El Co-Presidente del Consejo Ejecutivo del KCK, Cemil Bayik, describió los ataques del estado turco como ilegítimos e inhumanos, y señaló que el pueblo kurdo no reconocería al Gobierno y al Estado, mientras que éstos no reconocieran la administración autónoma del pueblo kurdo.
En un artículo publicado en los periódicos Yeni Özgür Politika y Azadiya Welat (traducido del kurdo a través del servicio ANF Inglés), Cemil Bayik escribió lo siguiente:
A pesar de lo que digan los funcionarios del AKP y sus secuaces, el Gobierno del AKP es hostil hacia el pueblo kurdo. El gobierno del AKP expresó su hostilidad cuando Erdogan afirmó que “Kobane está a punto de caer”, y esta hostilidad ha alcanzado su cénit en forma de enemistad hacia el PYD. El Estado demuestra aún más su hostilidad por medio de la matanza y la destrucción de zonas civiles en el norte de Kurdistán y los ataques al HDP. Podemos decir que ningún poder político ha sido tan antikurdo como el gobierno del AKP. Tal enemistad no ha existido en Irak, Irán o Siria. Los ataques del AKP están más allá de la comprensión humana.
Para el AKP, los kurdos no tienen valor alguno. Incluso hablar sobre los kurdos resulta ser una amenaza a la estrategia del Estado turco, cuyo objetivo es destruir a todos los kurdos. Para estos responsables políticos, los kurdos deben, o bien secundar al Estado o enfrentarse a la brutalidad y la tortura. Si una kurda defiende su identidad y quiere una vida libre y democrática, ella recibirá los peores insultos y tratamiento por ello.
El Estado turco considera a los kurdos como su propiedad; un cadáver que se puede tratar de cualquier manera. Esta es la razón por la que los kurdos pueden ser tratados brutalmente. Esta mentalidad y política están en la raíz de la cuestión kurda. Este enfoque no cambiará mientras la vida libre y democrática de los kurdos no sea aceptada. Por supuesto, los kurdos no aceptan el asalto del Estado turco. El mundo occidental habla de democracia y valores de la humanidad, pero no se opone a las políticas del Estado turco hacia los kurdos. ¡Turquía, aliado de Occidente, está normalizando la política del insulto y la brutalidad contra los kurdos!
Turquía dirige ahora su política de agresión y brutalidad contra el pueblo kurdo hacia los parlamentarios del partido al que estas personas han votado. ¡Turquía cree que estos parlamentarios no son los representantes del pueblo, sino funcionarios pagados por el Estado! Los políticos turcos y los funcionarios del AKP dicen que “estos parlamentarios son pagados por el Estado, por lo que deben poner en práctica las políticas del Estado y aceptar lo que dicta el Estado’. Turquía debería saber que los parlamentarios del HDP no son funcionarios públicos pagados; sino los representantes del pueblo kurdo. Los salarios que mencionan provienen de los impuestos que los kurdos se ven obligados a pagar. Si consideran que los parlamentarios del HPD deben traicionar al pueblo kurdo a causa de sus salarios, entonces ¿por qué debe el pueblo kurdo pagar impuestos? ¿Por qué la genta debe reconocer a los tribunales, cuando los tribunales son instituciones de brutalidad? ¿Por qué deben reconocer a los gobernadores, cuando éstos dan la orden de masacrar a la gente? ¿Por qué tienen que reconocer al Estado, cuando el Estado detiene a los alcaldes elegidos por el pueblo? Nada puede ser tan legítimo como la decisión del pueblo kurdo de declarar la auto-administración frente a las políticas estatales. Los ataques del Estado turco son ilegítimos e inhumanos. El pueblo kurdo no va a reconocer al gobierno ni al Estado, mientras el Estado no reconozca la autoadministración del pueblo kurdo y Turquía no se democratice. Este es el derecho del pueblo kurdo y nadie puede cuestionar por qué los kurdos no reconocen al Estado. Nadie puede legitimar la política, el discurso y las prácticas del Estado turco.
Ahora el estado turco le falta el respeto al dolor y al sufrimiento; está atacando las tiendas de condolencia de las madres y padres kurdos. Todos los actores políticos, incluido el Presidente y el Primer Ministro, van a los funerales de los soldados y policías que masacran a cientos de kurdos, pero se supone que otras personas no pueden ir a las tiendas de condolencia del joven que llevó a cabo el incidente en Ankara. Si la gente puede ir a los funerales de los soldados y policías que destruyen pueblos kurdos y matan a civiles, incluyendo bebés y ancianos, todo el mundo debería poder ir al funeral de un joven kurdo. Ya se trate de un oficial de policía o soldado o un joven kurdo quien muere, incluso si a uno no le gusta su ideología, no se puede atacar a un funeral. Los padres lloran la muerte de sus hijos, pero el Estado prohíbe el duelo a las madres y padres kurdos. Incluso detienen a los padres kurdos durante el sepelio. Su objetivo es hacer que los padres maldigan a sus hijos fallecidos, al igual que hace el Estado.
El gobierno del AKP se ha vuelto loco, no tiene ningún valor humano, moral o de conciencia. El AKP no respeta las tradiciones y los valores del pueblo kurdo. Los valores culturales más básicos de los padres que lloran la muerte de sus hijos son ignorados. ¿Depende del Estado la decisión de qué familias pueden llorar la muerte de sus hijos? Este es el Estado tirano al que los kurdos se están resistiendo. Este es un Estado que no tolera la voluntad y la cultura de una sociedad. Esta es la mentalidad que se encuentra en la raíz de la cuestión kurda.
No resulta sorprendente para aquéllos que destrozan y profanan los cadáveres como venganza, atacar a los padres que están de luto por la muerte de sus hijos. Es un deber de los vecinos asistir al entierro de un vecino, y es una vergüenza si los vecinos no cumplen con este deber. Alguien del HDP puede visitar a la familia de una persona que votó por el HDP, y nadie puede impedir esta visita. No es potestad del Estado decidir quién puede ir a un funeral y quién puede llorar a sus parientes fallecidos.
De hecho, las presiones sobre el parlamentario del HDP Tuğba Hezer, no tienen nada que ver con su visita a un funeral. El Estado del AKP quiere silenciar a todo el mundo en la guerra sucia que está llevando a cabo contra el pueblo kurdo. Las presiones sobre el HDP pretenden silenciar la única oposición en el país.
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