"¿Por qué ningún grupo terrorista ha abierto la boca después de ataques de la coalición de EE.UU.?"

Los ataques aéreos de las Fuerzas Aeroespaciales rusas en Siria han causado una tormenta de reacciones en los terroristas, mientras que con los ataques aéreos de la coalición liderada por EE.UU. "ningún grupo ha chistado nunca", afirma el ministro sirio de Información, Omran al-Zoubi.

La operación aérea militar rusa en Siria ha provocado una tormenta de reacciones en los cabecillas de los grupos terroristas, a diferencia de los ataques aéreos de la coalición liderada por EE.UU., constata el ministro sirio de Información, Omran al-Zoubi, en una entrevista con la televisión nacional siria, informa RIA Novosti.

"La realidad de los ataques aéreos rusos sobre las posiciones de los terroristas en Siria ha empujado a los grupos terroristas y a aquellos que los arropan a realizar fuertes declaraciones. Al mismo tiempo que ningún grupo ha chistado ni una vez cuando Washington y sus aliados anunciaron el lanzamiento de sus ataques aéreos sobre el Estado Islámico", sostiene el ministro.

Al-Zoubi afirma que las acciones de la coalición encabezada por EE.UU. contra el EI son ineficaces y no han dado resultados. Según sus palabras, estos ataques no van dirigidos a la aniquilación terrorista sino que están movidos por el "deseo de estar (en Siria) el mayor tiempo posible".

Además, el ministro recuerda que tras los primeros ataques aéreos rusos han aparecido en los medios de comunicación un mayor número de mensajes propagandísticos sobre niños muertos y la destrucción de infraestructuras, así como amenazas contra Rusia. "Algunos medios de comunicación están tratando de utilizar información falsa de nuevo para jugar con el tema de la población civil y amenazar a Rusia", asevera.

El pasado 30 de septiembre más de cincuenta aviones y helicópteros rusos, incluidos Su-24M, Su-25 y Su-34, comenzaron a realizar ataques aéreos de precisión contra objetivos del Estado Islámico en Siria a petición del presidente sirio Bashar al Assad. Aquel día los aviones rusos cumplieron una veintena de misiones y lograron destruir un puesto de mando y un cuartel general de los extremistas en las montañas sirias. En los días posteriores siguieron los éxitos de la operación rusa, con entre 10 y 20 misiones exitosas cada 24 horas.