Por Ali Rida Eric Peralta*
marzo 18, 2015 _ 11:24 a.m.- Source : ABNA
JUJUY, Mié. 18 de Mar. (ABNA) – La intensidad y continuidad de la violencia impulsada por las bandas armadas impostadas en Oriente Medio, y en particular las acciones contra la influencia directa de la resistencia a estas agresiones, la República Islámica de Irán, buscan mellar el corazón de la resistencia islámica a esa propuesta de apartheid global impulsado por el proyecto-mundo-occidente que representan particularmente la entidad sionista y el imperialismo norteamericano, junto a sus aliados menores de las potencias europeas, impulsando también acciones contra las naciones de Nuestra América.
Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – En el nombre del desarrollo y la prosperidad, la defensa de la libertad y los derechos humanos y otros lemas falsos, las principales potencias impulsan ataques permanentes sobre pueblos y gobiernos, la independencia y sus fronteras son violadas por grupos financiados e impostados en territorios de distintas partes del mundo, el eje sionista-americano golpea selectivamente contra los procesos no funcionales a sus políticas y propuesta civilizatoria.
Ahogando regiones enteras del mundo en el caos profundo, derramando sangre y asesinando, compitiendo en las formas de exterminio, compitiendo en la crueldad de los métodos, y lo hacen para saquear a las naciones y tragarse sus riquezas y el producto de sus labores, poniendo bajo su sometimiento a los países en los que logran intervenir.
En ese plan de dominio integral que pretenden instalar globalmente, no escatiman recursos, ni acciones de un programa sostenido a rajatabla, desarrollando en cada región planes coincidentes, programas de acciones que parecieran no tener relación entre sí, así entonces aparecen frente a las realidades de los pueblos y gobiernos de distintos continentes dilemas a resolver que lejos de funcionar aisladamente, la elite mundial los ha promovido aquí y allá con precisión detallada.
Como hemos visto, el creciente desprestigio de los países centrales y los organismos internacionales que legitiman sus políticas ante los pueblos y comunidades del mundo, ha generado la sustitución, cuando les es posible la combinación, de la injerencia directa de sus fuerzas militares, por las tácticas de guerra no convencional.
Ahogando regiones enteras del mundo en el caos profundo, derramando sangre y asesinando, compitiendo en las formas de exterminio, compitiendo en la crueldad de los métodos, y lo hacen para saquear a las naciones y tragarse sus riquezas y el producto de sus labores, poniendo bajo su sometimiento a los países en los que logran intervenir.
En ese plan de dominio integral que pretenden instalar globalmente, no escatiman recursos, ni acciones de un programa sostenido a rajatabla, desarrollando en cada región planes coincidentes, programas de acciones que parecieran no tener relación entre sí, así entonces aparecen frente a las realidades de los pueblos y gobiernos de distintos continentes dilemas a resolver que lejos de funcionar aisladamente, la elite mundial los ha promovido aquí y allá con precisión detallada.
Como hemos visto, el creciente desprestigio de los países centrales y los organismos internacionales que legitiman sus políticas ante los pueblos y comunidades del mundo, ha generado la sustitución, cuando les es posible la combinación, de la injerencia directa de sus fuerzas militares, por las tácticas de guerra no convencional.
En aquellos países que, contando con recursos naturales y estratégicos, se transitan procesos desde los intereses nacionales y de integración regional, administrando desde los estados los bienes energéticos, minerales, hídricos, es donde la intervención imperialista ensaya de manera continua los actos de sabotaje, las acciones armadas, ataques selectivos, la insurrección de grupos rebeldes, la infiltración en los movimiento de masas como en los órganos de los estados, buscando sostenidamente la desestabilización y el desgaste de aquellos gobiernos que transitan procesos independientes al capital financiero internacional y sus trasnacionales, y fundamentalmente a contramano de los intereses del complejo empresarial-militar norteamericano e israelí.
El eje de la resistencia en Oriente Medio, y los gobiernos y pueblos de Nuestra América, particularmente aquellos que impulsamos la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, enfrentamos un enemigo en común.
El capital trasnacional persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, desde allí que las potencias occidentales tratan de lograr sus objetivos estratégicos a través de implosiones internas, impostando grupos armados, inyectando y financiando a sectores políticos y sociales opositores, como así también a los circuitos de la economía criminal, narcotráfico, redes de trata y tráfico de armas, sosteniendo paralelamente usinas de propaganda y guerra psicológica sobre la población mundial, a fin de generar corrientes de opinión favorables a sus planes.
La corriente takfiri y sus grupos terroristas ideados desde la CIA, la Mossad y Gran Bretaña, se extiende desde hace 15 años en toda la región árabe, adquiriendo capacidades de un estado, promoviendo y difundiendo sus ideas en todo el mundo, estableciendo escuelas y universidades, creando centros de investigación, periódicos, editoriales y canales por satélite.
