domingo, 24 de julio de 2016

La mujer siria, símbolo de un país asolado por la guerra


Las mujeres sirias que han perdido a sus maridos en la guerra que azota el país han compartido con Sputnik las dificultades que afrontan después de haberse quedado viudas en una sociedad conservadora y qué impacto ha tenido el conflicto en sus vidas.

La sanguinaria guerra que vive Siria desde hace más de cinco años se ha cobrado miles de vidas y ha dejado una huella imborrable entre los vivos. En la mayoría de las zonas controladas por los terroristas, las mujeres han sido sometidas a la humillación, la esclavitud y el abuso sexual. En algunas cuentas árabes de redes sociales aparecen imágenes de las mujeres sirias, que son el símbolo de un país que anhela emprender el camino hacia la paz.

Las viudas que ha dejado la guerra

Según el Centro de Documentación de Siria, más de 74.000 mujeres han perdido a sus maridos, que fallecieron luchando contra los militantes. 50.000 de ellas son madres, pero el resto no tiene hijos que puedan ayudarlas en el futuro. No obstante, estas son las cifras oficiales y registradas —el número real de viudas sirias es mucho más elevado—.

No es habitual ver a mujeres sirias centrándose en sus carreras profesionales para poderse ganar la vida y habitualmente son los hombres los que trabajan y los que mantienen a la familia. Por lo tanto, la mujer media siria no está preparada para vivir sola e integrarse en el mercado laboral.

"Trabajo para curar a mi hija del cáncer"

Alía, que está en el segundo año de Universidad, se vio obligada a abandonar su hogar, en la provincia de Damasco, para ganar dinero para el tratamiento de su hija, que padece leucemia.

"Mi marido era un oficial del Ejército sirio pero lo mataron en la provincia de Homs por lo que tuve que marcharme de casa y empezar a trabajar en el ámbito de la educación para poder tratar a mi hija", dijo Alía.
La guerra ha convertido a su marido en un minusválido

Um Mustafa, una mujer de avanzada edad, dice que la guerra no se cobró la vida de su marido pero lo dejó sin brazos ni piernas —un ataque terrorista lo convirtió en un discapacitado—.

"La pensión de mi marido no es suficiente para llegar a fin de mes. Por eso tengo que trabajar yo y ayudarle a mantener a nuestra familia", dice Um Mustafa, que trabaja como vendedora en un mercado local.

Mujeres sirias

"Voy a estudiar por el bien de mis hijos"

Umayma tiene cuatro hijos y es analfabeta, por lo que le cuesta encontrar un trabajo mejor pagado para poder alimentar a su familia —por el momento, trabaja de niñera en casa de una familia de la capital siria—. La muerte de su marido en los combates por Alepo la obligó a tomar la firme decisión de ponerse a estudiar.

"Era muy joven cuando me casé, por eso no pude seguir con mis estudios. Debo aprender a leer y escribir para ser capaz de ayudar a mis hijos", explicó Umayma.

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