Compañera y revolucionaria internacionalista, con un compromiso hacia el comunismo sin fisuras, adoptando posiciones que incluso hicieron despertar las conciencias conservadoras de su tiempo, incluidos sus propios camaradas. Ejemplo a seguir de lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres, de lucha por una nueva sociedad comunista. Por su extraordinaria vida, seguimos entre todos su camino.
Tina Modotti nació el 16 de agosto de 1896 en Udine, ciudad de fábricas textiles en el norte de Italia. Su padre era Giuseppe Modotti, mecánico y su madre, Assunta Mondini, por lo que su nombre completo fue Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini.
Tina tuvo una educación muy parcial, hija de obreros, ya a los 12 años se vio precisada a trabajar en una fábrica textil, pero las penurias familiares no mejoraban. Y así toda su familia, cuando contaba 17 años, emigraron a San Francisco, Estados Unidos, donde en un año trabajó en una fábrica de seda hasta 1914 y después como modista hasta 1917.
Tenía 21 años cuando se casa con el poeta y pintor Roubaix de l’Abrie Richey, estableciéndose en Los Ángeles. En 1921 conoce a Edgard Weston, uno de los mejores fotógrafos de su tiempo, quien le enseña fotografía y la retrata como modelo. Conoce a actores, actrices y directores de Hollywood, interviniendo en algunas pequeñas películas de cine mudo.
Un año más tarde, en 1922, tras el fallecimiento de su marido, llegó a México donde conoció a Xavier Guerrero (miembro del Comité Central del Partido Comunista Mexicano) y por aquel tiempo ayudante del pintor Diego Rivera, además conoció a David Alfaro Sequeiros; con todos tuvo una gran amistad. Tras volver a EEUU, ya como compañera de Weston (éste había roto con su mujer) y junto a su hijo Chandler, trabajan activamente con el movimiento revolucionario mexicano, a través de la Unión Mexicana de Artistas, integrada por Diego Rivera, Manuel Álvarez Bravo, Charlie Chaplin, Siqueiros, Frida Kahlo y otros.
En 1924 quedó unida a la pintura mexicana sirviendo de modelo en los desnudos de Diego Rivera y en fotografías de Weston. Ya en 1925 algunas fotografías de Tina son publicadas fuera de México (el periódico AIZ en Alemania). En 1927 se afilió al Partido Comunista Mexicano, aprendiendo de Rafael Carrillo, y de otros militantes que la lucha de los trabajadores mexicanos está estrechamente relacionada con la dictadura de los capitalistas que sometían a una cruel explotación a niños, mujeres y hombres. Viajó por varias regiones de México, realizando excelentes fotografías de la situación del pueblo mexicano, a fin de publicarlas en un libro que iba a editar Anita Brenner (Mexican Folkways) en EEUU. Weston abandonó México en 1927, y Tina se integró en la Liga Antiimperialista, donde reestableció su contacto militante y emocional con Xavier Guerrero. Juntos colaboraron con el periódico “El Machete” del P.C., se integró en el Socorro Rojo Internacional-. Por aquellos días conoce a la embajadora de la URSS en México Alejandra Kollontai, de sus observaciones Tina asumirá postulados de clase muy concretos, “en el sentido de profundizar en la denuncia de la situación de extrema pobreza de los campesinos mexicanos y demostrar a los capitalistas que puede haber otro tipo de fotografía a servicio de la cultura del pueblo”, años más tarde María Teresa León, confirma dicho proceso: “ La inteligencia de tina le permitió recorrer varios caminos: el del teatro, el de la fotografía, el del amor. Le interesaba la imagen del ser humano, el porqué de la pobreza, la razón de las tristes desigualdades sociales. Sus fotografías se fueron transformando en íntimos descubrimientos de esa miseria que, cuando la tocas con los ojos, te obliga a elegir un camino”.
Tina fue una mujer en lucha y activista, participó en la campaña Manos fuera de Nicaragua en apoyo a la lucha de Augusto C. Sandino y ayudó a fundar el primer comité antifascista italiano.
Durante su estancia en México escandalizó a la mojigata sociedad de aquella época por ser una mujer que vivía bajo el mismo techo con un hombre que no era su marido, ni su hermano, salía a la calle después de las ocho de la noche y compartía la mesa en lugares públicos con varios varones; además de tener la costumbre de bañarse desnuda en la azotea de su casa cuando llovía.
