sábado, 28 de marzo de 2015

África de las Heras, la más importante agente del espionaje soviético


África de las Heras es una de las militantes comunistas que sin la menor duda más recuerdo ha dejado en el Servicio de Inteligencia Soviético. Todos los testimonios que he recogido de ella, muchos de ellos recuerdos directos de camaradas, glosan su personalidad de extraordinaria. Entregó todas sus fuerzas a la causa del proletariado, a la defensa de la Unión Soviética, a los trabajos contra el trotskismo de la Internacional Comunista. Era modesta, trabajadora incansable, fiel cumplidora de las misiones encomendadas, enseñó a muchos comunistas que para la clase obrera su liberación en dura lucha contra el imperialismo no se debe quedar en palabras sino en acciones. Y toda su vida es una epopeya de proezas.


Años de juventud


África de las Heras Gavilán nació el 27 de Abril de 1909 en Ceuta, hija Zoilo de la Heras Jiménez y de Virtudes Gavilán de Pro, en una familia burguesa ceutí. Junto a su hermana Virtudes tenía una gran belleza.


Se trasladan a Madrid, donde estudia en un colegio de monjas. El ambiente opresivo de aquella educación contrasta con sus relaciones con los clubes deportivos de aficionados donde contacta con jóvenes comunistas, e ingresa en la J. C. Por aquellos años vivían en una pensión madrileña y África trabajaba en una fábrica textil. Ya en 1934, participa en Asturias en la Revolución de Octubre. Influenciada culturalmente en aquellos años por Margarita Nelken.


Viaja a Barcelona, y junto a Ramón Mercader, Soledad Real y otros, ingresa en el “Club deportivo Avanti”, donde se daban charlas sobre literatura, deporte y cine. En aquellos años, la educación recibida de sus padres contrastaba fuertemente con el impulso cultural que supuso la República, en la relación de chicas y chicos en plan de igualdad. En aquellos clubes fue un aprendizaje diario que desarrolla particularmente su personalidad. En discusión con otros jóvenes de diferentes tendencias políticas, comprendió el significado social que era la Revolución Bolchevique, fortaleciéndose políticamente y tomando decisiones en las labores del club; juntos iban a nadar, correr y hacer gimnasia. Juntos crean la primera célula y empieza a estudiar marxismo leninismo en manuales muy rudimentarios y artesanales (uno de los que mayor impresión le dejaron, como muchas veces comentó, fue la primera vez que leyó el Manifiesto Comunista). Las células comunistas, que funcionaban en los diferentes clubes, ayudaron mucho en la fusión en 1936 de las Juventudes Comunistas y Socialistas, las JSU catalanas.

Muy pronto el Partido Comunista le va dando responsabilidades más importantes. El día de la sublevación militar comanda una de las patrullas de control de las milicias antifascistas, encargadas de la vigilancia del Puerto de Barcelona. Tras las luchas en las barricadas, va a Madrid, donde ingresa en las secciones “especiales” de lucha contra la “Quinta Columna” (llamada así por los fascistas a sus contactos en territorio republicano). Es enviada clandestinamente a Burgos, tomado por los militares sublevados, donde realiza su primera misión de espionaje. Allí se casa con el militante comunista Luís García Lago, preso y en sus visitas daba instrucciones del Partido a los encerrados en aquella época terrible de fusilamientos.

Ya en Madrid, a principios de 1937 Leonid Eitingon se fija en su increíble audacia y capacidad de trabajo, “para esta joven, nada era imposible” y es reclutada para el Servicio de Inteligencia Soviético del Exterior. Bajo las órdenes de Ernö Gerö y Alexandr Orlov tiene un pequeño bagaje de misiones en el servicio de información soviético en España. Pero es necesario y urgente su aprendizaje en diferentes materias y viaja a Moscú, donde durante un año estudia en la Escuela Central de Inteligencia del Ministerio del Interior.

Primera misión contra los trotskistas

Allí también hay un número reducido de españoles, siendo su responsable Caritat Mercader. Enviada a Noruega su misión es ponerse en contacto con los círculos trotskistas, logrando ganar su confianza y gracias a su excelente trabajo logra llegar a ser la secretaria personal de Trotski en México.

