lunes, 26 de enero de 2015
Ultras y radicales aplauden el terremoto griego
Marine Le Pen, líder del Frente Nacional. / EMMANUEL DUNAND (AFP)
Formaciones ultraderechistas, xenófobos, antisistema, euroescépticos, antieuropeos, radicales de izquierda o grupúsculos extraparlamentarios de ideologías muy diversas expresaron ayer por toda Europa un sentimiento común de satisfacción por el histórico triunfo de Syriza en Grecia.
Desde posiciones y valoraciones muy diferentes y hasta contradictorias en muchas ocasiones, el éxito de Alexis Tsipras tuvo como denominador común la exaltación del terremoto griego, que augura profundos movimientos en la UE, pero también imprevisibles consecuencias en esa amalgama de movimientos, hasta ahora casi en su totalidad fuera del sistema, que intentan recoger frutos de lo ocurrido en Atenas.
El ultraderechista Frente Nacional (FN) francés, una de las formaciones más pujantes, ha calificado de “bofetón democrático monstruoso a la UE” la decisión de los ciudadanos griegos
El FN, que predica la salida de Francia del euro y de la Uniión Europea (UE), asegura que el triunfo de Tsipras es la consecuencia de “la euroausteridad”, como declaró su líder, Marine Le Pen, a la cadena RTL. “Con la UE, ya no somos libres”.
La semana pasada, Le Pen ya había expresado su ferviente deseo de que Tsipras ganara las elecciones, convencida de que ese triunfo abriría una etapa de gran incertidumbre en la UE y de que ella pescaría en aguas revueltas. No le frenó la respuesta del líder de Syriza, quien, en un comunicado, le respondió que el partido griego pretende ser precisamente “un bastión contra el auge de la extrema derecha” que representa Marine Le Pen. En las antípodas ideológicas, pero también en Francia, Jean-Luc Mélenchon, líder de la izquierda radical y con excelentes relaciones con Tsipras, fue el más optimista: “Se abre una página nueva. Quizás tengamos la ocasión de refundar Europa, que se ha convertido en la Europa federal de los liberales”.
Desde Alemania, una supuesta renegociación de la deuda griega que haga perder dinero a los contribuyentes alemanes da fuerzas al partido conservador euroescéptico Alternativa por Alemania (AfD). Su líder, Bernd Lucke, ya exige la salida de Atenas de la moneda única y AfD da por perdidos los préstamos a Grecia. “Syriza tiene toda la razón en decir que no debe pagar una parte de su deuda. Pero si renunciamos definitivamente a ese dinero, Grecia deberá a cambio abandonar la unión monetaria”, dice Lucke.
Es un discurso muy parecido al de influyentes economistas conservadores, como Hans Werner Sinn. “¿Cuánto nos va a costar este gesto victorioso?”, se preguntaba a toda página el tabloide Bild.
Para Nigel Farage, líder del partido británico derechista y antieuropeo UKIP, las elecciones en Grecia han sido “un grito de ayuda desesperado de los griegos, millones de los cuales han resultado empobrecidos por el experimento del euro”. “Empieza ahora una extraordinaria partida de póquer con la canciller Merkel, con el Banco Central Europeo, incapaz de hacer cualquier cosa más que ser un mero observador”.
A cien días de las elecciones británicas, los sondeos siguen dando a UKIP una estimación de voto de en torno al 15%. Farage tratará de capitalizar el resultado el triunfo de Syriza como un fracaso de las élites europeas. Las eventuales turbulencias en la eurozona pueden devolver a la primera línea de la agenda de la campaña británica al tema europeo, algo que electoralmente interesa a Farage.
El Partido de los Finlandeses, antes llamado Auténticos Finlandeses —un partido eurófobo— también persigue réditos. Su líder, Timo Soini, cree que la victoria de Syriza “es el resultado de cinco años de políticas fallidas”. El líder eurófobo anunció también que utilizará “la saga del rescate griego” como tema principal para las elecciones generales en Finlandia el próximo abril.
En España, la dirección de Podemos intentó rebajar los temores sobre las consecuencias de lo ocurrido. Rodeado de la plana mayor de su partido, Pablo Iglesias opinó que el resultado griego guarda relación con un cambio en España. “Supongo que se acordarán del apocalipsis que auguraban algunos si Tsipras ganaba las elecciones. No ha pasado nada, ha vuelto a salir el sol en Grecia, un sol de esperanza, y los mecanismos de la democracia han funcionado con normalidad”.
Iglesias se mostró convencido de que Tsipras cumplirá sus obligaciones ante la UE y evitó valorar el pacto alcanzado por el líder de Syriza con la derecha nacionalista y antieuropea, limitándose a manifestar su “máximo respeto”.
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