La República Árabe de Siria, pequeño país del Levante Mediterráneo sufre desde marzo del año 2011 una de las agresiones terroristas más sangrientas desde la invasión estadounidense a Irak y Afganistán a inicios del Siglo XX. 250 mil muertos, 1 millón de heridos, 7.6 millones de desplazados internos y 4 millones de refugiados, principalmente en países vecinos.
La destrucción de gran parte de su infraestructura de servicio en las regiones del norte y noreste del país, junto al robo de su riqueza petrolífera son algunas de las consecuencias de los ataques terroristas de bandas takfiríes, junto a la acción de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y sus aliados, que bajo la excusa de atacar a Daesh, han signado sus bombardeos sobre bienes e infraestructura de Siria, con el objeto de seguir debilitándola.
EL FACTOR IRANÍ
Siria está en una zona compleja, explosiva donde se cruzan intereses económicos, políticos, religiosos y de conflictos de dominio, que no sólo tienen a Estados Unidos, Inglaterra, Arabia Saudí, Turquía e Israel como actores contrarios al Gobierno sirio, sino también aliados de Damasco como Rusia e Irán que ven en la agresión a Siria, políticas encaminadas a agredir igualmente a sus países y seguir generando tensiones que produzcan la excusa para intervenir directamente en Siria o como se ha hecho hasta ahora a través de una campaña de bombardeos, supuestamente para debilitar a Daesh, pero que han servido para tratar de debilitar a las fuerzas sirias. Sólo gracias a la fuerte decisión de Rusia e Irán las potencias occidentales, como sus socios y títeres regionales han frenado sus ansias de atacar directamente a Siria.
Uno de los actores claves en la región y que debe ser considerado sí o sí para cualquier salida negociada que se tenga con relación a Siria, es Irán. Así se entiende no sólo en el mundo medio oriental sino también en los análisis de especialistas como el alemán Jakob Augstein quien en un interesante análisis sobre la región ha señalado: “Si Estados Unidos está determinado a cesar la crisis en Siria, debe dejar de lado sus amenazas de guerra y poner en su agenda el diálogo con Irán, reconociendo el relevante papel del país persa en vías del restablecimiento de la paz en Siria”. El análisis político más fino es claro también respecto a la necesidad de entender y actuar en consecuencia, que para detener la violencia en Siria, es que regímenes como el turco, las monarquías del Golfo y la entidad sionista tienen que "quitar el dedo del gatillo” y dejar de apoyar a los grupos terroristas con la convicción que esa orden debe provenir directamente de Washington, para quien esa conducta criminal es funcional a su intereses hegemónicos.
Desde el inicio de la agresión contra Siria, la República Islámica de Irán se ha mostrado como un país con el cual se puede contar en materia de búsqueda de soluciones. Prueba de ellos fue el Plan de 6 puntos, ofrecido a fines del año 2012 que contemplaba: poner fin a los actos violentos y armados bajo la supervisión de la ONU; envío de ayuda humanitaria al pueblo sirio tras el fin del conflicto; continuar el diálogo entre el gobierno y representantes de todos los grupos sirios sin exclusiones; acabar con la manipulación mediática que se emplea contra Siria; poner en libertad a todos los sirios detenidos por motivos políticos y finalmente, formar un comité para evaluar los daños causados en la infraestructura de Siria y determinar sus prioridades de reconstrucción.
Ese plan no fue considerado en función del interés de Occidente y de sus aliados regionales de seguir presionando a Irán en materias del programa nuclear y que derivó, finalmente, en la firma del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en Ingles) entre el G5+1 e Irán, en Viena, la capital austriaca, en julio del año 2015. Plan que para la jefe de la Diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, representa un desastre para el terrorismo takfirí y una oportunidad de relanzar la alianza de civilizaciones. La JCPOA ha significado también un rotundo éxito en las políticas de soberanía de la nación persa y que ha dado nuevos aíres a las propuestas de paz que pueden ser presentadas por Teherán. Así se ha ido perfilando un nuevo plan de paz apoyado por Irán y presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde queda claro que la única salida viable para el contencioso en Siria es por la vía política.
El Gobierno de Irán ha aplaudido el nuevo plan de paz para Siria, diseñado por el enviado especial a Siria, Staffan de Mistura, y respaldado a fines de agosto por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, resaltando que el mismo muestra un mejor entendimiento de la realidad en el país árabe con una percepción correcta de lo que sucede allí. La portavoz de la Cancillería iraní, Marzie Afjam, sostuvo que "este plan se acerca a una percepción correcta de la realidad actual en la escena política y los campos de batalla en Siria por parte de los actores regionales e internacionales. Para irán, el pueblo sirio y su gobierno juegan un papel principal a la hora de dejar atrás estos años de agresión y es la comunidad internacional la que debe ayudar a Siria en este camino en el marco de sus funciones”.