A ojos vista, que las intervenciones en los territorios de estos grupos se vinculan a los circuitos de la economía criminal, alimentando los principales ingresos de la economía global del capital financiero internacional, narcotráfico, redes de trata de personas, tráfico de órganos y armas, son las principales denuncias realizadas por organizaciones humanitarias y los gobiernos y grupos que resisten a las agresiones, apuntando contra Israel y Estados Unidos.
Los terroristas del Frente al Nusra y el llamado Estado Islámico expresan con sus blancos y métodos elegidos, la afinidad de estas bandas criminales con los planes del eje sionista-americano, quienes buscan encaminarse abiertamente contra el eje de la resistencia expresada fundamentalmente en las fuerzas patrióticas sirias, en la organización libanesa de Hezbollah, y en el sostén de todas las expresiones de la resistencia a los planes occidentales, incluido Hamas y el Yihad Islámico en Palestina, que desde hace cuatro décadas representa el Irán revolucionario.
Por otra parte nuestro continente, no es ajeno a los cimbronazos y disputas en el orden internacional, las amenaza de una posible agresión de EEUU contra Venezuela, sostenida por los planes de desestabilización de las clases dominantes nativas y el capital trasnacional, articulando grupos paramilitares, narcotraficantes y sectores civiles, junto a sectores políticos opositores buscando condicionar, o directamente derrocar al gobierno; estos planes orquestados por Norteamérica son acompañados por la europa de la decadencia que una vez más, como lo hace en las intervenciones de Oriente Medio, cierra fila con el imperialismo norteamericano.
En ese sentido cabe recordar también el papel de los sectores socialdemócratas, referenciados en la figura de Pablo Iglesias, este alfil del recambio en España hace apenas semanas estuvo reunido con funcionarios norteamericanos para discutir la agenda de Nuestra América donde la mirada sobre Venezuela fue parte de los puntos acordados.
Ha sido el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en una reunión mantenida en la capital persa, con el mandatario venezolano, quien puso de relieve el papel de la Revolución Bolivariana afirmando que “la hostilidad de la hegemonía mundial con Venezuela deviene de las valientes posturas de ese país y su influencia estratégica en toda América Latina”.
Una pieza más en los planes regionales del sionismo, ha sido en nuestro país la muerte del Fiscal Alberto Nisman, donde puede observarse el accionar del Mossad de la entidad sionista y la CIA norteamericana, que al igual que en otros lugares del mundo, pone en función operaciones en las que no dudan en eliminar, o sugerir el suicidio, incluso a algunos de sus operadores.
La muerte del fiscal Nisman quien fuera cercano al kirchnerismo en sus primeros años, genera significantes en el ideario social, que parecen responder a un único plan, seguir condicionando desde adentro al gobierno nacional y su política exterior, y a su vez sostener localmente la estrategia general de las potencias occidentales de difamar al Islam, y con ello buscar apagar la explosión de luz que ha significado la República Islámica de Irán.
Es cierto que el sionismo y sus planes en esta región del mundo han encontrado un aliado, más allá de su juego pendular, las principales políticas del gobierno nacional han legitimado y amparado su accionar, las trasnacionales del saqueo, los funcionarios agentes del sionismo, la no expulsión y el cierre de las instituciones israelíes en nuestro país luego de los crímenes de lesa humanidad perpetrados contra la población Palestina por el régimen israelí de ocupación, como la aceptación de la intervención sionista en nuestro territorio de fuerzas militares de exploración que ocupan la Patagonia y otras regiones, confirman la real incidencia del sionismo en la política interna.
Pero lo que más preocupa a las mafias israelíes es su creciente desprestigio ante los pueblos por sus violaciones continuas de los derechos más elementales, la creciente simpatía que se ha ganado la causa Palestina, y sobre todo la influencia iraní sobre los oprimidos del mundo y el apoyo que la nación persa brinda a los principales focos de resistencia en Oriente Medio.
El accionar de organizaciones terroristas, creadas por el Mossad, la CIA y Gran Bretaña en cualquier lugar del mundo, como ha sucedido recientemente en Francia, responde a esta estrategia de apartheid global, autoatentados y fuerzas mercenarias entrenadas y financiadas por las potencias occidentales seguirá siendo el escenario que se repetirá globalmente.
Dilucidar este escenario y preparar a los pueblos ante el caos al que pretende arrastrarnos la elite internacional es tarea fundamental de los gobiernos, siempre y cuando estos tengan el coraje y la intención de patear el tablero de ese nuevo orden mundial que occidente busca crear eliminando a 3/4 partes de la población mundial, los planes para el apartheid global siguen en marcha.
Los defensores del genocidio de esta época están entre nosotros y como organizaciones del pueblo tenemos toda una batalla que dar, por un lado, de movilización y lucha social contra el saqueo que la entidad sionista realiza en nuestro territorio con sus trasnacionales, y cultural para que el velo de la verdad se imponga sobre tanta hipocresía institucionalizada y adoptada por algunos sectores de una ciudadanía desorientada y atravesada por las dinámicas de un modelo civilizatorio que nos imponen planetariamente.
*Integrante del Centro Islámico de la provincia de Jujuy, docente del Instituto Taki Onqoy, Secretario General de la OLA-Organización para la Liberación Argentina.
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