El expresidente socialista español se ha encontrado con que los adversarios de Nicolás Maduro están poco dispuestos a hacer concesiones, según explican fuentes de la MUD a El Confidencial
José Luis Rodríguez Zapatero “ha estado trabajando en que nos den fecha para la validación de las firmas” que piden la celebración de un referéndum revocatoriocontra el Presidente Nicolás Maduro. La afirmación es de una fuente de la coalición opositora de Venezuela, Mesa de la Unidad (MUD), que dice a El Confidencial que el expresidente español, más que proponer, ha escuchado a las partes. “Se le ha insistido en que hay que empezar a discutir por el revocatorio”, añade el informante, que confirma que las gestiones de Zapatero no han sido exitosas: aún no hay fecha para la verificación de las firmas ya entregradas ni cronograma del proceso, que incluye una nueva recogida de rúbricas del 20% de los inscritos en el registro electoral
La oposición está tratando de impulsar la realización de esta consulta electoral para decidir si Maduro abandona el poder en 2016, dos años antes de terminar su período constitucional. “El único diálogo es el revocatorio”, ha dicho el excandidato presidencial Henrique Capriles, uno de los principales dirigentes de la oposición. La frase la repitió ayer en medio de una protesta callejera que buscaba llegar al Consejo Nacional Electoral para exigir que comience la verificación de las firmas, un proceso que ya está retrasado “sin justificación”, según el también gobernador del estado Miranda.
Tras una reunión de la cúpula opositora con el rector Luis Emilio Rondón, el único de los cinco encargados del Poder Electoral no identificado con el chavismo, la MUD ha anunciado que existe el compromiso del organismo electoral de anunciar para hoy, miércoles 8 de junio, una fecha concreta para la validación de las firmasentregadas, “seis veces más de las 200 mil que se pidieron”, según Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD.
Zapatero está en la República Dominicana, donde él y otros ex presidentes mediadores (el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos) tratan de acercar a las partes. El domingo, el español se reunió con la delegación del Gobierno de Maduro, según informó vía Twitter la canciller venezolana Delcy Rodríguez. “Nuestra delegación llegó como un clavel el domingo para trabajar con una agenda preestablecida” –que no ha sido divulgada-, dijo ayer Maduro. “La oposición tuvo el tupé de embarcar a la Unasur [Unión de Naciones Suramericanas, promotora del diálogo] y a los expresidentes”, ha añadido el mandatario.
Según un comunicado divulgado por la Secretaría General de Unasur, la oposición venezolana no acudió a las “reuniones exploratorias” y, ya iniciada la cita, envió un comunicado solicitando retrasar el encuentro. La canciller venezolana Delcy Rodríguez, una de las delegadas del gobierno para esta tarea, ha informado que los mediadores “estaban sorprendidos ante la actitud [de la oposición], pero nosotros cumplimos nuestro ciclo de trabajo en el marco de la agenda acordada”. El escrito de Unasur hace un llamado a la MUD “a reincorporarse lo antes posible, y continuar en el único camino que permitirá reafirmar la paz, la convivencia y el diálogo, como mecanismos para el entendimiento entre los venezolanos”.
El pasado viernes, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, había dicho que la oposición acudiría a reunirse con quien fuera. Respondía así a Henrique Capriles, quien afirmó un día antes que “en Venezuela lo único que hemos escuchado son insultos y amenazas, por eso el llamado a diálogo de Maduro no existe. La Unidad no puede ir a República Dominicana hasta tanto el gobierno no respete la Constitución y se le ponga fecha al revocatorio”. El excandidato presidencial coincidía entonces con el encarcelado dirigente Leopoldo López al afirmar que las conversaciones con el gobierno no podían ser para que Maduro “gane tiempo”.
Henrique Capriles habla durante una manifestación en Caracas exigiendo el inicio del proceso revocatorio, el 7 de junio de 2016 (EFE)
Una labor "prudente y discreta"
Cuando asumió el rol de mediador, Rodríguez Zapatero afirmó que su labor debía ser "prudente y discreta". Cuando estuvo en Caracas, entre el 2 y el 7 de junio, tuvo una llegada y agenda silenciosas, sin confirmación oficial por parte del Gobierno o de la Embajada española en Caracas. De su llegada se enteró el país cuando Jesús Torrealba la reveló.
Ese día se había anunciado la suspensión, por quinta vez, de una reunión entre las autoridades electorales y la cúpula de la MUD, y el presidente Nicolás Maduro había amenazado con demandar a la directiva del Parlamento por usurpación de funciones. De allí que Zapatero fuera recibido con muchas negativas por parte de la oposición venezolana, que espera gestos de concordia, de ganas de dialogar, por parte del Ejecutivo nacional, así como no más dilaciones por parte del organismo electoral sobre el proceso revocatorio.
Nicolás Maduro ha dicho este martes que llevará a la mesa tres asuntos a discutir: "La instalación y puesta en funcionamiento de la Comisión por la Verdad, a puertas abiertas, para saldar y superar los daños que han hecho los golpes y las guarimbas desde 1999; el respeto institucional y constitucional desde la Asamblea Nacional; y la renuncia a la violencia criminal, política y social en la oposición". Por el lado opositor, se han planteado cuatro puntos desde que se comenzó a hablar de diálogo: el revocatorio, la liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados, la aceptación de la ayuda internacional en medicinas y alimentos, y el respeto a la Asamblea Nacional.
