El punto de vista desde Occidente
Cuando la gente dice que “la resistencia de Kobane resuena en todo el mundo” en su mayoría quieren decir que Europa y los EEUU finalmente comprendieron los credenciales del movimiento de liberación de Kurdistán. Las potencias globales de los medios de comunicación – tales como la BBC, CNN y la NBC – permitieron miles de centímetros de las columnas o de tiempo en el aire a la resistencia en Kobane e incluso los dirigentes de los gobiernos occidentales, quienes previamente habrían cambiado su camino de manera sincronizada para evitar darse cuenta de la lucha kurda, declararon abiertamente su apoyo a la resistencia de Kobane. Estas irregularidades, sin embargo, en contraste con sus apariencias, cuando se examinan críticamente plantean mas preguntas que respuestas.
Muchos analistas han escrito extensamente sobre las sensibilidades y calculaciones geopolíticas occidentales respecto a Oriente Medio y, últimamente, específicamente sobre Siria y Kobane. Sin tener nada original que decir en cuanto a esto, sólo cabe la pena mencionar que la mayoría de estos analistas estaban de acuerdo en la idea de que el planteamiento de occidente en cuanto a Kobane y Rojava era (mi argumento es que sigue siendo) táctico. Para ser exactamente honesto, nadie realmente espera de estos poderes – los representantes políticos y de los medios del capital global – que entren en una alianza estratégica con los valores revolucionarios de Rojava. Más que cualquier otra cosa, esta alianza táctica se basaba en un “enemigo común” y de acuerdo con esto los ideales revolucionarios intrínsecos de la Revolución de Rojava fueron, por lo menos hasta ahora, no sólo esquivados convenientemente sino, para ser exactamente honesto, censurados crudamente por las mismas coorporaciones que glorificaron la resistencia.
Por ejemplo; mientras las combatientes mujeres en Kurdistán estaban siendo atendidas por los medios de comunicación occidentales como si hubieran simplemente “caído del cielo”, cuántas de estas agencias realmente hicieron referencia a las bases teóricas y prácticas del PKK y Abdullah Ocalan de este desarrollo, la revolución más verdadera que está ocurriendo en la región ahora mismo. Obviamente esto no es algo de lo que sorprenderse, incluso apologistas académicos reconocen fácilmente que una de las características más distintivas del sistema hegemónico actual es su tendencia a arrancar un fenómeno social de su contexto histórico.
Así pues, además de combatir al ISIS, ¿ha visto alguien a alguna de las coorporaciones mediáticas resaltar el hecho de que una forma de organización social alternativa, opuesta al sistema estatista de 5000 años de edad, estaba siendo establecida en Rojava? No. ¿Qué hay de la búsqueda de modelos económicos alternativos/cooperativos/comunales en oposición a las prácticas económicas monopolizantes/explotadoras/destructivas de la modernidad capitalista? No lo creo. A parte de organizaciones que son sensibles a este tipo de experimentos sociales, la censura aplicada a los ideales y prácticas revolucionarias de Rojava se mantuvieron, y se mantienen, consistentemente.
Este es el punto de vista de Rojava desde los EEUU o Europa: “Hay una fuerza combatiente muy efectiva en Rojava que está derrotando a ISIS. Se debe de apoyar a esta fuerza combatiente contra ISIS, pero la campaña ideológica contra los ideales sociales, políticos y económicos de Rojava debe continuar (así como se ha hecho por más de treinta años contra el PKK)”.
Resumiendo, desde el punto de vista de los EEUU y algunos estados Europeos, se consideró conveniente el entrar en una alianza con los kurdos de Rojava en Kobane basándose en un “enemigo común”. Una alianza estratégica mayor, sin embargo, parece ser substancialmente improbable; la Revolución de Rojava no tiene intención de transformarse en una extensión/satélite neoliberal de la hegemonía capitalista global, ni serán las fuerzas hegemónicas de la modernidad capitalista quienes domen su incesante búsqueda de beneficio y poder.
El punto de vista desde Latino América
Entonces, ¿qué significado tiene Rojava para Latino América? No voy a caer en el romanticismo nostálgico y en el delirio de cómo los pueblos revolucionarios de Latino América se han sumado a la Revolución de Rojava en masa; al menos no todavía. Pero voy a hacer hincapié en el hecho de que el punto de vista de Latino América sobre Rojava pone al descubierto algunas diferencias intrínsecas estratégicas con Occidente.
