El 11 de febrero se cumplieron 36 años del triunfo de la Revolución Islámica de Irán, un movimiento social basado en los valores espirituales heredados del camino justiciero trazado por el Profeta Muhammad y su familia, la paz sea con ellos. Hoy, la nación iraní hace gala de sus imperecederos frutos, por medio del desarrollo, participación y construcción de un sistema integral que la catapulta hacia los más altos paradigmas del avance entre las naciones del mundo.
Escrito por Manuel ArismendiPrueba de ello son los avances registrados por la República Islámica de Irán en los ámbitos social, tecnológico, militar y cultural, estabilidad lograda a través del movimiento liderado por el Imam Jomeini (R.A) y la revolución islámica, sobre cuyos hombros le correspondió a la nación iraní llevar, no como carga, sino como una bendición, hecho que se manifiesta en las calles año tras año, donde millones de personas renuevan sus votos de fe y apoyo hacia esta inagotable revolución popular, pese a los embargos y complots de los Estados Unidos, los que a su vez, son instigados desde el régimen sionista, ocupante de Palestina.
Los éxitos de la Revolución Islámica de Irán se aprecian desde el interior de Irán hacia el exterior. Desde el interior, en sus calles, avenidas, parques, plazas y edificios públicos; avances desde diferentes puntos de vista, sobre todo, en la infraestructura que le permite otorgar una calidad de vida aceptable a sus habitantes, en comparación con otros países de la zona.Los éxitos de la Revolución Islámica de Irán se aprecian desde el interior de Irán hacia el exterior. Desde el interior, en sus calles, avenidas, parques, plazas y edificios públicos; avances desde diferentes puntos de vista, sobre todo, en la infraestructura que le permite otorgar una calidad de vida aceptable a sus habitantes, en comparación con otros países de la zona.
Pese a los embargos y los boicots que ha sufrido la economía iraní, la nación persa resiste gracias a la cultura islámica, la que le ha servido como coraza frente a las imposiciones occidentales que han provocado la pérdida de vidas humanas a través del terrorismo occidental, causando por esta vía, miles de mártires inocentes en el sendero de la construcción islámica social.
La resistente nación islámica de Irán se pone a la vanguardia por medio del masivo apoyo popular desde las bases sociales, quienes refuerzan su claro y firme compromiso con la Revolución Islámica, hecho que se refleja en todas las ciudades iraníes, pudiendo apreciarse la participación de todas las capas sociales para levantar en alto la bandera del legado profético.
La Revolución Islámica de Irán no solo se remite al propio territorio iraní. Su ejemplo ha traspasado las fronteras culturales, prueba de ello es que se escriba este artículo en idioma español, y el lector acceda al mismo. Ya este hecho, por sí solo, representa el triunfo de las ideas en el plano internacional, pese a toda la campaña publicitaria para tratar de acorralar a este proceso popular, y tratar de condenarlo en los medios de comunicación corporativos y comerciales, que buscan invisibilizar los logros durante estos 36 años.
Así, desde el otro lado del mundo, llegan a América Latina los destellos de la Revolución Islámica de Irán, tal como lo hace en diferentes idiomas y a diferentes culturas; es lo que molesta al sionismo histérico y a los ultra capitalistas, quienes, por más dinero que inviertan para arrojar barro a este proceso social y popular, no han podido conseguir sus propósitos, ya que la Revolución Islámica exhibe logros de grandes dimensiones, como por ejemplo, la independencia, libertad, dignidad, regreso a los valores humanos en base al Islam, factor que hace viable una senda alternativa al moribundo capitalismo y neoliberalismo, los que pretenden oprimir a los pueblos del mundo. No han vencido ni convencido, esto se los recuerda el sistema islámico, que surge de sus ecos prístinos para todas las épocas y todos los lugares bajo el lema, “Toda la tierra es Karbala, todos los días son Ashurá”.
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