La operación militar rusa en Siria ha provocado acalorados debates en EE.UU. acerca de cómo debe responder Washington a la misma. Por una parte, el gobierno de Obama tacha de 'errónea' la política de Moscú y amenaza con oponerse, pero por otra, todos se dan cuenta de que Estados Unidos no va a impedir las acciones de Rusia en el país árabe.
Los pocos días que lleva la operación rusa en Siria ya han mostrado la confusión de Washington y han vuelto a confirmar las afirmaciones de los opositores republicanos a Obama sobre que Estados Unidos no tiene una estrategia en Oriente Medio, asevera un artículo analítico del portal ruso Vzgliad.
Por supuesto, Washington continúa comportándose como si todo estuviera bajo control, "¿pero qué es lo que los estadounidenses pueden hacer en realidad?", pregunta Vzgliad.
Después de que Obama rechazara la propuesta de Putin de dejar a Assad en paz y luchar contra el califato islámico juntos, y cuando Rusia comenzó su propia operación, el presidente de los Estados Unidos esperó tres días para responder a la situación. El viernes, Obama dijo que el apoyo militar ruso a Assad es contraproducente y que los ataques contra aquellos grupos militares que son considerados como 'moderados' por Estados Unidos son una "receta para el desastre", pero inmediatamente explicó que Estados Unidos no va a apoyar a la "oposición armada siria atacada por los aviones rusos".
"No vamos a convertir el conflicto sirio en una guerra, a través de terceros, entre Rusia y Estados Unidos. Estamos en guerra contra el Estado Islámico", afirmó Obama. Al mismo tiempo, 'The New York Times', citando a una fuente del gobierno informó que Estados Unidos tiene la intención de intensificar las operaciones militares contra el califato islámico. "La coalición encabezada por EE.UU. comenzó los preparativos para abrir un frente importante en el noreste de Siria para presionar Raqqa, que en realidad es la 'capital' de la agrupación [del Estado Islámico]".
La intensificación de los bombardeos de la coalición es un hecho esperado, ya que Estados Unidos debe demostrar que la contribución rusa a la guerra contra el califato es pequeña, mientras que el peso principal de esta lucha recae sobre EE.UU. Otro factor es que hoy en día pocas personas prestan atención a ello, impresionados por la participación directa de Rusia en los combates. "Todos están a la espera de las operaciones terrestres del Ejército sirio, y si estas tienen éxito, los bombardeos estadounidenses a Raqqa no interesarían a nadie", indica Vzgliad.
La mayoría de los analistas estadounidenses cree que el objetivo principal de Moscú es 'rescatar' a Assad, hacer frente a los intereses de Estados Unidos en la región y la consolidación de su posiciones en Medio Oriente, afirma la publicación.
"Muy pocas personas asumen que Rusia realmente quiere derrotar al califato, mientras que el fortalecimiento de Damasco, así como el debilitamiento de EE.UU. en la región son solo propósitos relacionados con este objetivo", conjetura el artículo.
"Los opositores de Obama han calificado su respuesta de débil e inadecuada, pero el problema es que en la situación actual Estados Unidos no hubiera podido contestar de otra manera", recalca. Moscú ha 'pillado' a EE.UU. en el hecho de que el objetivo principal anunciado por Washington es la lucha contra el Estado Islámico, y de ser así ¿cómo se puede protestar en contra de una guerra contra su enemigo?
La guerra en Siria para Rusia es en primer término una guerra en Siria, con objetivos planteados que no son inverosímiles, aunque, naturalmente, forman parte de un juego geopolítico. "Se trata de que el 'regreso' a Oriente Medio, el acercamiento con Irán, las relaciones con Europa, el oleoducto en Turquía, la lucha contra el terrorismo, el debilitamiento de la influencia de Estados Unidos, la situación en Ucrania, incluso la reintegración de la antigua Unión Soviética y las relaciones con China, todo ello, por supuesto, afectará nuestra operación en Siria", sostiene la publicación.
La peculiaridad del enfoque ruso hacia la situación en Siria es que Rusia no podría actuar de otra manera: no por razones de codicia o ambiciones, sino porque todo lo que está haciendo realmente obedece a intereses nacionales rusos, que se resumen en garantizar su seguridad nacional. A diferencia de EE.UU., "que se ha acostumbrado a evaluar tanto sus reclamos como sus fallos sólo a través de la idea de la dominación global", concluye el artículo.
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