La batalla por Raqqa, capital del Estado Islámico en Siria, se ha convertido en una carrera en la que compiten todos los actores locales, regionales e internacionales que intervienen en el conflicto
La batalla por Raqqa, capital de facto del Estado Islámico en Siria, se ha convertido en una carrera en la que compiten todos los actores locales, regionales e internacionales que intervienen en el conflicto. A corto plazo, el objetivo común de todos los enemigos del ISIS es expulsar a los yihadistas del este del rio Éufrates, una tierra rica en campos de petróleo y gas, que están ahora en manos del grupo terrorista. Sin embargo, cada grupo tiene motivaciones distintas y sus intereses rivalizan entre sí.
Para el régimen sirio y sus aliados -Hezbolá, Irán y Rusia-, recuperar Raqqa no estaba dentro de sus prioridades más inmediatas. Lo que más le interesa a Damasco es unificar el territorio para recuperar su hegemonía en el país y su verdadera batalla se está librando en Alepo, la otrora capital económica siria, donde el este de la urbe está controlado por los rebeldes y hay una gran presencia del Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, que también domina la provincia septentrional de Idlib.
Sin embargo, los avances en la última semana de las Fuerzas Democráticas de Siria, una coalición de árabes, kurdos y cristianos asirios, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, es lo que ha motivado a las fuerzas sirias a acelerar sus operaciones en la provincia de Raqqa. Dejar que los campos de petróleoqueden en manos de EEUU y sus aliados locales y regionales sería devastador para el régimen de Damasco por lo que no le ha quedado otra opción que la de competir en la carrera por el control de Raqqa. En marzo, Moscú decidió retirar sus fuerzas de combate para dar tiempo a las negociaciones, pero ha vuelto a la carga.
Las fuerzas aéreas rusas ha jugado un papel principal para que el régimen de Al Asad avanzara en Raqqa.
Un soldado del Ejército sirio en el interior del castillo de Crac des Chevaliers, en la provincia de Homs (Reuters).
Avances en la ofensiva de Raqqa
Por primera vez desde agosto de 2014, cuando cayó la ciudad en manos de los yihadistas, las tropas gubernamentales y sus aliados regionales con el apoyo de los bombardeos rusos, penetraron el pasado fin de semana en los límites del "Califato" de Abu Baker Al Baghdadi.
La ofensiva gubernamental se está desarrollando desde el sudeste con el objetivo de avanzar hacia la urbe de Tabqa, a unos 40 kilómetros de la ciudad de Raqqa, donde hay un importante aeropuerto militar, y recuperar el control de la carretera que une Raqqa con Alepo, mientras que la coalición liderada por los kurdos estáarrinconando a los yihadistas desde el noreste.
'Ni el ejército sirio con sus aliados chiíes, ni los kurdos son una opción aceptable para el eje suní (Turquía y países del Golfo). Por lo tanto, Arabia Saudí está mostrando un entusiasmo repentino por enviar sus propias tropas'Desde que las Fuerzas Democráticas de Siria empezaron su campaña en el norte de Raqqa, el pasado 30 de abril, con apoyo de los bombardeos de la coalición internacional, han liberado un total de 52 aldeas y granjas. La ofensiva se centra ahora en arrebatar al Estado Islámico la estratégica área de Manbij, a unos 15 kilómetros de la 'capital' de Raqqa, para cortar la línea de suministros de yihadistas desde Turquía. Por este estratégico punto fronterizo sirio-turco han llegado a pasar hasta 500 combatientes yihadistas al mes.
¿Quién controlará Raqqa tras el fin del ISIS?
Durante los dos últimos años las fuerzas kurdo-sirias han liderado las operaciones contra el ISIS en el norte de Siria, pero ahora EEUU ha desplegado sobre el terrenoasesores militares de sus fuerzas de élite, que lucen en sus uniforme la insignia de las YPG, lo que ha molestado a Turquía, socio de la OTAN. Washington perdería mucho si se enemista con Ankara y su otro aliado regional, Arabia Saudí, que también quiere que las áreas liberadas en la provincia de Raqqa permanezcan bajo control de árabes suníes.