Antes de hablar de estas diferencias, es importante diferenciar entre el estado y la sociedad como sujetos del análisis (Por supuesto esta separación también se da en Occidente; sin embargo, debido a que específicamente quiero resaltar la situación en Latino América no he mencionado la postura de los movimientos sociales occidentales hacia Rojava). Desde su formación, el estado ha sido ontológicamente opuesto a la búsqueda de libertad de la sociedad. No importa cómo de moderno, no importa cómo de liberal o no importa cómo de “socialista” un estado se declare ser, los estados han sido cautelosos – e incluso en oposición violenta – a las demandas de libertad, igual y justicia de los pueblos.
Esta característica inherente del estado – con sus diferencias – es también evidente en Latino América. Los seminarios introductorios para diplomas en relaciones internacionales en la mayoría de las universidades todos comienzan aceptando fácilmente que las relaciones inter-estatales están fundadas y promovidas por intereses. Ésta es probablemente la relación de amistad actual fundamental entre Venezuela e Irán. Es por esta razón que un estado “socialista” como Venezuela puede tener buenas relaciones con un estado como Irán bajo el pretexto del “anti-imperialismo”. Esta preciada relación es por la que los dirigentes del gobierno en la Venezuela “socialista” sólo pueden mostrar secretamente apoyo al movimiento de liberación de Kurdistán: el mayor movimiento socialista de Oriente Medio. Es esta desventaja la que incapacita totalmente a Venezuela de apoyar a un aliado natural en Oriente Medio, mientras que los estados occidentales están jugando en la región.
Bolivia, sin embargo, es una anomalía interesante cuando analizamos las prácticas del estado. El 27 de Noviembre de 2014 – el 37 aniversario de la formación del PKK – el Senado de Bolivia aprobó una resolución que declaraba “saludamos los esfuerzos en Rojava por el establecimiento del Confederalismo Democrático y apoyamos el derecho a la auto determinación de los pueblos de Kurdistán”. Ésta es la primera resolución de este tipo que se aprueba en un país en el mundo; por primera vez la existencia de los cantones de Rojava fue reconocida oficialmente.
Los acontecimientos realmente emocionantes, sin embargo, están ocurriendo en la esfera de los movimientos sociales en Latino América. Debido al hecho de que el capitalismo ha sido incapaz de institucionalizarse de la misma manera que lo ha hecho en Occidente, los reflejos políticos de la gente en Latino América no se han atrofiado tanto como en Occidente. El poder de los movimientos sociales afianza la posición de la sociedad contra el estado; nada más lejos que en la protestas de 2013 en Brasil contra el aumento de las tarifas del transporte público en las cuales el estado revocó su decisión de aumentarlas. Es esta dinámica la que ha acercado a la Revolución de Rojava con una gran sinceridad, pasión y solidaridad. Es por esta razón que en ciudades como Porto Alegre y Rio de Janeiro en Brasil – donde no hay ni un sólo kurdo – los Comités de Solidaridad con Kurdistán se están convirtiendo cada vez más en ejemplos emocionantes de solidaridad internacional.
El 1 de Noviembre en el Día Mundial de Kobane, cientos de argentinos acudieron en masa a las calles para apoyar la resistencia de Kobane. Muchas otras en Bolivia, Uruguay, Colombia y Venezuela expresaron su apoyo. Varias organizaciones de mujeres en la ciudad de Porto Alegre se reunieron el 7 de Febrero en un encuentro preparatorio para las actividades del 8 de Marzo y declararon que los actos de este año estarían dedicados a las mujeres luchadoras de Kurdistán.
Para los Zapatistas en Chiapas, las FARC en Colombia, el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, los Mapuches en Chile, los movimientos sociales en Argentina y los anarquistas del continente, la Revolución de Rojava es una revolución que representa sus valores en Oriente Medio.
A pesar de estar a tán solo 10.000 kilómetros de distancia, el movimiento revolucionario en Kurdistán se está convirtiendo ràpidamente en la luz de la esperanza para Latino América. La gente de Latino América, como parte de sus sensibilidades humanitarias, han estado en solidaridad con el pueblo de Palestina durante décadas. Sin embargo, la simpatía hacia el movimiento de liberación de Kurdistán tiene una diferencia significante. Los movimientos revolucionarios y la gente de Latino América no simpatizan con el movimiento de liberación y su líder Abdullah Ocalan meramente por sus bases humanitarias. Más bien, se están empezando a formar plataformas conjuntas de lucha como los proyectos de Abdullah Ocalan para Kurdistán, y Oriente Medio está resonando con las fuerzas revolucionarias de Latino América. En este sentido, el punto de vista de Latino América hacia Rojava no es conjetural y definitivamente no es táctico; más bien, la Revolución de Rojava está convirtiéndose rápidamente en una oportunidad para la unificación de los proyectos revolucionarios en Latino América y Kurdistán. Esto es en sí mismo algo de lo que merece la pena emocionarse…
Artículo original: Kurdish Question
Traducido por Rojavanoestasola
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