Escrito por Lajos Szászdi León-Borja. Es necesario que el Gobierno de Siria controle todo su territorio nacional ocupado por terroristas e insurgentes a sueldo del extranjero, que incluye países como EE.UU., el líder de los Estados que apoyan al terrorismo en Siria, el Reino Unido, Francia, Turquía, Arabia Saudí, Jordania, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia y el régimen de Israel. Esto urge por motivos humanitarios, para liberar al pueblo sirio ocupado por los terroristas de Al-Qaeda, EIIL (Daesh en árabe) y otros extremistas de su control opresivo basado en su radicalismo totalitario.
Urge también que el Gobierno sirio libere sus territorios controlados por Daesh, ya que el control establecido por Daesh sobre territorio sirio será una excusa para que eventualmente Washington interviniera militarmente con fuerzas terrestres propias y de sus aliados ya mencionados en Siria. Ya el control de Daesh sobre territorio sirio ha servido de pretexto para que Washington y sus aliados enviasen sus fuerzas aéreas a bombardear territorio sirio desde agosto de 2014, destruyendo de paso infraestructura del país como instalaciones de petróleo al atacar blancos de Daesh. En este sentido, es muy probable que ya haya fuerzas especiales estadounidenses y de países aliados operando en Siria en misiones de reconocimiento para determinar blancos de Daesh a atacar y para iluminar con láser objetivos para bombas de guía láser lanzadas por los aviones de la coalición en contra de Daesh.
Las revelaciones del general retirado estadounidense Wesley Clark, ex Comandante Supremo Aliado de Europa (SACEUR) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ex candidato a la presidencia de EE.UU. por el Partido Demócrata, de que los aliados y amigos de EE.UU. ayudaron a crear a Daesh, confirma las peores sospechas del papel de EE.UU. y sus aliados mencionados en promover el terrorismo radical y en particular el de Daesh. En palabras del General Clark: “Mire, EIIL empezó a través de financiación de nuestros amigos y aliados….” Clark añadió después sobre la creación de Daesh: “Es como un [monstruo de] Frankenstein”. En este sentido, la lucha de Siria contra Daesh y otros grupos terroristas como el Frente Al-Nusra de Al-Qaeda es la verdadera guerra contra el terrorismo.
En contraste, los esfuerzos de Washington y su coalición contra Daesh, en vista de su apoyo a esta organización terrorista, son sospechosos y no serían genuinos. Indicios obtenidos de la prensa apuntan a que Washington a través de agencias como la CIA habría estado apoyando no solo a otros grupos terroristas radicales pero al mismo Daesh también, directa e indirectamente. Además, el mero hecho de que el gobierno de EE.UU. sabía del apoyo de sus “amigos y aliados” a Daesh sin que se opusiese a ello es prueba de la aprobación de la Casa Blanca a dicho apoyo, apoyo en el cual también habría participado y estaría participando activamente.
Aunque el presidente de EE.UU. Barack Obama ha solicitado al Congreso estadounidense una Autorización para el Uso de Fuerza Militar (AUMF) que incluiría el uso limitado de fuerzas especiales en territorio sirio, pero excluyendo el uso de fuerzas terrestres norteamericanas en operaciones ofensivas de gran envergadura, dichos poderes de guerra de ser concedidos podrían servir de primer paso para una intervención militar estadounidense terrestre a gran escala en Siria, cuya autorización podría venir luego tras buscarse una excusa conveniente.
Una vez que la Casa Blanca y sus aliados, tras una probable y futura intervención militar terrestre en Siria, tuviesen control sobre los territorios sirios actualmente controlados por Daesh, podrían dirigir sus operaciones militares para derrotar al ejército sirio y ocupar Damasco, para forzar un cambio de gobierno. Otra posibilidad es que las fuerzas de intervención de la coalición contra Daesh podrían dividir a Siria en dos estados como pasó en Alemania y Corea tras la Segunda Guerra Mundial, estableciendo en los territorios que controlasen un gobierno paralelo al legítimo sirio, formado por los políticos exilados sirios a sueldo de los países que apoyan al terrorismo en Siria.