La iniciativa planteada por De Mistura planeta abordar cuatro campos de discusión en diversos grupos de trabajo: seguridad, cuestiones del ámbito jurídico y político, cuestiones militares y de lucha contra el terrorismo y continuidad de los servicios públicos, reconstrucción y desarrollo. El documento apoyado por Irán y del cual participó en sendas conversaciones tenidas con De Mistura reclama a los actores que actúen de buena fe y que colaboren con urgencia en la aplicación del llamado Comunicado de Ginebra, que contempla un alto al fuego de inmediato. La importancia de este texto radica, en que es el primer documento que consigue la aprobación del Consejo de Seguridad en los últimos dos años lo que va conformando la certeza que la vía de solución al conflicto que desangra a Siria va por la vía política y no seguir apoyando a las bandas terroristas, que han generado una grave crisis humanitaria en el país levantino.
El pasado 1 de septiembre el vicecanciller iraní para Asuntos Árabes y Africanos, Husein Amir Abdolahian, se reunió en Beirut, la capital libanesa, con el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura. En dicho encuentro el alto funcionario iraní afirmó que: “el presidente Bashar al-Asad forma parte de cualquier medida política en Siria. A juicio de Irán, el señor Al-Asad es una parte de cada solución política para el futuro de Siria. Y, cualquier salida diseñada para resolver la crisis que atraviesa este territorio tiene que estar basada en la voluntad de la nación siria y su derecho para determinar su destino”.
Para Amir Abdolahian, el Gobierno iraní, sus líderes políticos y religiosos le asignan una enorme importancia a la lucha contra el terrorismo en la zona en general y en Siria en particular. Por ello los esfuerzos de irán en restablecer la paz en Siria y el llamado a que las naciones apoyen este esfuerzo para erradicar el terrorismo encarnado por estos grupos takfiríes donde el papel de las Naciones Unidas puede jugar un rol fundamental. Para De Mistura las palabras y acciones del Gobierno iraní son compartidas por la organización internacional “frenar la expansión de los grupos terroristas tiene una importancia particular para la comunidad internacional y estamos al tanto de la postura de la República Islámica ante este asunto. La República Islámica de Irán se encuentra entre los países influyentes y puede desempeñar un papel destacado en la región. Teniendo en cuenta la voluntad del pueblo sirio, intentamos buscar una medida política para salir del conflicto”, declaró el alto funcionario internacional.
ESFUERZOS POLÍTICOS PARA LA PAZ
Irán apoya los esfuerzos internacionales para lograr la paz en Siria y al mismo tiempo ha declarado su disposición y decisión de presentar su plan de paz al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Plan que ha sido trabajado y analizado minuciosamente con las autoridades sirias. El plan iraní incluye "un cese el fuego inmediato en Siria, la formación de un gobierno de unidad nacional, una enmienda de la Constitución (...) para garantizar el derecho de las minorías étnicas y religiosas y la organización de elecciones supervisadas por observadores internacionales". El trabajo diplomático, político y de apoyo efectivo a Siria ha sido fructífero, creando un cambio estratégico en la visión de los actores regionales en cuanto a Siria. Esto, pues hace cuatro años muchos actores extranjeros – aquellos países decididos a arrasar con Siria, fragmentarlo y generar con ello una política de cerco a irán – optaban por una solución militar en Siria, ahora buena parte de ellos, cree que la vía política es la mejor solución para zanjar la crisis siria.
A pesar del destacado trabajo diplomático iraní, la firme defensa de su soberanía por parte de Siria y sus aliados, no hay que desdeñar las siempre presente amenazas de los círculos más belicistas de Estados Unidos, Inglaterra y sus socios turcos, de la Casa Al Saud y la entidad sionista, empeñados en torpedear cualquier iniciativa que traiga la paz al golpeado pueblo sirio. Informes de inteligencia dados a conocer en su oportunidad por el propio exsecretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel – hoy reemplazado por Ashton Carter – daba a conocer que las presiones contra Obama se habían intensificado de tal manera, desde los sectores más guerristas en Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Israel, que el mandatario estadounidense había pedido al Pentágono prepararse ante posibles acciones militares.
En su oportunidad, cuando la ofensiva militar terrorista y los ataques en los distintos foros internacionales contra Siria, estaban en su apogeo declaraciones efectuadas ante la BBC, Hagel afirmó que “las fuerzas estadounidenses están listas para lanzar un ataque sobre Siria si el presidente Barack Obama da la orden. Hemos movilizado el contingente al lugar para estar en condiciones de satisfacer y cumplir cualquier opción que el presidente desee tomar. El Departamento de Defensa le ha proporcionado al presidente Obama todas las opciones para todas las contingencias, él las revisó y estamos preparados". Por su parte, el aliado fiel de Estados Unidos, la Inglaterra de David Cameron, a través de su ex ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, declaró que “no descartamos nada con relación a Siria, incluida una reacción sin que se cuente con la autorización de las Naciones Unidas. Esto porque la presión diplomática no ha funcionado”.
