Cada 30 de marzo, se conmemora el Día de la Tierra Palestina, en toda la patria ocupada como en la diáspora. Los palestinos y todos los que creemos en la justicia, la libertad y los derechos humanos, conmemoramos este día, reafirmando el rechazo a las políticas de Apartheid, Limpieza Étnica y robo de tierras que Israel lleva a cabo.
La conmemoración del Día de la Tierra Palestina, se motivó cuando el día 30 de marzo de 1976, la sociedad palestina convocó una huelga general en protesta por el continuo robo de sus tierras por parte del sionismo israelí. El Ejército sionista, fiel a su tradición e historia de asesinatos y represión, asesinó a siete jóvenes palestinos con "ciudadanía israelí" en las manifestaciones que acompañaron esa huelga. Desde entonces, el 30 de marzo ha quedado marcado en la historia palestina como una jornada de reivindicación de los derechos legítimos del pueblo palestino. Hoy, 39 años después, la colonización de Palestina continúa. Día a día, el Estado de Israel roba tierras, expulsa de ellas a sus legítimos habitantes, construye asentamientos y transfiere allí a colonos sionistas extranjeros recolectados de todos los rincones del mundo. Estas prácticas contravienen la legislación internacional y los Derechos Humanos y han sido condenadas por Naciones Unidas y por la gran mayoría de gobiernos del mundo, incluidos los de la Unión Europea y Estados Unidos.
Sin embargo, estas condenas no han sido acompañadas por sanciones efectivas, por lo que Israel continúa la colonización sin sufrir por ello ninguna consecuencia. Ya son más de medio millón los colonos que viven en los asentamientos ‘ilegales’, (TODOS los asentamientos son ILEGALES, según la legislación internacional).
Debido al lobby norteamericano y la presión que los gobiernos de Estados Unidos ejercen sobre sus aliados europeos, estos se han conformado con emitir condenas sin valor efectivo, solo lamentos inútiles que solo sirven para alimentar una hipócrita actitud de increíble doble moral. Mientras tanto Israel que tiene todas las facilidades para continuar con el robo de tierras y las acciones de limpieza étnica de la población histórica palestina.
Las personas palestinas con ciudadanía israelí –aquellas que viven en el Estado de Israel- siguen siendo discriminadas. Hay localidades ancestrales palestinas que no son reconocidas y por ello carecen de presupuesto y otras que reciben transferencias menores a las que les corresponderían por su peso poblacional. Además, el Estado de Israel practica con estas personas una discriminación educativa y laboral que conduce a su marginalización.
Muchos de los actos, a realizar en todo el mundo, estarán relacionados con las Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel (BDS) y la Campaña Palestina para el Boicot, Académico y Cultural a Israel (PACBI). Ambas iniciativas, surgidas de la propia sociedad civil palestina, piden el boicot a Israel en tanto que no cumpla con la legislación internacional y con los Principios Generales de los Derechos Humanos. Cabe recordar que el Apartheid sudafricano cayó gracias a las acciones decididas de boicot contra aquel régimen de segregación racial de la antigua Sudáfrica. De la misma forma se espera que estas campañas generen el mismo resultado para terminar con el actual Apartheid sionista.
Muchos de los actos, a realizar en todo el mundo, estarán relacionados con las Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel (BDS) y la Campaña Palestina para el Boicot, Académico y Cultural a Israel (PACBI). Ambas iniciativas, surgidas de la propia sociedad civil palestina, piden el boicot a Israel en tanto que no cumpla con la legislación internacional y con los Principios Generales de los Derechos Humanos. Cabe recordar que el Apartheid sudafricano cayó gracias a las acciones decididas de boicot contra aquel régimen de segregación racial de la antigua Sudáfrica. De la misma forma se espera que estas campañas generen el mismo resultado para terminar con el actual Apartheid sionista.
Jerusalén simboliza toda la crueldad de la ocupación. El Estado de Israel no sólo se niega a retirarse y acabar con la ocupación militar de esa ciudad, tal y como exige la resolución 242 de la Organización de las Naciones Unidas, sino impulsa los planes de ‘judaización’ de toda la ciudad, expulsando a los palestinos y palestinas de los barrios en los que habitan desde hace siglos como los barrios la ciudad antigua, Silwan o Sheik Jarrah, ya sea mediante la destrucción de las casas palestinas, declarar los barrios (¡solo donde viven palestinos!) como áreas verdes o de atracción arqueológica e histórica, etc. Sin embargo, día a día surgen nuevos barrios y construcciones para colonos sionistas. De hecho, más del 85% de Jerusalén Oriental ya está colonizada en forma ilegal.
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