 La agresión que el régimen saudí lleva a cabo desde hace más de una semana contra los huthis comienza a parecerse a la agresión israelí contra el Líbano y Hezbolá en 2006, que se prolongó durante 33 días.
Expertos militares señalan que los yemeníes poseen un amplio arsenal de misiles que podría cambiar el curso de un combate terrestre, si finalmente los saudíes llevan a cabo una invasión terrestre como han amenazado.
Desde hace unos 10 días, la aviación saudí bombardea de forma cotidiana las grandes ciudades yemeníes causando la muerte de decenas de civiles.
Centenares de aviones de combate atacan las infraestructuras yemeníes, las escuelas, los hospitales y las fábricas. Los saudíes, siguiendo las indicaciones de sus amos estadounidense e israelí, preparan también una ofensiva terrestre.
Hay, sin embargo, algunos obstáculos a dicha ofensiva. En primer lugar, el Ejército saudí carece de experiencia de combate y difícilmente podrá vencer al Ejército yemení y a una guerrilla experimentada como es Ansarulá en un terreno además abrupto y montañoso como el yemení. El nacionalismo yemení jugaría también un papel básico en la movilización y resistencia de la población contra tal agresión.
Asimismo, esta posible ofensiva saudí estaría basada en gran medida en el despliegue de un gran número de tanques de fabricación occidental como el norteamericano Abrams y el Leopard alemán.
Sin embargo, el Ejército yemení y Ansarulá poseen misiles antitanque rusos de alta capacidad de perforación, de tipo Kornet, uno de los más eficaces del mundo.
Este misil puede penetrar hasta un metro de profundidad en un blindaje reforzado de un tanque, lo cual es más que suficiente para destruirlo.
Se trata de un misil de 3 kms de alcance y teledirigido, que se puede ser usado en cualquier condición climática.
En 2006, los Kornet de Hezbolá convirtieron el Líbano en un cementerio de los tanques Merkava israelíes.
Nada impide que esta experiencia se repite y se amplíe en Yemen frente a los tanques saudíes. |
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