Arabia Saudí y el movimiento yemení Ansarulá confirmaron el miércoles que han iniciado negociaciones directas por primera vez desde el inicio del conflicto en Yemen. Un primer acuerdo entre ambas partes ha sido el de aprobar un cese el fuego en la frontera saudo-yemení y un intercambio de prisioneros.
Aunque el acuerdo no incluye el cese del bloqueo naval saudí contra Yemen o de la guerra sobre el terreno dentro de Yemen, los analistas creen que éste es un primer paso hacia un cese el fuego general.
Este alto el fuego muestra también un claro cambio de actitud por de parte de Arabia Saudí, ya que mientras que el movimiento Ansarulá había mostrado anteriormente su intención de negociar, los dirigentes saudíes insistían en que no había espacio para la negociación y reclamaban una rendición incondicional del Ejército y las fuerzas populares en Yemen.
Según AFP, Ansarulá habría enviado una delegación al territorio saudí para negociar una tregua en la frontera, donde los yemeníes han estado tomando localidades y bases saudíes y poniendo en ridículo a las tropas del reino wahabí, que han optado casi siempre por huir durante las confrontaciones.
“El portavoz oficial del movimiento Ansarulá, Mohammed Abdel Salam, y militares yemeníes figuran en la delegación de Ansarulá”, añadió una fuente del movimiento a la agencia, sin añadir detalles de lo tratado en las conversaciones debido al carácter secreto de las mismas. Otra fuente del movimiento huthi añadió que las negociaciones tenían lugar en la frontera y a petición de Arabia Saudí.
Estas negociaciones se producen en un momento en el que la ONU intenta en vano relanzar las negociaciones de paz, que han quedado interrumpidas desde una reunión que tuvo lugar en diciembre pasado en Suiza.
Al parecer, se habría producido ya un intercambio de prisioneros entre ambas partes y Arabia Saudí pudo asimismo recuperar los cuerpos de decenas de sus soldados que fallecieron a manos de las fuerzas yemeníes en Fardat Naham, cerca de Sanaa.
Por su parte, el director del periódico panárabe Rai al Yum, Abdel Bari Atwan, manifestó que existen varios factores que han empujado a Riad a negociar.
“La primera razón es que la guerra liderada por Arabia Saudí va a cumplir su primer año y Riad no ha logrado alcanzar ninguno de sus objetivos. Los bombardeos contra zonas residenciales e infraestructuras han generado una amplia reacción en Yemen, la región y el mundo”.
“Las crecientes protestas en la región y los países occidentales han llevado incluso al Parlamento Europeo a pedir una prohibición de las ventas de armas a Arabia Saudí”, dijo Atwan.
Él señaló en este sentido que la ONU ha publicado un informe que denuncia “los ataques sistemáticos llevados a cabo por los saudíes contra la población civil yemení”.
En tercer lugar, él señala que el conflicto de Yemen se ha convertido en una guerra de desgaste y cita el alto coste económico que supone para Riad y también el gran número de bajas sufridas por los saudíes y otros socios de su coalición.
En cuarto lugar, los socios de Arabia Saudí temen el robustecimiento de Al Qaida en la Península Arábiga, que controla ahora una provincia en Yemen, la de Hadramaut, y varias ciudades del sur. El EI acaba también de hacer su aparición en el país.
Los países occidentales ven también con apresión la prolongación del conflicto en la región de Bab el Mandeb, que es una de las principales vías de comunicación marítima del mundo.
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