El canciller saudí, Adel al-Yubeir, repitió sus infundadas acusaciones contra Irán. Esta vez acusó a Teherán de intentar “desestabilizar” El Líbano.
En declaraciones recogidas el sábado por la agencia iraní de noticias FARS, Al-Jubeir aseguró que el país persa busca mantener El Líbano en un estado de desestabilización a favor de su aliado estratégico, es decir el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
La fuente añade que el ministro saudí de Asuntos Exteriores, además acusó a Hezbolá de “impedir” la celebración de las elecciones presidenciales en el país que sufre un vacío de poder, mientras que Teherán apoya el consenso político.
Cabe recordar que el pasado marzo, Al Saud presionó al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico) y a La Liga Árabe (LA) para declarar a Hezbolá “grupo terrorista”.
Por el contrario, el Hezbolá lucha junto al Ejército sirio contra los terroristas activos en el país árabe y, de hecho, ha obtenido numerosas victorias y expulsado o matado a muchos terroristas en varias zonas de Siria, donde los terroristas cometían crímenes inhumanos contra la población civil.
Citado por el portal saudí TAM, Al-Yubeir arremetió también contra las fuerzas populares iraquíes, conocidas como Al-Hashad al-Shabi, y exigió desmantelar este grupo que desempeña un papel transcendental en la lucha del Ejército iraquí contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), contrario a Riad.
Sin presentar pruebas, el jefe de la Diplomacia saudí alegó que Irán dirige Al-Hashad al-Shabi y lo consideró como un grupo que apoya el sectarismo. No obstante, estas fuerzas populares están compuestas por musulmanes chiíes y suníes, así como por cristianos.
Al respecto, cabe recordar que el pasado 11 de junio, el portavoz del Ministerio iraquí de Exteriores, Ahmad Yamal, dejó claro que Al-Hashd Al-Shabi es un grupo "oficial" que opera bajo la dirección del Ejército iraquí y utiliza parte del presupuesto del país, tal y como fue decidido en el Parlamento iraquí.
Arabia Saudí sigue acusando a Irán de interferir en los asuntos internos de ciertos países de la región, mientras que su embajador en Irak, Thamer al-Sabhan, ha sido convocado en reiteradas ocasiones por Bagdad por haber pronunciado declaraciones consideradas con "intromisiones" en los asuntos internos de Irak.
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