ocasión le digo una profesión específica”. Pero la nostalgia que siento por ellos fortalece mi firme decisión de defenderlos, defender el futuro, defender mi tierra y defender a todos los libaneses. Hadi, como otros, se acostumbró a la nueva tierra. Pero, la naturaleza de las montañas hace que esta batalla sea diferente a otras. “Aquí no se duerme, tenemos un deber que cumplir y hay que proteger a nuestras familias. Vamos a cualquier lugar que tengamos que ir para defender a nuestras familias. Somos capaces de enfrentar cualquier circunstancia difícil. Nos hemos aclimatado a esta tierra y a sus difíciles condiciones, más difíciles que las de cualquier otro lugar. Pero nos hemos acostumbrado a su medio y ya lo comprendemos bien.”. Es diferente a otros lugares en que estuvimos antes.
“Somos uno con el ejército sirio, desatan la guerra contra ellos y contra nosotros. Hemos cogido experiencias de ellos y ellos han adquirido experiencia de nosotros. Todo lo compartimos en igualdad de condiciones, las informaciones, la lucha, todo. Lo que afecta a Siria nos afecta a nosotros también. Ese es el único eje y tenemos un destino común en esta guerra. La fuerza moral de los combatientes es muy alta. Existe una alta disposición psicológica y militar, como en cualquier otro terreno, como en cualquier otra batalla. Existe más empeño y determinación que nunca en que esta batalla en los montes sea la última y la más dura para expulsar a los takfiristas . Se trata de nosotros o ellos, plantea Hadi resueltamente. No permitiremos que estas ideas oscurantistas y atrasadas nos gobiernen y se impongan, y no permitiremos que pongan en venta a nuestras mujeres, a nuestras familias y a nuestros niños en subastas, como han hecho con las mujeres de muchas zonas de Siria y de Iraq.
Los combatientes que visten uniformes militares de un color que evoca el desierto reciben a sus visitantes extrañados en un lugar en que están acostumbrados a no recibir ningún visitante que no venga vestido de militar. Excepto que la sorpresa por la llegada de estos huéspedes inesperados que arriban justamente en este momento, no les impide saludarlos y darles la bienvenida con respeto y consideración. El responsable de la posta militar nos recibe con una sonrisa que se mantuvo todo el tiempo y nos presenta a los combatientes.
Otros combatientes corren para ofrecer la modesta hospitalidad con chocolates, dátiles y pasas, además del agua, en un lugar en que tal vez uno se extrañe de ver cómo tienen el tiempo para cumplir con el deber de brindar la hospitalidad. Quizás esta sea una peculiaridad que prevalezca cualesquiera que sean las circunstancias.
Está claro que la relación del Jefe militar Badr con los combatientes es más que buena. Todos le saludan cálidamente y parece ser el padre de ellos. Después se le preguntó al respecto. Badr responde diciendo: “Ellos están en el campo de batalla y como responsable tengo que estar siempre a su lado”. Aquí subraya la relación fraternal que se ha desarrollado con los soldados del ejército sirio. Se ha desarrollado entre nosotros una relación fraternal sobre la base del respeto mutuo, la confianza, el sacrificio, frente a aquellos takfiristas del Frente Al Nusra y de Daesh.
Se aprecian barricadas dispersas por doquier sobre las cuales se iza la bandera siria. Algunos combatientes descansan y duermen en los campamentos militares, se acuestan en colchas cuyo ancho es menos de un metro, sus intereses van desde la lectura del Corán hasta los libros de rezos. Asimismo, hay una casa de campaña destinada a ofrecer los alimentos, enlatados y el agua. No hay televisor, está totalmente prohibido utilizar el teléfono. Los combatientes no reciben ninguna noticia de sus familias ni acerca de los sucesos que acontecen en 15 días. Todo se desarrolla de acuerdo a sus misiones y al curso de los acontecimientos en el terreno. En cuanto a la recreación, se limita a entretenerse levantando barricadas, o asumiendo la limpieza, o conversando con los hermanos y pasando un rato con ellos.
Ante el estruendo de la artillería del ejército sirio, que dispara contra los elementos armados en las zonas montañosas de Falita, nos sentamos todos en forma circular para tomar el te y así disminuir el efecto del fuerte viento que sopla. Así tuvimos esta charla con los combatientes.
Hadi, de 34 años, tiene dos hijos, y ambos siempre le preguntan por qué está ausente del hogar y le dicen que lo extrañan. Él también los extraña, “Pienso en mi esposa, en mis hijos y los extraño. Le preguntan a su mamá dónde se encuentra papá. Ella les dice que está trabajando. Por la naturaleza del niño quiere conocer en qué trabaja su padre y en cada ocasión le digo una profesión específica”. Pero la nostalgia que siento por ellos fortalece mi firme decisión de defenderlos, defender el futuro, defender mi tierra y defender a todos los libaneses. Hadi, como otros, se acostumbró a la nueva tierra. Pero, la naturaleza de las montañas hace que esta batalla sea diferente a otras. “Aquí no se duerme, tenemos un deber que cumplir y hay que proteger a nuestras familias. Vamos a cualquier lugar que tengamos que ir para defender a nuestras familias. Somos capaces de enfrentar cualquier circunstancia difícil. Nos hemos aclimatado a esta tierra y a sus difíciles condiciones, más difíciles que las de cualquier otro lugar. Pero nos hemos acostumbrado a su medio y ya lo comprendemos bien.”. Es diferente a otros lugares en que estuvimos antes.
“Somos uno con el ejército sirio, desatan la guerra contra ellos y contra nosotros. Hemos cogido experiencias de ellos y ellos han adquirido experiencia de nosotros. Todo lo compartimos en igualdad de condiciones, las informaciones, la lucha, todo. Lo que afecta a Siria nos afecta a nosotros también. Ese es el único eje y tenemos un destino común en esta guerra. La fuerza moral de los combatientes es muy alta. Existe una alta disposición psicológica y militar, como en cualquier otro terreno, como en cualquier otra batalla. Existe más empeño y determinación que nunca en que esta batalla en los montes sea la última y la más dura para expulsar a los takfiristas . Se trata de nosotros o ellos, plantea Hadi resueltamente. No permitiremos que estas ideas oscurantistas y atrasadas nos gobiernen y se impongan, y no permitiremos que pongan en venta a nuestras mujeres, a nuestras familias y a nuestros niños en subastas, como han hecho con las mujeres de muchas zonas de Siria y de Iraq.
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