A medida que la campaña del miedo avanza hasta extremos cada vez más delirantes, los occidentales siguen siendo sumergidos en titulares sensacionalistas sobre “terrorismo de cosecha propia” y “reclutas occidentales de EIIL (Daesh, en Árabe)”.
Los Gobiernos de Estados Unidos, Australia, Canadá, el Reino Unido, Francia, Alemania y otros muchos, han estado últimamente a la caza, echándose encima de un puñado de los supuestos reclutas de EIIL antes de que estos pudieran viajar a Siria e Irak.
Las detenciones parecen formar parte de un plan propagandístico orquestado primero, para mantener la falsa ilusión de que el Occidente está en realidad tratando de impedir que la gente se una a EIIL, cuando en realidad ha estado haciendo la vista gorda sobre este asunto y segundo, para justificar el creciente estado de vigilancia en el Occidente.
El ABC News informa que más de 2.000 occidentales se encuentran en las filas de los terroristas. Aun que según el informe la mayoría de estas personas pertenecen a las comunidades de inmigrantes, se puede ver también un gran número de occidentales que se han convertido al Islam y se han unido a EIIL y otros grupos terroristas que luchan para derrocar al Gobierno sirio. Teniendo en cuenta el alto nivel de vigilancia y seguimiento que las agencias de seguridad occidentales ejercen sobre las comunidades musulmanas, es increíble que todos estos individuos simplemente hayan evadido la inteligencia occidental que lo ve todo, que incluye la red de espionaje “Cinco Ojos” formado por los sistemas de espionaje de los EE.UU., Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia. Los enormes recursos de las agencias de espionaje de estos países, junto con el de los bandidos de exploración de datos de la NSA hacen difícil creer en que simplemente han sido incapaces de rastrear e intervenir antes de que un ciudadano occidental saliera de su país para unirse a algo que le han disfrazado como una guerra sagrada contra los adversarios de régimen de Israel en Siria, Irak y otras partes del Oriente Medio.
The Intercept reveló un informe sobre una reciente redada de FBI para detener a un presunto simpatizante de EIIL que planeaba supuestamente un ataque dentro de los EE. UU.; al igual que en casi todos los principales casos de los frustrados "complots terroristas" en la reciente historia estadounidense, el sospechoso fue incitado por los informantes del FBI. John T. Booker Jr. que fue arrestado por planear un ataque terrorista en nombre de EIIL se había ingresado en un hospital psiquiátrico un año antes de su detención. The Intercept informó que los dos informantes del FBI que inicialmente se pusieron en contacto con Booker Jr.: “le suministraron al joven de 20 años el material y el apoyo que causaron su arresto el viernes por un presunto plan de ataque que iba a llevar a cabo contra Fort Riley en apoyo del EIIL”.
Este ejemplo es solamente uno entre cientos de casos en los que el ejército formado por más de 15 mil informantes del FBI ha estado implicado. Un ejército que se ha infiltrado en las comunidades musulmanas para incitar y coaccionar los jóvenes impresionables y desmoralizados para que se impliquen en unos fabricados “complots terroristas” completamente ilógicos y condenados a fracasar.
Las autoridades canadienses a su vez han imitado las mismas tácticas inmorales del FBI; la de fabricación de complots terroristas a través de informantes. Un caso reciente es el de una torpe pareja colombiana-británica, John Nuttall y su esposa Amanda Koródy, que fueron empujados hacia una “conspiración terrorista” maquinada por agentes encubiertos de la Real Policía Montada del Canadá (RCMP, por sus siglas en ingles).
The Vancouver Sun informó que los agentes encubiertos “intentaron más de cuatro meses para hacer que John Nuttall forjara un verdadero plan[terrorista]”.Otro informe publicado por Sun describió la pareja terrorista como un par de adictos pobres y detalló cómo un agente encubierto les alentó a cada paso del camino, haciendo sugerencias sobre explosivos y objetivos.
Una historia que salió a luz a principios de este año, dio a conocer la política de doble rasero del Occidente en relación con EIIL. El Gobierno turco puso los datos relacionados con la identidad de un ciudadano sirio a la disposición de la inteligencia canadiense. La mencionada persona, que actuaba como un traficante de personas para EIIL, había escoltado a decenas de europeos incluyendo las tres colegialas británicas, a través de Turquía para llevarlas hasta las bastiones de EIIL en Siria.