Por aquellos años (1938-1939) queda demostrada la participación de Trotski en la conjura para dar un golpe de estado en la URSS, contra el pueblo soviético y el Partido Comunista Bolchevique. Tras las declaraciones de los encausados y especialmente de Tujachevski y Bujarin, son condenados por la justicia popular junto a Kaménev y Zinóviev, juzgando a Trotski como cerebro. Los encausados civiles y militares de más alta responsabilidad tiene la pena más dura en proporción a su traición: la pena capital, y los demás encausados a diferentes penas de reclusión.

Las organizaciones trotskistas del exterior, y los servicios de inteligencia imperialistas (Alemania, EEUU, Gran Bretaña, Francia, etc.), perpetran una campaña calumniosa en contra de la UniónSoviética. Especialmente virulentos son los ataques de Trotski, que no admite su culpa en los hechos, como lo hicieron sus aliados conspiradores en la URSS. Publica constantemente folletos, realiza charlas y crea editoriales financiadas por el imperialismo para atacar los logros impresionantes de la URSS, y a la vez la construcción del socialismo y las decisiones de la III Internacional. 

En México, se le ordena llevar a cabo la pena de muerte para el principal responsable del frustrado golpe, ante la negativa del gobierno mexicano para la extradición de Trotski. Se prepara un detallado plan de ejecución del traidor soviético, siendo África de las Heras responsable del grupo, recayendo en Ramón Mercader la tarea de ser inculpado de la acción, para preservar a la persona que efectuó la condena. Parte del grupo abandona México, volviendo en barco clandestinamente a la URSS. Es galardonada por su acción, y con mayor graduación en las fuerzas del Ministerio del Interior (los célebres chequistas) realiza diferentes planificaciones de las fuerzas ante el incremento del espionaje de Alemania y Gran Bretaña.

La invasión nazi

Tras el ataque, la mayoría de los regimientos de las fuerzas del Ministerio del Interior, se reestructuran precipitadamente. Mientras realizaba unos cursos acelerados de enfermería, es destinada con urgencia a la lucha más difícil y enconada: los míticos paracaidistas rojos, las fuerzas más especiales del Ejército Rojo. En los días del asedio a Moscú, durante jornadas agotadoras de 12 horas junto a comunistas de diferentes nacionalidades y especialmente españoles, recibe adiestramiento guerrillero, encomendándole el aprendizaje de los aparatos de comunicaciones, convirtiéndose en “violinista” en términos guerrilleros, radiotelegrafista. Encuadrada en el 1º Regimiento de fuerzas aerotransportadas de Designación Especial, es lanzada en paracaídas a territorio ocupado, dentro del destacamento del Coronel Dmitri Medvédev “Los Vencedores”. María, como pseudónimo tiene a su custodia su aparato con sus baterías de reserva y sus camaradas de guardia, enviando y recibiendo partes de trabajo, esquivando las persecuciones nazis, que trataban de localizar las transmisiones.

María es miembro de la célula del partido en el destacamento, teniendo la difícil misión de atender además a las mujeres que huían de los nazis integrándolas en la agrupación. Junto a otros españoles y soviéticos establecía el poder de los soviets por las aldeas y “stanitsas” ucranianas, impartiendo justicia, atendiendo con el equipo de sanidad a la población soviética, y dando instrucciones a los campesinos de cómo había que luchar contra los alemanes. La importancia de los paracaidistas ha sido poco divulgado en Occidente. No solamente eran importantes por las tremendas acciones de sabotaje contra los nazis. Era el servicio de información e inteligencia una de sus más importantes misiones. Los desplazamientos, medidas militares y seguimiento de las órdenes del enemigo muy importantes para el Consejo Estatal de Defensa Soviético. Además con la implantación del poder soviético en las zonas liberadas por los guerrilleros, se ayudaba a la población a reintegrarse en la sociedad soviética dentro de la ocupación. A tal fin grandes extensión del territorio ocupado por los hitlerianos luchaba contra ellos, y estos tenían que utilizar gran número de tropas que eran muy necesarias al frente de batalla. El área de actuación del destacamento estaba junto a la capital nazi de Ucrania, Rovno. Siendo una de las agrupaciones guerrilleras más condecoradas. En este mismo destacamento destacó otro importante espía soviético Nikolai Kuznetvsov.

