A pocos días de las elecciones parlamentarias turcas, el ascenso del prokurdo Partido Popular Democrático (HDP) con lograr el 10% de los votos, su entrada al Parlamento y su posible influencia en la conformación del escenario postelectoral constituyen un golpe fuerte al proyecto del Partido de Justicia y Desarrollo para cambiar el sistema de gobierno en el país, y centran los debates y avivan expectativas y preocupaciones.
Fundada en 2012, el HDP, primera formación prokurda que presenta una candidatura nacional, es observada con recelo y considerada por algunos una amenaza para los planes del gubernamental Partido de Justicia y Desarrollo (AKP).
Desde la elección de Recep Tayipp Erdugan como presidente de Turquía, con votación popular directa en agosto del año pasado, el partido de Justicia y Desarrollo centró todos sus esfuerzos para alcanzar un cambio en el sistema parlamentario para un sistema presidencial.
De alcanzar el 10 por ciento requerido para llegar al Parlamento o más, el HDP podría atentar contra los objetivos de la agrupación del primer ministro Ahmet Davutoglu de lograr la mayoría absoluta y promover cambios en la Constitución, así como una posterior implementación de un sistema presidencialista.
Por lo tanto, el reto más grande para el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) en las elecciones actuales no radica en ganar o perder, sino en lograr 367 escaños de los 550 disponibles para sentar las bases de una nueva constitución y cambiar el sistema político del país.
En caso que el Partidos los pueblos democráticos HDP logre su objetivo, apoyado por los partidos de la oposición, principalmente por el Partido Republicano y el Partido del Movimiento Nacionalista, entonces, la perdida que tendrá el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP)no se limita en no lograr los 367 escaños y por tanto su propio proyecto político, sino en la presencia de tres partidos de la oposición dentro del Parlamento que harán detener y obstaculizar todos los proyectos del PJD a lo largo de los cuatro años venideros.
Según las encuestas, el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) podría, incluso, perder la posibilidad de gobernar en solitario y tendría que optar por el establecimiento de alianzas con otras agrupaciones.Codirigido por Selahattin Demirtas y Figen Yuksekdag, el HDP es considerado por algunos grupos políticos como el indicado para encabezar la mediación en las negociaciones enfocadas a impulsar el proceso de paz con los kurdos.
El fin de más de tres décadas de conflicto entre el Gobierno y la guerrilla kurda, que causó más de 40 mil muertes, es uno de los elementos catalogados de fundamentales para el desarrollo del país en los próximos años.
El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), creado por Abdullah Ocalan, anunció en marzo de 2013 un cese unilateral de las acciones bélicas y en mayo de ese año comenzó la retirada de unos dos mil insurgentes a campamentos en el norte de Iraq.
La jefatura del PKK criticó al ejecutivo por incumplir compromisos acordados durante las pláticas como el uso de la lengua turca en la educación y proceso judiciales y la concesión de mayor autonomía a una comunidad de 15 millones de personas.
El ascenso del HDP es visto por muchos como un avance en la búsqueda de soluciones a ese diferendo, sin embargo, Demirtas asegura que su formación no es solo defensora de la minoría kurda, sino una opción para la izquierda progresista de toda Turquía.
Con solo 42 años, el joven político, es reconocido por su carisma y ganó popularidad tras presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 2014.
Como otras fuerzas opositoras, rechaza la posibilidad de una alianza con el AKP por considerarlo un partido que "debe ser eliminado de la vida política de Turquía". Su desempeño y avance tras las elecciones parlamentarias, como el del resto de los partidos del país, depende de los 56 millones de ciudadanos convocados a las urnas.
De ese modo, las elecciones legislativas en Turquía se enfrentan a cifras complejas, en primer lugar los 367 escaños requeridos para eliminar todos los obstáculos que impiden los proyectos del partido gobernante durante las próximas 4 años, y en segundo lugar el Parlamento turco estará disperso entre el partido gobernante que goza de la mayoría para formar un gabinete sin poder gobernar libremente, y tres partidos de la oposición: El Partido Republicano, el Partido Nacionalista Turco y el Partido Nacionalista Kurdo.
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