Para evitar una confrontación, Estados Unidos se ha visto obligado a hacer concesiones: en la actual ofensiva el 80% de las fuerzas locales son árabes y no kurdas. "Los árabes están liderando la operación en Manbij y tienen más de 2.000 combatientes, mientras que los kurdos los están apoyando con aproximadamente 500 combatientes" dijo el coronel Steve Warren, en una entrevista a 'Foreign Policy'.
“Ni el ejército sirio con sus aliados chiíes, ni los kurdos son una opción aceptable para el eje suní (Turquía y países del Golfo). Por lo tanto, Arabia Saudí está mostrando un entusiasmo repentino para enviar sus propias tropas y evitar que el ejército sirio pueda asumir el control de esa tierra sunita una vez que el ISIS sea derrotado”, apunta a El Confidencial el coronel retirado Nizar Abdelkader.
“Para Estados Unidos y Turquía, una zona controlada por los suníes con el apoyo de Arabia Saudí puede convertirse en una tarjeta de cambio para exigir la renuncia de Bashar Al Asad, una demanda de mucho tiempo”, insiste Abdelkader.
Sin embargo, la opción de que Riad envíe a sus fuerzas a combatir en suelo sirio traería consecuencias inevitables, como la escalada de un conflicto sectario regional.
Supuestos combatientes del Estado Islámico en manos de los kurdos en Manbij, Alepo (Reuters).
¿Cuántos combatientes leales tiene el ISIS?
Hay alrededor de 25.000 combatientes del Estado islámico en Siria e Irak, alrededor de 10.000 menos que hace un año debido a las deserciones y muertes en el campo de batalla.
Con el ISIS sintiéndose acorralado desde el norte y el este de Raqqa, por las milicias locales aliadas de EEUU, y desde el sur y el oeste, por las fuerzas del régimen de Asad apoyadas por Rusia, muchos de los yihadistas extranjeros han empezando a desertar o pedir asilo en las embajadas de su país en Turquía. De acuerdo con 'The Wall Street Journal', desertores del grupo, incluyendo 150 combatientes occidentales, están en contacto con las embajadas extranjeras para tratar de organizar una salida segura de Siria, a pesar de que se enfrentan a la detención, el interrogatorio y cargos criminales.
Con el ISIS sintiéndose acorralado, muchos de los yihadistas extranjeros han empezando a desertar o pedir asilo en las embajadas de su país en Turquía.Algunos occidentales que tratan de escapar del Estado Islámico son combatientes, pero otros son personas quefueron atraídas por la llamada del "Califato" y declararon su lealtad al grupo de Abu Baker Al Baghdadi; ahora se encuentran en una situación desesperada, explicaron fuentes diplomáticas al 'WSJ'.
Los yihadistas han amenazado con ejecutar a las personas que intentan escapar y cuelgan cabezas cortadas de los aspirantes a desertores como una advertencia, de acuerdo con los testimonios de sirios que han huido. Los militantes del ISIS también han plantado minas en las salidas de la ciudad y ha incrementado los puestos de control alrededor de Raqqa como medidas disuasorias.
Los que se quedan atrás están sujetos a la creciente paranoia de la dirección del grupo terrorista. El grupo yihadista ejecutó recientemente a 38 de sus miembrosacusados de ser 'topos' de los gobiernos occidentales.
Crisis humanitaria por los combates en Raqqa
La intensificación de los combates en Raqqa podría forzar a casi 216.000 personas a abandonar sus hogares, ha advertido la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). Esta cifra se suma a los más de 20.000 desplazados que han huido por la reciente ofensiva de las Fuerzas Democráticas Sirias en las afueras de Manbij.
¿Qué significa la perdida de Raqqa para el ISIS?
El grupo yihadista ha perdido el 40% del territorio que controlaba en Irak y el 20% del de Siria desde 2015. Tras perder el bastión de Palmira en la primavera pasada, el feudo de Raqqa es el único territorio importante que le queda por defender en Siria. En Irak, las tropas gubernamentales están cerrando el cerco a los yihadistas en la ciudad de Faluya, a 50 kilómetros de Bagdad, y éstos podrían perder esta importante ciudad en cuestión de semanas. Ahora que tienen abierto otro frente en Siria, su supervivencia estaría en peligro si cae Al Raqqa. La perdida de Raqqa sería el principio del fin del ISIS, al que solo le quedaría Mosul, 'capital' del grupo yihadista en el norte de Irak.
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