lunes, 23 de marzo de 2015

25 años de la independencia de Namibia

Namibia celebra su independencia en un clima de estabilidad política. La agenda del nuevo presidente, Hage Geingob, incluye exigencias de reparación económica a Alemania por el genocidio ocurrido en la época colonial.
Namibia tiene una forma especial de celebrar su independencia. Exactamente 25 años después de obtener la independencia de Sudáfrica, el nuevo presidente del país, Hage Geingob, jura su cargo. Así lo hizo también su predecesor, Hifikepunye Pohamba, el 21 de marzo de 2005, justo 15 años después de que ya lo hiciera el primer presidente del país, Sam Nujoma.


Graham Hopwood, del Instituto de Políticas Públicas de Namibia (IPPR, por sus siglas en inglés), cree que el SWAPO ha contribuido enormemente a la estabilidad y la paz de la región. "A pesar de que domina el panorama político, hay que agradecerle que Namibia no se haya convertido en un Estado autoritario", dice. "Namibia se considera como uno de los principales países africanos. Allí se respeta la libertad de prensa. No ha habido intentos de actuar contra los medios o los activistas por los derechos humanos", asegura Hopwood.En Namibia, la fiesta de la independencia es también la celebración de la democracia. Una democracia a la que tanto el Gobierno del país como los expertos de la región tienen en gran estima. Namibia es políticamente estable y los cambios de gobierno se producen de manera pacífica y democrática. En la construcción de esa democracia jugó un papel importante el antiguo movimiento de liberación llamado Organización del Pueblo del Sudoeste Africano (actual partido político SWAPO, por sus siglas en inglés), al frente del Gobierno desde 1990.
Pocas alternativas al SWAPO
Así las cosas, los jóvenes namibios se atreven a mirar con optimismo al futuro. "Hasta ahora, apenas tuvimos auténticos políticos. Ahora, con Geingob, tenemos una persona con formación académica", dice Leonard Imene, que vive en Windhuk, la capital del país, y trabaja en el ámbito de la programación informática. Geingob se doctoró en la Universidad de Leeds (Reino Unido) durante su etapa como primer ministro. Imene espera un mayor compromiso con la educación por parte del nuevo presidente.
El presidente saliente, Hifikepunye Pohamba, fue galardonado con el Premio Ibrahim Mo por su buena gobernanza.
El presidente saliente, Hifikepunye Pohamba, fue galardonado con el Premio Ibrahim Mo por su buena gobernanza.
Muchos jóvenes admiran a Geingob, que hasta ahora fue primer ministro de Namibia. Asnath Kambunga, que coordina cursos sobre redes sociales para jóvenes, asegura: "Geingob tiene disposición hacia el diálogo. Se le pueden formular preguntas en la televisión estatal y él ofrece respuestas." Sin embargo, Henning Melber, de la fundación sueca Dag Hammarskjöld Foundation, ve con ojos críticos la predominancia del SWAPO. Melber, de ascendencia alemana y namibia, considera que el partido se encuentra en una "posición hegemónica", debido, sobre todo, a la ausencia de alternativas dignas de consideración.
Los otros nueve partidos que forman parte del Parlamento tienen una orientación étnica y regional, pero no poseen líneas políticas claras. El Gobierno de Hifikepunye Pohamba tampoco fue capaz de atenerse a los objetivos de su programa. Pohamba, que recientemente fue galardonado con el Premio Ibrahim Mo por su buena gobernanza, no fue capaz de conseguir éxitos significativos en la lucha contra la pobreza y el desempleo. Tampoco logró frenar la corrupción: "Diez años después, persiste la sensación de que una elite se ha enriquecido aún más", dice Melber.
A favor y en contra de las reparaciones alemanas
Las relaciones entre Namibia y Alemania se han visto enturbiadas por un único tema: la superación del genocidio contra los pueblos herero y nama entre los años 1904 y 1907, durante la época de la colonización alemana. Aunque la antigua ministra de Fomento, Heidemarie Wieczorek-Zeul, pidió perdón por ello en 2004, durante la ceremonia de conmemoración de los 100 años de la tragedia, los namibios tienen la sensación de que el genocidio nazi y el cometido contra su pueblo se miden con raseros distintos. Así lo asegura Henning Melber: "Falta el reconocimiento de la culpa con sus correspondientes actos simbólicos", dice el experto africanista, que desearía un gesto histórico similar a la mítica puesta de rodillas de Willy Brandt en Varsovia para pedir perdón por las atrocidades germanas durante la Segunda Guerra Mundial.
Los cráneos de los herero de Namibia fueron traídos a Alemania durante la época colonial para ser estudiados científicamente.
Los cráneos de los herero de Namibia fueron traídos a Alemania durante la época colonial para ser estudiados científicamente.
Los namibios también están divididos sobre si debe haber reparaciones económicas por parte de Alemania por los crímenes cometidos durante la era colonial. Melber dice que el Gobierno del SWAPO nunca ha hecho suyas las demandas de los descendientes de los grupos étnicos herero y nama, minorías en Namibia. Incluso aunque hubiera compensación, surgiría el dilema de quién debería recibirla. Una posibilidad es que se destine a "toda la población, que en su conjunto sufrió la discriminación y el colonialismo". La otra opción sería reparar a las minorías herero y nama, lo que constituiría un asunto problemático "en un país que no contempla ese tipo de discriminación positiva". Así lo explica Graham Hopwood, del Instituto de Políticas Públicas de Namibia.
Desde la petición de perdón por parte de la exministra Wieczorek-Zeuls en 2004, el Gobierno alemán ha mantenido silencio sobre el asunto de las reparaciones. Pero en los últimos años, surgió una nueva disputa por la devolución de los esqueletos de las víctimas namibias, que el antiguo Gobierno colonial envió en su día a Alemania con fines científicos. Cuando en 2011 una delegación de alto rango namibio recibió los restos en Berlín, a la ceremonia solo acudió un ministro, que además se marchó antes de que concluyera. Según Melber, el entonces primer ministro, Hage Geingob, quedó muy decepcionado por lo ocurrido: "Aquello condujo al Gobierno namibio a posicionarse del lado de los grupos herero y nama, aunque siguió sin tomarse como prioridad sus demandas de reparación".
La cuestión de las compensaciones seguirá siendo un asunto a tratar en las relaciones entre Namibia y Alemania. Aunque a los jóvenes namibios este tema no parece perturbarles demasiado: "Lo que sucedió en el pasado no lo podemos cambiar", dice Asnath Kambunga. "Es mejor mirar hacia el futuro".

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