El presidente Bashar al-Assad afirmó que el pueblo y el ejército en Siria tienen la voluntad de limpiar el país completamente de los terroristas y esto es indiscutible.
En una entrevista con las agencias rusas Ria Novosti y Sputnik, el presidente puso de relieve que los dos principales ejes que pueden conducir a resultados que protejan a Siria y sus ciudadanos son la lucha antiterrorista primero, y la acción política en segundo lugar.
El presidente subrayó que las potencias occidentales no son sinceras y ejercen una política alejada de los principios y el derecho internacional y la ONU, y por consiguiente no se puede depender de ellas para la solución de ningún problema.
Segunda pregunta: Sr. Presidente Siria es un país rico en historia.
¿Cómo se imaginan su rol en la historia de su país? y ¿cómo será evaluado en el futuro por los historiógrafos, en su opinión?
Presidente: según el historiador y su objetividad. Yo no puedo evaluarme pero puedo desear [que sea evaluado] como quien protegió a su país frente a una embestida terrorista inaudita, y salvaguardó a la región porque Siria es un país clave y una implosión del país afectaría seguramente a toda el área.
Tercera pregunta: lo que sucede en Siria en gran medida tiene dimensiones mundiales. ¿Qué consejo le daría a un jefe de Estado que enfrenta una situación parecida a la que tiene Siria ahora?
Presidente: No deseo que ningún otro país o pueblo pase por lo que ha pasado Siria, y lo que quiero decir partiendo de nuestra experiencia es que cualquier tipo de fanatismo, sea religioso, político, social… es destructivo para la sociedad y hay que alejarse del fanatismo en el proceso de construcción de las sociedades.
La lección más importante que hemos aprendido es que Occidente no es sincero… los países occidentales no son sinceros y ejercen una política distante de los principios y el derecho internacional… tener buenos amigos acelera la solución, por tanto cada responsable debería escoger bien a los países amigos que se pondrían de su lado cuando enfrente una crisis.
Cuarta pregunta: en algún momento terminará la guerra en Siria, pero el país saldrá de ella distinto y no será como antes. ¿Cómo será la Siria de posguerra y cómo quiere verla?
Presidente: Creo que el cambio comienza ya. Al principio la guerra constituyó un choque para muchos sirios y los llevó en direcciones erróneas. Hoy la imagen está clara, y el cambio parte de la idea de que el fanatismo es inaceptable en un país diverso como Siria.
Tenemos una gran diversidad étnica, religiosa y sectaria por tanto para que Siria exista tenemos que convivir con afecto verdadero y no formal, y comenzamos a palpar esto ahora en la sociedad siria, y si logramos superar esta crisis entonces la sociedad siria será mejor y Siria podrá ejercer mejor su rol histórico y esto beneficiará a las otras sociedades. Nosotros como países árabes e islámicos nos influenciamos unos con otros y es de esperar que el patriotismo impere y no el deslumbramiento por Occidente.
Quinta pregunta: como político y ser humano usted observa todos los días cómo muere gente en su país… muchos se ven obligados a huir del territorio y dejan atrás sus hogares. No podemos abordar esto sin repercusiones psicológicas. ¿Cómo abordas esto en el aspecto humano?
Y ¿cómo usted puede cargar con una responsabilidad importante y difícil como esta y quién le da apoyo?
Presidente: Es totalmente cierto. Uno vive esto cotidianamente y piensa en las repercusiones en las familias… este lado nos afecta diariamente como sirios y es un aspecto verdaderamente doloroso. Pero cuando estas en un cargo tienes que transformar el aspecto emocional en una acción o sea cómo proteger a las potenciales víctimas.
Por tanto los dos principales ejes que podrían conducir a resultados son: la lucha contra el terrorismo y la acción política para detener lo que sucede en Siria. La acción política implica negociaciones políticas por un lado y negociaciones con los armados que quieran volver al seno del Estado y la vida normal. En esto hemos tenido éxito en gran medida durante los dos últimos años.
Nosotros como sirios, en tanto dirigentes como ciudadanos, tomamos nuestra fuerza de las familias de los mártires y heridos porque son ellos quienes ofrecen el mayor precio y al mismo tiempo anuncian continuamente que lo hacen por la patria.
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