Aunque el papel de los helicópteros rusos en Siria es menos citado en los medios que el de los aviones, su papel es igualmente muy relevante en el apoyo directo a las tropas.
Además del Mi-28, Rusia ha enviado al Mi-24 -un helicóptero artillado famoso por su intervención en la Guerra de Afganistán de los años ochenta y que se caracteriza por su gran volumen y capacidad de fuego- a Siria, donde ha tomado parte en ataques contra las posiciones de los militantes en Kaff Nabudah, Kafr Zita, Latmin, Al Lataminah y Atshan, localidades que han sido recientemente liberadas por el Ejército sirio.
El helicóptero, que ha experimentado diversas modernizaciones desde su diseño original, cuenta con dos cañones dobles de 30 y 23 mm y puede llevar bombas y misiles.
Los ataques del Mi-24 han destruido posiciones, fortificadas o no, de los militantes del llamado Yaish al Fatah (Ejército de la Conquista), en especial en la provincia de Hama, debilitando así sus líneas y facilitando el avance del Ejército sirio y las Fuerzas de Defensa Nacional.
El papel de estos helicópteros ha sido muy relevante durante la batalla en Al Bahsa, donde ellos destruyeron las posiciones fortificadas del mencionado grupo terrorista dentro de la ciudad. Gracias a este apoyo, los militares sirios lograron tomar con facilidad el pleno control de la localidad, situada en la parte occidental de la Planicie de Al Gaab.
Los militantes han recurrido a utilizar los misiles anti-tanque TOW, que han estado siendo enviados a Siria por los países patrocinadores del terrorismo y, en primer lugar, Arabia Saudí, contra los helicópteros. Sin embargo, estos misiles no pueden penetrar el enorme blindaje y las defensas del Mi-24. Este helicóptero vuela a baja altitud pero su blindaje le hace inmune a las balas, los misiles y las granadas de los grupos armados.
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