martes, 7 de junio de 2016

40 predicadores saudíes llegan a Siria para predicar violencia en Ramadán


A pocas horas del comienzo del Ramadán para millones de musulmanes sirios, Damasco fue un hervidero de preparativos en ocasión de 30 días continuados de ayuno en las largas horas del verano medioriental.

En las calles de la capital, bajo controles habituales e incrementados en vísperas de la tradicional celebración, una variada mezcla de fieles de todos los credos inundó comercios, cafeterías y restaurantes como prueba irrefutable de la tolerancia religiosa en esta asediada nación del Levante.

Las innumerables mezquitas, cada hogar o centro de reunión, será a partir de la primeras hora de la madrugada del 6 de junio, lugar de acogida para el cumplimiento del ayuno desde el alba hasta que se pone el Sol, 14 horas de luz en el actual verano sirio.

Se trata, según el Corán, de buscar una paz espiritual que promueva el estado de conciencia divina para que, a través del rezo y la súplica, imperen la generosidad y la indulgencia en caso de ser insultado o agredido por alguien.

Siria forma parte del mundo musulmán, que agrupa a más de 50 naciones del norte de Africa, la llamada Asia Menor, el Medio Oriente y el continente asiático y una población superior a los mil 700 millones de fieles.

En esta nación, sometida a una guerra impuesta desde hace cinco años y promovida desde el exterior, los musulmanes forman algo más del 80 por ciento de la población.

Los símbolos de clara tolerancia religiosa, existentes desde hace muchos años, se tratan de romper con la agudización de tensiones y la evidente intromisión de conceptos salafistas extremistas y la llamada variante wahabí, que desde Arabia Saudí invade Siria para destrozar valores espirituales y con fines claramente políticos por encima de los religiosos.

Justamente, a pocas horas del inicio del Ramadán las denuncias se multiplicaron al conocerse que unos 40 predicadores wahabíes llegaron de Arabia Saudí a Siria para incitar a la violencia durante el mes sagrado.

Desde Alepo, ciudad cabecera de la provincia de igual nombre, a unos 350 kilómetros al norte de Damasco, fueron divulgadas esas noticias que, además, indican que los requisitos y restricciones del mes sagrado no tienen por qué ser respetadas por grupos terroristas como el Frente al Nusra, Yeish al Islam y Ahrar al Sham.

Al Nusra está excluido del cese del fuego proclamado desde el 27 de febrero último por acuerdo entre Siria, Rusia y Estados Unidos, pero los dos restantes son "considerados como oposición moderada por Washington, París, Londres y su aliado Ucrania.

Esa realidad y los constantes ataques contra barrios civiles en Alepo, con más de tres centenares de muertos y heridos por parte de esas tres agrupaciones y denunciadas por el Gobierno sirio, vuelve dramática en esta nación la celebración del Ramadán.

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