El terror, la miseria, y sobre todo la falta de seguridad ciudadana en los lugares ocupados por las bandas terroristas del Estado Islámico (EI) y el Frente al-Nusra, entre otras organizaciones extremistas armadas, provocaron esta estampida humana que coloca a Siria entre los primeros emisores de refugiados con tres millones 900 mil personas, subraya una nota ampliada de la Agencia Prensa Latina.
Según la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), la situación de los oriundos del Levante se convirtió en la mayor emergencia humanitaria que tiene el planeta en este momento, a lo que se añaden los más de 6,5 millones de personas que están desplazados dentro de este país árabe.
Mientras que países como Líbano, Turquía, Jordania, Iraq o Egipto han acogido al 97 por ciento de los refugiados sirios, el resto del mundo sólo asumió al 1,7 restante, precisa un informe publicado recientemente por una organización no gubernamental de derechos humanos.
Datos publicados por medios de prensa y ofrecidos por la Comisión española de Ayuda al Refugiado (CEAR), precisa que una de las principales vías de salida para los refugiados sirios es a través de las mafias migratorias. Muchas familias refugiadas pagan a los traficantes hasta cuatro mil 500 euros por el viaje de un solo pasajero a Europa, que incluye el billete de avión, el pasaporte y la documentación falsa.
Otros refugiados sirios, después de una estancia en Turquía. viajan a diferentes países de América Latina como Colombia y Brasil.
Las mayores perjudicados de estos flujos migratorios son los niños, subraya el reporte de PL, pues las condiciones médicas, alimentarias, escolares y psicológicas se encarecen y dificultan, y dejan un saldo de más de cinco millones de niños refugiados o desplazados y la alarmante cifra de 10 mil infantes muertos a consecuencia de la crisis.
La miseria que padecen las familias desplazadas obliga a los infantes a dedicarse a la mendicidad, o a buscar cualquier forma de subsistencia.
Esta es la situación que vive Siria hoy, con una población que se debate entre dos fuegos, con más de 230 mil muertos a consecuencia de la guerra, y ante la mirada hipócrita de muchos países desarrollados que siguen apostando al terrorismo, como vía expedita para conseguir sus propósitos hegemónicos y expansionistas, concluye la nota.
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