jueves, 26 de marzo de 2015

El IS castiga con 80 latigazos a los espectadores del 'clásico' en Mosul

  • Las huestes del Estado Islámico alegaron que el fútbol es un 'producto de Occidente'

  • Advirtió a los propietarios de las cafeterías de que sufrirían represalias si emitían el partido

  • Refugiados de Mosul visten camisetas del FC Barcelona.

  • Los vecinos de Mosul vivieron ayer en silencio y desde la clandestinidad la derrota que el Barça propinó al Real Madrid en el Camp Nou. Las huestes del autodenominado Estado Islámicoprohibieron ver el "clásico" a los habitantes de la segunda ciudad de Irak y amenazaron con atizar 80 latigazos a quienes osaran violar la orden.
    Durante toda la jornada de ayer los imanes de las mezquitas de la ciudad, en manos yihadistas desde el pasado junio, difundieron el veto a través de los altavoces de las mezquitas. "Pedían a la gente que no viera el 'clásico' y advertían del riesgo de represalias", relató un vecino al diario kurdo Basnews. "Los propietarios de las cafeterías también fueron avisados de que no emitieran el partido. Quien violara la orden sería castigado", agregó la citada fuente.
    En virtud de la disparatada y fundamentalista interpretación de la "sharia" (ley islámica), el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés)argumentó que el fútbol es un "producto de Occidente" e impuso una pena de 80 latigazos a quienes participaran en la difusión de un encuentro que despierta pasiones en todo el planeta y en el que el Barcelona venció 2-1 a Real Madrid.

    Desde su irrupción en la ciudad, la organización yihadista -que proclamó un califato a caballo de Siria e Irak- ha modificado dramáticamente su callejero. La villa se ha convertido en escenario de lapidaciones, crucifixiones, ejecuciones sumarias y secuestros. De hecho, en las dos primeras semanas de este mes las ejecuciones públicas segaron unas 60 vidas, la cifra más alta desde la purga que inauguró la llegada a la ciudad en junio, relataron a EL MUNDO activistas de la ciudad.
    Los extremistas también han arrasado con sitios arqueológicos asirios ubicados en los alrededores de la ciudad; derribado varios santuarios suníes y mezquitas chiíes; arrancado de las plazas monolitos en recuerdo a artistas nacidos en la ciudad y sustituido las cruces de las catedrales caldea y ortodoxa siria por banderas de la organización.
    La semana pasada el IS asesinó a tres mujeres por negarse a mantener relaciones sexuales y formalizar matrimonios temporales con los combatientes. Además, los yihadistas han bloqueado las comunicaciones telefónicas con Mosul; prohibido el consumo de tabaco, narguile (pipa de agua) o alcohol; y obligado a las mujeres a permanecer en casa.
    La prohibición de ver el "clásico" contrasta con las celebraciones que el partido suele provocar a unas decenas de kilómetros de Mosul, en Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán. Las noches del "clásico" son una apoteosis en sus calles. "Es más locura aquí que en España", reconocía hace unos meses a EL MUNDO el piloto kurdo-español Isaac Tutumlu, que se desplazó a Erbil para repartir entre los refugiados material del FC Barcelona. "El presidente del Kurdistán es un gran fan del Barcelona", admitió el deportista.
    No es la primera vez que los dirigentes del IS se ven obligados a pronunciarse sobre el fútbol y las pasiones que levanta.Recientemente su comité encargado de elaborar "fatuas" (edictos religiosos) declaró que era lícito jugar al futbolín siempre y cuando las figuras respeten los principios del islam y "la cabeza esté separada de las estatuillas" para evitar que parezcan idolatría.
    El cuerpo religioso prohibió las apuestas de los participantes y les exhortó a evitar "la blasfemia, el desprecio, el resentimiento o el odio". También advirtió de que el pasatiempo podría alejarles de sus obligaciones como musulmanes. La norma firmada por el IS sorprende si se compara con la prohibición dictada el pasado diciembre por el Frente Al Nusra -la filial siria de Al Qaeda en litigio con el IS-, que erradicó el futbolín y el billar de la ciudad siria de Alepo

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