Civiles kurdos y asirios del norte de Irak son víctimas de los ataques aéreos indiscriminados de Ankara en pleno fuego cruzado.
"Nadie sabe con certeza cuántos hombres y mujeres ha perdido el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) durante los últimos ataques aéreos turcos contra sus posiciones en las montañas iraquíes: menos, en todo caso, que los simpatizantes de su causa que están siendo asesinados indiscriminadamente estos días en las ciudades del sureste de Anatolia", denuncia en el diario 'Público' el periodista Ferran Barber, que trabajó sobre el terreno.
Según la organización Human Rights Watch, "más de cien civiles kurdos han sido masacrados en el fuego cruzado entre ambas partes, entre ellos, ancianos, madres inermes y niños", recuerda Barber.
La macabra estrategia turca del 'bombardeo-trampa'
Los civiles que residen en las zonas montañosas iraquíes que jalonan la frontera con Turquía, próximas a posiciones de la milicia kurda, son víctimas del terror y de los bombardeos indiscriminados de los F16 y los F-4 Phantom turcos.
"Escuchamos un sonido, probablemente uno de esos drones Predator que les dieron los americanos"
Un guía turco denuncia que Ankara está utilizando ocasionalmente una macabra estrategia "que consiste en realizar segundos bombardeos para acabar con quienes acuden a recoger las víctimas".
"A las once y media de la noche escuchamos un sonido, probablemente uno de esos drones Predator que les dieron los americanos", indica un testigo asirio de un bombardeo turco sobre la infraestructuras de la guerrilla kurda en el valle de Nahla (Kurdistán iraquí) llevado a cabo a finales de noviembre. "Estábamos en nuestras casas, tomando un té, charlando... algunos ya dormían. Y alrededor de las 12 comenzaron a caer las bombas", añade.
"Hay mucho más que acabar con el EI"
Como indica el columnista, el PKK controla el valle de Nahla, además de Kandil y otras zonas del norte de Irak. "Se han hecho también fuertes en algunos campamentos de refugiados de Majmur y han logrado asentarse, de momento, en ciertos territorios de Simyar gracias a las simpatías despertadas entre grupos a los que defendieron del avance del Estado Islámico", añade.
"Hay mucho más en juego aquí que acabar con el EI. Cada cual tiene su agenda y, según insinuó hace una semana Murat Karayilan, cabeza visible del PKK, la de los federalistas kurdos es organizarse para la guerra civil que de nuevo se está gestando en Turquía, si es que no ha estallado ya", explica Barber, añadiendo que, como sucedía muchos años antes con los peshmergas de Barzani, "los civiles kurdos y asirios son las víctimas colaterales del conflicto".
Deserciones en masa como consecuencia de los bombardeos
Además, el columnista relata que "la población ha sido ya bien instruida por el PKK acerca de qué hacer en caso de una nueva razzia aérea": la primera norma básica es no salir corriendo de las casas ni abandonar el pueblo con un vehículo mientras los aviones turcos realizan sus ataques aéreos indiscriminados.
"Se cortó la luz, la gente gritaba, nuestras madres lloraban,... Pensábamos que íbamos a morir", relata un testigo, vecino del pueblo de Merouke y víctima de los bombardeos. "Sólo cuatro personas se quedaron en el pueblo tras el segundo bombardeo. Ahora han regresado 18. Dos familias se han ido para siempre", sentencia.
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