Tras más de cuatro décadas de ocupación marroquí, una mezcla de rabia y desesperanza domina a los habitantes del Sahara Occidental, escenario comprobado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su primera visita a la región.
Con el fin del colonialismo español, en 1975, Marruecos pasó a dominar el territorio de 266 mil kilómetros cuadrados, lo cual motivó la continuación de las luchas por la independencia saharauí, lideradas por el Frente Polisario.
La guerra de liberación concluyó en 1991 con un acuerdo de alto el fuego, que dio lugar a la Misión de Naciones Unidas para el Referendo del Sáhara Occidental (Minurso), encargada de facilitar la consulta sobre la autodeterminación, desde entonces bloqueada por la potencia ocupante.
A la frustración ante la imposibilidad de la realización del referendo se suma la de la ausencia del tema de los derechos humanos en el mandato de los cascos azules desplegados en la última colonia de África, uno de los 17 territorios bajo la lupa del Comité Especial de Descolonización de la ONU.
Miles de personas recibieron el 5 de marzo al Secretario General, a quien denunciaron las violaciones de sus derechos y exigieron mayores presiones del organismo mundial para que Marruecos cumpla sus compromisos y los saharauis puedan decidir de manera independiente su futuro.
Ban visitó el campamento de refugiados de Smara, en la región argelina de Tindouf y luego voló en helicóptero a la localidad liberada de Bir Lehlu, capital provisional de la República Árabe Saharauí Democrática (RASD), proclamada en 1976.
"Lo que más me impresionó y hasta entristeció fue la ira. Muchos expresaron su rabia luego de 40 años de vida bajo las más duras condiciones y sintiendo que sus reclamos han sido olvidados por el mundo", admitió a periodistas tras su reunión con el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, y el encuentro con jóvenes.
Según el diplomático surcoreano, el rostro de los presentes en la multitud durante los recibimientos en los diversos lugares hablaba por sí solo, y "adelantaba lo que nos dirían, algo impresionante"
El Secretario General de la ONU dijo a la prensa que en su intercambio con líderes juveniles les aseguró que Naciones Unidas hará todo a su alcance para el retorno a las negociaciones cara a cara y el respaldo a los refugiados.
Respecto a la conversación con Abdelaziz, la calificó de positiva y agradeció la bienvenida.
Por su parte, el independentista reiteró la voluntad de los saharauis de alcanzar su autodeterminación y la urgencia de que Naciones Unidas materialice el referendo acordado en 1991.
Abdelaziz advirtió el 27 de febrero, a propósito de las cuatro décadas de proclamada la RASD, la posibilidad de retornar a las armas si Marruecos no abandona su postura hostil.
"No hemos logrado la libertad y la independencia y si Marruecos nos obliga, como hizo en 1976, vamos a reanudar la lucha armada", subrayó el máximo responsable del Frente Polisario.
La agresividad del Reino trasciende la negativa a celebrar el referendo.
En una entrevista con Prensa Latina en diciembre, el embajador del Frente Polisario ante la ONU, Ahmed Buhari, denunció los obstáculos de Rabat a la autodeterminación del Sahara Occidental, la violación de los derechos humanos y la explotación de sus recursos naturales.
Buhari consideró la entonces proyectada visita de Ban una prueba de fuego para Marruecos, que en definitiva no ocultó su malestar por el viaje y evitó que la gira africana del Secretario General incluyera una estancia en Rabat.
De acuerdo con el diplomático saharauí, los atropellos del ocupante constituyen una vergüenza para la comunidad internacional y en particular para Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.
Para el funcionario del Frente Polisario, es hora de que la ONU y el Consejo actúen en sintonía con las aspiraciones de independencia del pueblo saharauí.
Durante su periplo, Ban insistió en la importancia de reanudar las pláticas para una salida mutuamente aceptable, que garantice el derecho a la autodeterminación en el Sahara Occidental, llamó a no olvidar la tragedia humanitaria existente y abogó por una mayor seguridad en la región, ante la amenaza del terrorismo.
El Secretario General, el Comité Especial de Descolonización, la Unión Africana y la mayoría de los países reclaman una solución justa al asunto, falta ver si Marruecos cambia su postura.
Mientras la ocupación y las violaciones sigan, será difícil que cualquier visitante no note la indignación y la frustración percibidas este fin de semana por Ban.
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