domingo, 19 de junio de 2016

Millones de refugiados se enfrentan a una Europa xenófoba


Este 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado como sinónimo de reflexión y solidaridad a la situación de aquellos que huyen de la guerra, la violencia o la intolerancia.

En el mundo existen aproximadamente 70 millones de refugiados, solicitantes de asilo o desplazadas dentro de sus países debido a conflictos o persecución, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). 

La guerra continúa siendo la principal causa del desplazamiento forzado en el mundo.

El mayor número de refugiados provienen a Siria, Colombia e Iraq. También de Afganistán, Somalia y Sudán del Sur.

Refugiados y desplazados

Los refugiados son aquellos que se encuentran fuera de su país debido al temor de ser perseguidos por motivos de raza, política, religión u otras razones, por lo que no pueden acogerse a la protección de su país y no quieren regresar a él a causa del miedo.

Los desplazados, por el contrario, no han salido de las fronteras de su país pero por diversas razones se ven obligados a abandonar la ciudad donde viven para trasladarse a otra dentro de su nación.



Situación de los refugiados en Europa

En el 2015, la imagen del cuerpo de un pequeño niño sirio en la orilla de las costas turcas conmocionó al mundo y puso en evidencia la gravedad del problema. La cantidad de refugiados cruzando el Mediterráneo para alcanzar las costas europeas había incrementado enormemente. 

Para el 21 de diciembre de 2015, más de un millón 600 de refugiados entraron a Europa, de los cuales más de 942 mil 400 habían solicitado asilo político, y unos tres mil 406 habían muerto en el intento.La Unión Europa (UE) ha llevado en los últimos años una política errática en relación a los refugiados y al asilo.

El politólogo Sami Naïr en un foro sobre migración aseveró que “la UE fracasó en su política de emigración, dejándola treinta años en manos de las mafias. No es un problema de individuos sino un problema estructural”.

Se trata del mayor flujo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, a quienes Europa les ha cerrado las puertas. La Unión Europea descartó considerar el otorgamiento de solicitudes de asilo. En marzo pasado, la UE y Turquía firmaron un acuerdo sobre refugiados.

El objetivo principal del acuerdo es frenar el flujo de refugiados a Europa, el texto establece:

*El retorno de todos los migrantes irregulares que crucen desde Turquía a las islas griegas con los costos cubiertos por la UE.

*Reasentamiento de un refugiado sirio de Turquía en la UE por cada sirio readmitido por Turquía desde Grecia.

*Acelerar los planes que permitan a los turcos viajar a la UE sin visado con la vista puesta en levantar los requerimientos de visado para junio de 2016.

*Acelerar el pago de 3 mil millones de euros (tres mil 300 millones de dólares) prometidos en octubre del año pasado y una cifra adicional para ayudar a Turquía a combatir la "crisis" de refugiados. Estambul supuestamente pidió que la ayuda se eleve a seis mil millones de euros (seis mil 300 millones de dólares).

*Preparativos para una decisión sobre la apertura de nuevas rondas de conversación sobre la entrada de Turquía en la UE.

Críticas e indignación ante el acuerdo

Organizaciones defensoras de derechos humanos y a favor de los refugiados señalaron que recurrirán al Tribunal Europeo de DD.HH., porque la resolución viola los tratados en la materia, así como puntos del convenio de Ginebra.

El acuerdo vulnera el derecho de asilo e incumple con un total de al menos cinco convenciones de derechos humanos, como la Declaración Universal hasta la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, pasando por la Convención de Ginebra sobre los Refugiados (1951) o la propia Convención Europea de Derechos Humanos, en vigor desde 1953.

El pacto también vulnera la prohibición de expulsión o devolución incluida en la Convención de Ginebra, en la que en su artículo 33 afirma: “Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”.

Para la organización médica y humanitaria internacional, Médicos sin fronteras, el acuerdo es una evidencia del “cinismo” de los líderes europeos, que están “dispuestos a hacer cualquier cosa, incluso poner en peligro derechos humanos esenciales y principios de la legislación sobre refugio y asilo para detener el flujo de refugiados y migrantes a Europa”.