Tras la liberación del territorio en 1944, regresa a Moscú, volviendo a sus estudios en la escuela de Inteligencia. Allí recibe un nuevo apodo, Patria, ya que en diferentes conversaciones con sus superiores siempre repetía “Mi patria es la Unión Soviética”.

Misión en París y Uruguay 

En 1946 como María Luisa de las Heras se instala en París como refugiada política del franquismo. Junto a otros españoles que trabajaban en el Servicio de Inteligencia Soviético del Exterior, reorganiza las actividades de información y se traslada clandestinamente a España al año siguiente. 
Llega a Montevideo en 1948 y se casa con Felisberto Hernández, ejerciendo de modista. Consigue por su matrimonio la nacionalidad uruguaya, infiltrándose entre las esposas de los dirigentes uruguayos. En 1950 se separa de su marido, sin que este descubriera las labores de su esposa. Durante ese tiempo realiza una labor imprescindible dentro de la Inteligencia Soviética en la Cono Sur, con ramificaciones en Buenos Aires y otras repúblicas latinoamericanas. 

En 1956 ya en Buenos Aires contacta con Giovanni Antonio Bertoni, alias Valentino Marchetti Marko, casándose con el, a fin de facilitarle el trabajo en Argentina. Allí ejecuta difíciles comisiones como eson obtener documentos oficiales para ser falsificados. Junto con “Marko” vuelve a Montevideo con varios libros infantiles que contenían mensajes en clave de importantesinformaciones sobre Argentina. En Montevideo abren una tienda de antigüedades “Antiquariat”, sin dejar África de ejercer de modista. 

Realiza muchos viajes por Latinoamérica estableciendo una red muy metódica de la Inteligencia Soviética, logrando uno de los más importantes informes de los años 60, conocer y alertar de la invasión de la Bahía de Cochinos por contrarrevolucionarios cubanos. La demostración de su capacidad y del nivel alcanzado por el Servicio de Inteligencia Soviético del Exterior es que África nunca fue detenida ni conocida su actividad.





Profesora del Servicio de Inteligencia

En 1967 de vuelta a Moscú, es enviada a diferentes sitios del extranjero realizando excelentes misiones de investigación y exploración. En 1971 es nombrada instructora especialista en información en la Sede Central del Servicio de Inteligencia de la URSS, dando clases a los nuevos agentes, especialmente para los países de habla española. 

El 8 de Marzo de 1988, día de la obrera, fallece en Moscú por una parada cardiaca. Sus funerales son de estado, con honores militares enterrándola en el cementerio moscovita de Kuntsevskoe. 

En la placa está escrita en ruso “Coronel África de las Heras 1910-1988” y la inscripción Patria en español. 

Es la mujer española más condecorada en la Unión Soviética: 
  • · Orden de Lenin, por su dedicación al pueblo soviético.

  • · 2 Órdenes de la Estrella Roja, por los servicios efectuados al Estado Soviético. 

  • · Orden de 2º Grado de la Gran Guerra Patria, por su contribución a la Victoria. 

  • · Medalla Guerrillera de la Guerra Patria de 1º Grado, por las acciones en la retaguardia. 

  • · 2 Medallas Al valor, por los servicios de radiotelegrafista en la retaguardia. 

Fuentes: 
 
Vallarino, Raúl (2006). Nombre clave: Patria. Una espía del KGB en Uruguay. Editorial Sudamericana. 

Gros, José (1977). Relatos de un guerrillero comunista. Editorial A.T.E. 
Medvédev, Dmitri N. (1964) La guerrilla soviética. Ediciones Destino. Cotejado con el original en ruso “Fuerte de espíritu”. Editorial del Ministerio de Defensa de la URSS. Moscú 1964. 
Zavyalova, Tatiana. Artículo para “Casa Rusia”, sobre la serie de Televisión Rusa “Combate” y sobre África de las Heras. 28.08.2011. 
García, Consuelo. Las cárceles de Soledad Real. Círculo de Lectores. Barcelona 1988.

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