El Ejército yemení, secundado por los combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá, ha capturado a 101 mercenarios saudíes en la provincia de Marib, centro-oeste de Yemen.
"Las fuerzas yemeníes han detenido la madrugada de este lunes a al menos 71 mercenarios saudíes cuando trataban de entrar en Marib", ha informado la televisión yemení Almasirah.
La fuente ha añadido que esto se ha producido después de que el domingo el Ejército yemení y combatientes de Ansarolá capturaron a otros 30 mercenarios saudíes en la misma urbe.
Las fuerzas yemeníes han detenido la madrugada de este lunes a al menos 71 mercenarios saudíes cuando trataban de entrar en Marib", informa la televisión yemení Almasirah.
En sus operaciones, las fuerzas yemeníes han matado a decenas de combatientes fieles al fugitivo expresidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y han destruido cuatro coches blindados de ellos.
Las fuerzas yemeníes realizan estos ataques en represalia a los bombardeos saudíes, con los que buscan debilitar a Ansarolá y restaurar en el poder a Mansur Hadi, estrecho aliado de Riad.
Mientras tanto, los aviones de guerra saudíes bombardearon el domingo varias zonas residenciales en la provincia de Saná (oeste). Estos ataques aéreos causaron graves daños en varias casas y edificios.
Además, cazas saudíes bombardearon cuatro veces la ciudad de Taiz, en el suroeste de Yemen, generando destrucciones en las viviendas, edificios gubernamentales y campos agrícolas.
Los agresores saudíes asimismo lanzaron tres misiles contra la ciudad de Harad, en la provincia noroccidental de Hajjah. No hubo reportes inmediatos de posibles muertes en estos ataques aéreos.
Desde el 26 de marzo del 2015, Yemen es blanco de una ofensiva saudí que, hasta el momento y de acuerdo con cifras divulgadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.
Amnistía pide embargo de armas contra Arabia Saudí y sus aliados
Amnistía Internacional (AI) ha llamado este lunes a un embargo de armas contra los países que se encuentran en una campaña militar antiyemení, liderada por Arabia Saudí.
“AI insta a todos los Estados a asegurar que ninguna de las partes en el conflicto en Yemen tenga acceso ―directa o indirectamente― a armas, municiones, equipamiento militar o la tecnología (...) hasta que cesen las violaciones graves”, según el comunicado.
La organización también ha añadido que ha documentado una serie de violaciones de derechos humanos y de derechos humanitarios, entre ellos posibles crímenes de guerra en el conflicto de Yemen.
AI insta a todos los Estados a asegurar que ninguna de las partes en el conflicto en Yemen tenga acceso ―directa o indirectamente― a armas, municiones, equipamiento militar o la tecnología (...) hasta que cesen tales violaciones graves", según la Amnistía Internacional (AI).
El llamado a un embargo va más allá de las sanciones internacionales existentes que la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) impuso el pasado mes de abril a las partes involucradas en el conflicto de Yemen.
AI se refiere también a la resolución no vinculante adoptada el 25 de febrero por el Parlamento Europeo (PE), que reclama un embargo sobre la entrega de armas a Arabia Saudí, pero no a otras partes en el conflicto.
AI también hizo hincapié el pasado septiembre en que Arabia Saudí y sus aliadosobstaculizan las investigaciones sobre conflicto yemení e instó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a investigar las violaciones de los derechos humanos en dicho país.
Asimismo la organización afirmó a mediados del pasado enero que tiene nuevas evidencias del uso de las bombas de racimo por Arabia Saudí y sus aliados en Yemen, algo que el régimen de Riad negó en su momento.
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