El responsable de relaciones externas de esa ONG manifestó en un comunicado que: “Por cada uno de los refugiados que arriesgue su vida en el mar y sea sumariamente devuelto a Turquía, otro puede tener la oportunidad de llegar a Europa desde la propia Turquía en el marco del programa de reasentamiento propuesto. Este burdo cálculo reduce a las personas a meros números, negándoles un trato humano y desechando su derecho a buscar protección”.

Estas declaraciones en relación al 1 por 1 que establece la devolución de los refugiados sirios. En este sentido, la ONG Save the Childrendenunció en un comunicado que los líderes europeos priorizan la protección de las fronteras por encima de la seguridad de las personas, y continúa patente la falta de voluntad para dar respuesta a las necesidades de los refugiados.

ACNUR, por su parte, se ha mostrado dudoso ante el acuerdo, su representante, Filippo Grandi, estimó que el mismo no se ajusta a la legalidad.

Detonante de miles de muertes

Organizaciones humanitarias e internacionales consideran que el acuerdo ha incrementado las muertes de refugiados que intentan pasar el Mediterráneo para llegar a ese continente. Solo en la última semana de mayo se registraron un total de 700 personas fallecidas en tres naufragios.

Crisis del sistema europeo

El establecimiento de controles fronterizos en distintos países de Europa comienza a surgir dudas sobre el espacio Schengen que existe entre los miembros de la integración europea.

Países como Alemania, Austria, Eslovaquia y Holanda han respondido con esta contundente medida a los refugiados provenientes de Medio Oriente.

La oleada de refugiados está tambaleando la “estabilidad” en el continente europeo, poniendo en evidencia su incapacidad para responder de forma conjunta y coordinada a la crisis humanitaria, evidenciado a su vez, una profunda división dentro de la UE.

La libre circulación de ciudadanos y mercancías en las fronteras de la Unión Europea era vista como uno de los grandes logros de la integración.


Sin embargo, la "crisis" actual de refugiados propone nuevos retos y pone en peligro el acuerdo de Schengen. La Unión Europea ha insistido en la necesidad de reformar el espacio.

Víktor Serguéyev profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Relaciones Exteriores de Rusia en entrevista con la agencia RIA Novosti dijo que los controles fronterizos en el territorio del espacio Schengen pueden causar una "grieta en la estructura de la Unión Europea", lo que es "un hecho muy sintomático".

Por otra parte, la ministra alemana de defensa, Ursula von der Leyen, ha señalado que la comunidad europea está sumida en una “crisis humanitaria y moral”. El desmoronamiento moral de Europa a raíz de la atención con los refugiados y su rechazo a acogerlo significa un desastre ético de dimensiones históricas.


Xenofobia aumenta contra los refugiados en Europa

Ante las medidas tomadas por los gobiernos europeos, los actos de xenofobia se han incrementado contra ellos. Organizaciones de ayuda humanitaria y refugiados del campamento de Calais al norte de Francia han denunciado represiones y agresiones.

La portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, ha advertido sobre los riesgos del lenguaje que demoniza a los refugiados, pues contribuye con la xenofobia y el miedo. Esta acelerada orientación racista que tomó Europa viene impulsada por las ideas xenófobas e intolerantes de partidos de ultraderecha.

Estos partidos de ultraderecha son Amanecer Dorado en Grecia, el Fidesz en Hungría, Alternativa para Alemania (AfD), el Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders en Holanda, el Partido por la Independencia de Gran Bretaña (UKIP), el FPÖ en Austria, el Partido Popular en Dinamarca, los populistas de Cinco Estrellas y la derecha xenófoba de la Liga del Norte en Italia, el Frente Interés Flamenco (ex Vlaams Blok) en Bélgica y los Demócratas Suecos.

Bajo la excusa de la seguridad nacional y la búsqueda de la preservación de los valores democráticos y occidentales, se limitan y socavan los derechos y libertades de los refugiados, en una Europa insolidaria y ajena a la crisis humanitaria que se le presenta.


TeleSur

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