Lo claro es los esfuerzos diplomáticos deben estar siempre en primera línea, como lo ha demostrado la postura y aportes rusos e iraníes. Las posturas de Hagel y Hague no han cambiado a pesar de existir otros nombres a cargo de los Departamentos de Exteriores de Washington y Londres, lo que trae a colación, permanentemente, una política más centrada en la hegemonía que en la búsqueda del diálogo
La Diplomacia de la Unión Europea, representada en su oportunidad por Catherine Ashton, fue más cautelosa que mucho de los gobiernos europeos y aseguró que la organización supranacional no ha tomado ninguna decisión respecto a una eventual intervención militar en Siria pues “sigue siendo extremadamente importante el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ante cualquier acción ante el conflicto sirio. Hacemos hincapié en la necesidad de alcanzar una solución política lo antes posible para detener el derramamiento de sangre en Siria”. Hoy, esa extensión de la Unión Europea sigue sosteniendo posiciones menos radicales a través de Federica Mogherini, quien tuvo una destacada actuación en las conversaciones del programa nuclear iraní y que llevó a la firma de los acuerdos de Viena.
Rusia ha criticado a Occidente su discurso beligerante y las escasas iniciativas para acercar a las partes a un acuerdo que detenga un conflicto que tiene ya 4 años y medio de sangriento desarrollo. Moscú considera que las declaraciones de algunos altos cargos en Washington, Londres y París recuerdan inevitablemente a las semanas previas a la guerra de Irak en 2003, cuando una coalición liderada por Estados Unidos invadió ese país sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
Siria se ha sumado con fuerza a las iniciativas diplomáticas destinadas a buscar soluciones políticas al conflicto, sin descuidar la defensa de su soberanía. Ello, con resultados positivos que han ocasionado grandes bajas a las fuerzas terroristas. La ofensiva política siria ha sacado a colación un tema que debe motivar un análisis serio con perspectiva histórica, aseverando que los ataques contra Siria sólo sirven a los intereses de Al-Qaeda y otros grupos takfiríes como Daesh, que en definitiva ayudan a los objetivos del régimen de Israel.
Documentos que han sido desclasificados recientemente de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) demuestran que la coalición anti-Daesh ayudó al surgimiento y desarrollo del grupo terrorista EIIL (Daesh en árabe) , con el propósito de derrocar al presidente sirio, Bashar al-Asad, y contener la creciente influencia de Irán en Oriente Medio. El análisis tras 4 años y medio de agresión terrorista contra Siria muestran que, ayudar hoy a esas fuerzas terroristas, es permitir que los enemigos de Siria que hoy son aliados circunstanciales de los agresores del país levantino, se levanten el día de mañana con quienes hoy los proveen de armas y financiamiento, con posibilidades ciertas que tengan, además, acceso a armas de destrucción masiva.
Por ello no es aceptable para Siria, hacerse eco de propuestas y condiciones para abandonar a sus aliados o que estos se retiren de Siria – Hezbolá e Irán puntualmente – como requisito para que Arabia Saudí, por ejemplo, cese todo apoyo a las bandas terroristas como trascendió de un informe dado a conocer por el diario panárabe Al Hayat citando fuentes saudíes. Hezbolá apoya abiertamente a las fuerzas sirias en su combate contra los grupos armados con el objetivo de impedir la extensión del terrorismo de Siria a El Líbano, mientras Irán, pese a brindar abierto respaldo político a Siria, niega tener fuerzas militares en ese país árabe. Ello no impide a las autoridades iraníes afirmar con vehemencia que “Irán apoya al Gobierno y pueblo sirios en la lucha antiterrorista, por lo tanto, este quiere que la crisis siria se resuelva a través del diálogo”, declaró el vicecanciller iraní para Asuntos Árabes y Africanos Husein Amir Abdolahian en un encuentro del pasado miércoles 2 de septiembre con el canciller sirio, Walid al-Moalem, en Damasco, la capital siria.
El Gobierno sirio ha declarado que nunca sucumbirá a presiones extranjeras para dar la espalda a Irán y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). “No son admisibles en absoluto las condiciones plantadas por algunos para que Siria abandone a Hezbolá e Irán”, según declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid al-Moalem, al diario libanés Aljoumhouria. Al-Moalem, en concordancia con las autoridades iraníes, sostienen que Estados Unidos y sus aliados en la región sólo buscarán una salida política en la medida que vean y sientan el fracaso de sus conspiraciones en Siria y cualquier propuesta, para zanjar los conflictos en Siria tiene que basarse en diálogos políticos, sin precondiciones e injerencia extranjera, así como el respeto a la integridad territorial del país. Una solución política, el camino del diálogo en lugar de acrecentar las acciones terroristas que han llevado dolor, sufrimiento y muerte a la región. Pero, mientras ello no suceda el pueblo Sirio seguirá combatiendo a las bandas terroristas y la intervención extranjera con apoyo de sus verdaderos aliados.
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