Pero Maduro ha asegurado que unas elecciones no serán discutidas en ese intercambio. "El referéndum con opción revocatoria no va a estar en ningún diálogo porque es una opción", no una obligación legal, ha ratificado este miércoles, cerrando la puerta al primer punto de la agenda opositora. Desde la MUD, se plantea que la política a seguir es el cambio de gobierno a través de dicho referéndum. "El diálogo es útil en tanto sirva a esa política del cambio", dice extraoficialmente uno de sus dirigentes.
“Votar es ejercer la soberanía. Lo que pasa es que Maduro entiende la paz como la sumisión”, afirma un diputado de la oposición cercano al equipo que asiste a los encuentros con el expresidente español, compuesto por representantes de los cuatro principales partidos opositores: Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, la formación de Leopoldo López.
Un diputado nacional del partido fundado por López, que pide que no demos su nombre, afirma que “el diálogo está más crudo de lo que creemos”, y sostiene que la intención del Gobierno es mantenerse en el poder hasta completar el período, “dando ciertos aires a la MUD, como la liberación de los presos políticos”. Tal propuesta sería inaceptable, asegura el joven parlamentario. Según fuentes conocedoras de la agenda de Zapatero, el mediador intentó consensuar posiciones con ese partido, pero fue imposible siquiera acordar puntos de discusión. De allí su intempestiva visita por sorpresa a López en la cárcel.
Zapatero durante el encuentro con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas (Reuters).
El encuentro con Leopoldo López
El sábado 4 de junio, Rodríguez Zapatero llegó a la cárcel militar de Ramo Verde con un ofrecimiento. “No fue directo, pero sugirió que podría haber cualquier tipo de mejora de condiciones de los presos políticos a cambio de que el revocatorio no se haga este año y de mantener el diálogo ahora”, reveló Leopoldo López Gil, padre del dirigente opositor, quien obtuvo detalles del encuentro a través de su hija Adriana, testigo de la conversación, según contó al diario venezolano 'El Nacional' desde Madrid, donde reside. “El cambio constitucional este 2016 por el que tanto hemos luchado no puede ser intercambiado por nada! El pueblo quiere revocatorio 2016”, escribió el propio López en referencia al encuentro con el único visitante internacional que ha podido verlo en sus dos años de encierro.
Según su hermana, Adriana López, al encuentro acudió Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas, hermano de la Canciller e integrante de la delegación gubernamental para el diálogo quien introdujo al visitante para inmediatamente retirarse del encuentro. Esa misma tarde el expresidente partía de Venezuela de regreso a Santo Domingo. Hasta ahora, no ha habido una réplica del ex jefe del Gobierno español que ratifique o desmienta lo dicho por el entorno de López.
El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, sí ha hablado este martes. Desmintió a los familiares de Leopoldo López y aseguró que la conversación en la cárcel duró cuatro y no dos horas como se había dicho. "Es miserable lo que han salido a decir,mintiendo. Yo estuve allí porque le di la cola [le llevé hasta el lugar] a Zapatero", ha dicho el funcionario. La posibilidad de que a López se le aplique un arresto domiciliario a cambio de la cancelación del referéndum también ha sido desmentida por la esposa del preso, Lilian Tintori: "Eso no es cierto. Si hubiese sido así Leopoldo lo hubiese transmitido en sus mensajes de Twitter. Tenemos que esperar a que el [ex] presidente Zapatero haga unas declaraciones para ver qué pasó en esa reunión, hay que respetar los espacios y el encuentro de un [ex] presidente con un preso que nadie puede ver", ha declarado a la publicación 'The Objective'.
Según publicó el diario ABC, Rodríguez Zapatero habría reconocido a la oposición venezolana que su misión para propiciar un diálogo está abocada al fracaso. “Nos dijo que en los próximos días tendrá que anunciar su retirada si no hay avances”, afirma una fuente citada en el texto. Sin embargo, uno de los dirigentes de Primero Justicia nos dice: “No creo que tire la toalla ahora, apenas empieza”.
Otras fuentes de la MUD aseguran que Zapatero también podría presentar ante las partes la posibilidad de acordar la realización del referéndum en diciembre de este año, a cambio del compromiso de no convocar un proceso constituyente en los años venideros. Así, se evitaría la obligada renovación de todos los poderes públicos y la redacción de una nueva Carta Magna en manos de la oposición en caso de un triunfo electoral de ésta, con la consecuente pérdida de poder político e institucional del chavismo.
El politólogo venezolano Guillermo Aveledo asegura que una nueva Constitución no luce como objetivo sensato pues “aquí nadie quiere cambiar el sistema federal, ni eliminar el presidencialismo, ni la estructura del Estado. Ahora, si la idea es una aplicación meramente instrumental para cambiar a la burocracia, sería una equivocación. Ya eso lo vivimos en 1999”, con el proceso impulsado por el entonces recién electo presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
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