En 1928 conoció a Julio Antonio Mella, fundador de la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba, miembro del Partido Comunista de Cuba, de la Liga Antiimperialista y Presidente de la Federación Anticlerical, durante una manifestación realizada por el Comité Manos Fuera de Nicaragua, además de trabajar por la libertad de Antonio Gramsci, del dirigente argentino Rodolfo Ghioldi, y de la recogida de firmas por la libertad de Nicolás Sacco y Bartolomeo Vanzzeti.
Comienza un romance con el revolucionario cubano Julio Antonio Mella, de hecho una de sus fotografías hecha a Mella es el logotipo actual de la Unión de Juventudes Comunistas Cubanas junto a Camilo Cienfuegos y Che Guevara; pero esta relación fue desgajada, cuando éste muere asesinado en 1929, en México por órdenes del dictador Gerardo Machado
Al año siguiente en 1930 fue expulsada de México. La acusaron de complicidad en el intento de asesinato de Pascual Ortiz Rubio, presidente de México, llegando a Alemania.
En Alemania continúa su trabajo en Berlín, donde se hace miembro de la Union GmbH de fotógrafos de prensa y publica sus imágenes en Der Arbeiter-Fotograf.
Viajó a la Unión Soviética donde se reencontró con Vittorio Vidali, a quién había conocido en México. Vittorio Vidali en su libro “Retrato de Mujer” dice de ella: “Tenía un sentido del respeto profundo, odiaba la vulgaridad, el chisme, la hipocresía. Ser consecuente con sus ideas fue el motivo principal para que se emprendieran contra ella las campañas de difamación y calumnias referentes a su moral. La reacción anticomunista se ensañó para tratar de manchar su nombre, y opacar sus virtudes. Comprometida y fiel a sus ideas, despreció todo ofrecimiento para que renunciara a ellas, y se declaró antifascista y antiimperialista.”
Estuvo en Moscú desde 1931 a 1934, trabajando activamente en el Socorro Rojo Internacional .
En 1934 se traslada a Francia, de donde partió hacia España. Trabaja en Madrid y Valencia. Después de la rebelión militar en 1936, se alistó al Batallón femenino del Quinto Regimiento con el nombre de María. Entre sus combatientes figuraban Matilde Landa, Dolores del Castillo, María Valero y tantas otras. Trabajó con Miguel Hernández, José Herrera Petere y Dolores Ibarruri. Lucha con las armas en la mano, lucha con la fotografía e incluso escribe en un folleto titulado “La fotografía como arma del Socorro Rojo Internacional”. En Málaga presenció la terrible evacuación bajo las bombas de los aviones italianos y los cañones alemanes.
En 1937 asistió al Congreso por la Defensa de la Cultura Contra el Fascismo en Valencia. Allí se reunió con André Malraux, Pablo Negurda, los mexicanos Juan de la Cabada, Octavio Paz, y los cubanos Juan Marinillo y Nicolás Guillén. Compartió discusiones con María Teresa León, Rafael Alberti y Antonio Machado. Cuando en este año Miguel Hernández publica su libro “Vientos del Pueblo” la primera edición va con fotografías de Tina Modotti.
En aquellos años, su actividad es extraordinaria. Junto con las Brigadas Internacionales, trabaja como corresponsal del diario republicano Ayuda, al mismo tiempo que para el Socorro Rojo Internacional. María Teresa León, escribió años después en el periódico “Renascita”: “Quiero que un día, un joven grabe en las rocas de la Sierra de Guadarrama el nombre que nadie pueda borrar de nuestra memoria: Tina Modotti. Nuestra María”.
En 1939, ayuda con los heridos republicanos en la retirada hasta la frontera con Francia. Desde allí regresó como asilada a México, donde continuó su actividad política a través de la Alianza Antifascista Giuseppe Garibaldi con un nombre falso. Un año más tarde, el gobierno de Lázaro Cárdenas anuló su expulsión. Fotografió, trabajó y continuó su labor política.
Tina Modotti murió el 5 de enero de 1942 por un ataque cardiaco, mientras viajaba en taxi. En su lápida en el panteón Dolores de la Ciudad de México se lee un verso de Pablo Neruda:
"Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes;
tal vez tu corazón oye crecer la rosa de ayer,
la última rosa de ayer, la nueva rosa."
Otro fragmento de un poema de Pablo Neruda:
"Puro es tu dulce nombre,
pura es tu frágil vida:
de abeja, sombra fuego,
nieve silencio espuma,
de acero, línea polen
se construyó tu férrea,
tu delgada estructura."
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