Un nuevo y amargo informe de Médicos por la Responsabilidad Social, galardonados con el Premio Nobel, ha revelado que más de 1.300.000 personas fueron asesinadas solo en los primeros diez años de la Guerra Global contra el Terror (GWOT por sus siglas en inglés) en Irak, Afganistán y Pakistán. Lo que antes era conocido como GWOT fue “orwellianizado” por la administración de Obama como “Operaciones de Contingencia en el Exterior” (OCO).
Básicamente, el informe ni siquiera cubre el rastro de OCO en Libia, Siria, Somalia y Yemen (una guerra “ganada” por OTAN/AFRICOM; una guerra civil actual y dos objetivos de la nefasta “lista de asesinatos” de Obama). Además las cifras sobre AfPak están lejos de ser las más recientes. Y el cálculo total de víctimas mortales seconsidera “conservador”.
La evidencia muestra que esta máquina letal OCO se volvió frenética durante casi 15 años contra regiones enteras del planeta –para no mencionar la quema de billones (millones de millones) de dólares de fondos públicos estadounidenses– y tuvo un efecto nulo en la contención del terrorismo. Más bien lo contrario: los lectores de Asia Times saben cómo he definido GWOT como el regalo que sigue siendo regalado.
Y todo esto comenzó mucho antes del 11-S y la veneración oficial al GWOT por parte de Bush.
¿Dónde está mi visa de yihadista?
Basta con leer el libro Visas for al-Qaeda: CIA Handouts that Rocked the World de Michael Springmann, un antiguo funcionario del Departamento de Estado que ejerce la abogacía actualmente en Washington. Fundamentalmente fue jefe de la sección de visas del consulado de EE.UU. en Yeda, Arabia Saudí, entre 1987 y 1989. Hasta que, como parte de una historia muy enrevesada, perdió su puesto y se lanzó a un camino largo y tortuoso hasta convertirse en un denunciante.
La revelación de Springmann de que el consulado de Yeda era una base de la CIA no es ninguna sorpresa, ya que el libre flujo de visas era esencial para los denominados “afganos árabes” que participaron en la yihad de los años 80 contra la antigua URSS.
Y el asunto continuó sin parar. Mientras investigaba para su libro, Springmann también descubrió que 15 de los 19 secuestradores del 11-S obtuvieron sus visas en Arabia Saudí, 11 en Yeda y 4 en Riad. Springmann descubrió que esas visas fueron aprobadas por una cierta Shayna Steinger “contratada directamente en la Universidad de Columbia con una maestría como FSO4, que es un rango muy elevado para alguien recién salido de la universidad sin ningún antecedente, experiencia o capacitación. Y se esperaba que ella diera respuestas muy controvertibles a la Comisión del 11-S que investigó lo que sucedió en Yeda”.
Después del 11-S, Springmann también trató de ponerse en contacto con el FBI para contar su historia. Sigue esperando respuesta. (La entrevista de Lars Schall con Springmann se encuentra aquí).
Springmann no tiene dudas de que toda la génesis de la “guerra contra el terror”, antes del 11-S, fue un timo en el que participaban la CIA y el Departamento de Estado. Como escribe, “los terroristas internacionales que EE.UU. reclutó para las guerras de Afganistán y Bosnia hace unos treinta años todavía están involucrados actualmente en los combates en otros sitios. Bosnia no fue el único sitio en el que fueron empleados. Las visas que les extendió el Departamento de Estado entonces están ahora vinculadas a las continuas guerras en Afganistán, Irak, Libia y Siria. Los fanáticos a los que vi obteniendo documentos de viaje durante mi estadía en Yeda están directamente involucrados o han entrenado a los que ahora participan directamente en los combates contra fuerzas de EE.UU.”
Hablad con RAND
No han nada nuevo bajo el sol de GWOT/OCO. Es un simple cambio de nombre de lo que el Pentágono en los primeros días del “eje del mal” del régimen Cheney llamó Guerra Larga. Y su futuro fue debidamente conceptualizado más adelante en 2008 por el informe de RAND CorporationUnfolding the Future of the Long War (Desarrollo del futuro de la guerra larga).
RAND estableció claramente lo que se ha convertido en lo que ahora es normal. Washington apoya al tinglado CCG/petrodólar –con la Casa de Saud arriba– pase lo que pase, siempre en función del interés de contener “el poder y la influencia iraníes”. Desvía recursos salafistas/yihadistas hacia el ataque de intereses iraníes en todo Medio Oriente”, especialmente en Irak y Líbano, por lo tanto “debilitando… operaciones antioccidentales”. Y apoya a al-Qaida y al EI/ISIS/Daesh. CCG apoya y “empodera” enconadamente islamistas antichiíes en todas partes para mantener la “dominación occidental”.
Técnicamente la Guerra Larga es una fabulosa mina de oro para el complejo industrial-militar. Geopolíticamente, mata dos pájaros de un tiro: causa estragos mediante “divide y vencerás” en todo el mundo musulmán y también es una guerra por encargo contra Irán.
Pocos recordarán que el concepto de Guerra Larga se formuló primero en la era del “eje del mal” por el Highlands Forum, un think-tank relativamente oscuro del Pentágono infestado de neoconservadores. No es por accidente que RAND Corporation sea un importante “socio”.
Y ahora con profesionales de la Guerra Larga como el jefe supremo del Pentágono “Ash” Carter, su adjunto Robert Work y el jefe de inteligencia del Pentágono Mike Vickers, a cargo de la autodenominada “No hagas cosas estúpidas” estrategia militar de la administración de Obama, la continuidad es la nueva norma.
Y la diversificación, por supuesto. El nuevo libro de Nick Turse,Tomorrow’s Battlefield: US. Proxy Wars and Secret Ops in Africa se lee como un viaje alucinante a lo largo del giro del Pentágono hacia virtualmente todo el continente, desplegando totalmente OCO para combatir el “terror” a través de AFRICOM.
OCO para siempre. Feliz travesía y buena caza.
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