También podría ocurrir que las fuerzas de intervención de la coalición contra Daesh se retirasen dejando el territorio que fue ocupado por Daesh a sus otros grupos terroristas e insurgentes “moderados”, armados y equipados espléndidamente por EE.UU. y sus aliados, actuando de manera similar a la Unión Soviética tras su ocupación de Manchuria a los japoneses en 1945. En aquella ocasión, al retirarse la Unión Soviética de Manchuria en 1946 por órdenes del líder soviético Josef Stalin, éste le pasó el control del territorio manchú a las fuerzas comunistas chinas de Mao Tse-tung. Estas fuerzas por ello quedaron muy bien armadas y equipadas con las armas soviéticas y japonesas capturadas que les dejó el Ejército Rojo al retirarse, utilizando a Manchuria como base desde donde llevar a cabo sus operaciones militares por el control de la China, lo que contribuyó a la victoria de Mao en la guerra civil china en 1949.
Ante la actual amenaza de una III Guerra Mundial entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que pertenecen EE.UU., el Reino Unido, Francia y Turquía, involucrados estos en la desestabilización de Siria y en apoyar a los terroristas radicales que la están invadiendo, es imperativo que Siria logre liberar del control de Daesh los territorios que domina en el país, antes que estalle una guerra que llevaría a internacionalizar aún más el conflicto sirio con la intervención de la potencias. Liberada Siria de Daesh, es posible que las potencias de la OTAN que apoyan a los terroristas radicales no tengan interés en intervenir en este país al no tener la excusa para ello – derrotar a Daesh – y para no involucrar sus fuerzas en territorio sirio, al verse impelidos a emplearlas de manera prioritaria en un conflicto con Rusia en Europa. Es además por ello aconsejable que de ser posible Siria se mantenga al margen de participar en una III Guerra Mundial, como la España Nacional de Francisco Franco se abstuvo de entrar formalmente en la II Guerra Mundial tras su victoria en la Guerra Civil Española en 1939.
Siria podría aumentar las unidades de su ejército móvil obteniendo tropas de las guarniciones donde se calcula mantiene la mitad de sus ejército para tareas defensivas, como hicieron los franceses en tiempos del Rey Luis XIV en el siglo XVII, que aumentaron grandemente su ejército móvil al sacar soldados de las guarniciones que mantenían en las fortalezas y ciudades fortificadas para guarnecerlas. Esta medida les dio a los ejércitos de Luis XIV una ventaja sobre sus enemigos en el campo de batalla.
Siria puede seguir utilizando aliados del Líbano e Irak, con la promesa de pasar las fuerzas iraquíes a la contraofensiva desde Siria a Irak por el frente del Río Éufrates una vez que este río fuese liberado del control de Daesh.
El Ejército de Siria podría formar líneas de frente continuas e ininterrumpidas para que nada pueda entrar ni salir y así por ejemplo impedir el refuerzo de unidades terroristas asediadas. En este último ejemplo recuérdese el asedio por Tito de Jerusalén, que construyó una línea fortificada reforzada por fuertes para totalmente cerrar la entrada y salida de la ciudad sublevada, lo que también hizo Julio César para aislar a la ciudad gala de Alesia o el también romano Escipión el Joven con la ciudad celtíbera de Numancia en España.
Las fuerzas acorazadas (de tanques) y mecanizadas sirias podrían avanzar desde el desierto y por carretera para liberar de su asedio a la base aérea de Deir ez- Zor y liberar a esta ciudad, tratar de dividir a Daesh en dos al sur del Río Éufrates, atacando simultáneamente en dirección a la ciudad de Raqqa y capital del califato de Daesh, y las ciudades al sur del Éufrates cerca de la frontera con Iraq, cortando de paso la carretera que las une y así cortando las comunicaciones de Raqqa al sur del Éufrates, avanzando hasta la ciudad de Madinat Ath Thawrah a orillas del Lago Assad y capturándola, avanzando hacia el este hacia Deir ez-Zor y aislando a las ciudades ocupadas por Daesh a lo largo de la margen sur del río y asediándolas, interceptando por aire todo movimiento enemigo por campo abierto, por el río y por carretera.
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