“Las agencias noticieras de Turquía informaron ... que el agente de inteligencia extranjera que había sido detenido en este territorio bajo sospecha de haber ayudado a las tres chicas [británicas] para viajar a Siria e unirse a EIIL trabajaba para el Gobierno de Canadá”, declaró Ottawa Citizen en un informe sobre el escándalo. El agente en cuestión, Mohammed Mehmet Rashid, dijo a las autoridades turcas que había hecho viajes de rutina a la embajada de Canadá en Jordania, donde recibía sus órdenes de la agencia de espionaje de Canadá, CSIS. Esta embajada estaba encabezada por Bruno Saccomani, un exoficial de RCMP y el exjefe del destacamento de seguridad del primer ministro canadiense, Stephen Harper. Harper eligió personalmente a Saccomani como el embajador de Ottawa en Jordania.
Otra cuestión rutinaria pasada por alto por los principales medios de comunicación occidental es que EIIL no es el único grupo radical violento al que los ciudadanos occidentales están apresurando a unirse. Cientos de canadienses, estadounidenses, australianos y europeos se han unido a los militares israelíes en los últimos años para participar en el asesinato de miles de inocentes civiles palestinos y libaneses, la destrucción masiva de la propiedad de esta gente y otros crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
En un artículo titulado “Apoyar el turismo de terror con destino a Israel recibe créditos fiscales canadienses” Yves Engler, un experto en asuntos exteriores de Canadá, observa que, en Canadá, “es ilegal que los somalíes canadienses se vayan a Somalia para luchar mientras es legal que los judíos canadienses vayan a matar a palestinos en Gaza. Y si se les das dinero para apoyarlos, el gobierno te dará un Crédito de Impuestos de Beneficencia”. Engler documenta las actividades de las organizaciones de caridad que operan libremente en Canadá para reclutar jóvenes judíos para luchar por el régimen de Israel. “Por lo menos, 25 voluntarios de la zona metropolitana de Toronto participaron en el ataque de 22 días de régimen de Israel contra Gaza en 2008-2009, que dejó unos 1.400 palestinos muertos”, señala Engler para luego agregar que “durante el ataque de régimen de Israel contra El Líbano en año 2006, el Jewish News de Canadá informó que jóvenes canadienses abandonaban su hogar para unirse al ejército israelí”.
“El doble estándar es extrema”, escribe Engler, señalando que mientras les es prohibido a los canadienses alistarse en las fuerzas armadas extranjeras en virtud de la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar, los judíos que disfrutan de un estatus privilegiado en Canadá y otros países occidentales no deben acatarse a esta ley.
El extremismo proisraelí del Gobierno canadiense mostró su fea cara en 2014, cuando el Gobierno de Harper añadió el nombre de IRFAN-Canadá, en su lista de las sancionadas organizaciones terroristas. La mencionada entidad, es una organización musulmana de caridad que ayuda a recaudar fondos para las víctimas de Gaza y la Cisjordania. Según la lógica prosionista del régimen de Harper, las organizaciones benéficas musulmanas que trabajan con los dirigentes democráticamente elegidos de Gaza con el fin de prestar ayuda humanitaria a los palestinos, están apoyando al terrorismo. Sin embargo, el Estado canadiense que ayuda a las organizaciones benéficas judíosionistas a recaudar fondos para los militares israelíes e incluso reclutar judíos canadienses radicales para luchar en guerras sangrientas de régimen de Israel estableciendo “créditos fiscales” para los donantes, no está apoyando al terrorismo.
Evidentemente, en el mundo prosionista con el que sueña Harper, “terrorista” es una palabra de desprestigio que se aplica exclusivamente a los adversarios del imperialismo israelí, mientras que un régimen que comete limpieza étnica y se mantiene por medio del soborno, el chantaje y el asesinato en masa es alabado al parecer por permitir que sus ciudadanos 'privilegiados' y los árabes privados de sus derechos de voto sigan viviendo una política sionista de terror.
Escrito por: Brandon Martinez
ymc
Brandon Martinez es un escritor y periodista independiente de Canadá, especializado en política exterior, asuntos internacionales y la historia de los siglos XX yXXI. Durante años, ha escrito sobre el sionismo, la relación de régimen de Israel y Palestina, la política exterior canadiense y de EE.UU., la guerra, el terrorismo y el papel de los medios de comunicación en la política. Sus artículos y análisis han aparecido en Press TV, Veterans Today, Media With Conscience News, Whatsupic, Intifada Palestine, Information Clearing House, What Really Happened, y otros medios de comunicación alternativos. Es el co-fundador de Non-Aligned Media y el autor del libro “Grand Deceptions: Zionist Intrigue in the 20th and 21st Centuries”.
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