PALMIRA LA RELIQUIA ARQUEOLÓGICA DECLARADA COMO PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1980; ESTUVO BAJO CONTROL DEL DENOMINADO “ESTADO ISLÁMICO” DURANTE UN AÑO.
FUERZA MILITARES ÁRABES, EN DONDE PARTICIPARON LAS FUERZAS DE AUTODEFENSAS SIRIAS, MILICIAS LIBANESAS DE HEZBOLÁ REVISAN CASA POR CASA UN SECTOR DE PALMIRA
UN MIEMBRO DE LAS FUERZAS MILITARES SIRIAS CAMINA POR LAS ESCALERAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE PALMIRA.
LAS FUERZAS MILITARES SIRIAS QUE EVITARON HACER DAÑOS SOBRE IMPORTANTES INFRAESTRUCTURAS, DESCUBREN VALIOSOS OBJETOS DAÑADOS EN EL INTERIOR DEL MUSEO DE LA HISTÓRICA CIUDAD DE PALMIRA.
En esta breva síntesis histórica presentamos la reliquia arqueológica, Palmira, declarada como patrimonio arquitectónico de la humanidad por la UNESCO en 1980. Ciudadela que estuvo bajo control del denominado "Estado Islámico" durante un año.
Damasco.-30/03/2016.- El 27 de marzo de 2016, queda marcado para la historia como la fecha en la cual, las fuerzas militares árabe de Siria con apoyo de la Federación Rusia, las milicias libanesas de Hezbolá y las brigadas populares de defensa sirias, recuperaron el control de la ciudad arqueológica de Palmira en la provincia de Homs, la cual estuvo bajo el poder de los extremistas del "Estado Islámico" durante un año.
Esta ciudad al nordeste de Damasco, en el centro de un oasis del desierto de Siria, "alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes de la Antigüedad. Sometidas a la influencia de diversas civilizaciones, la arquitectura y las artes de Palmira fusionaron en los siglos I y II las técnicas grecorromanas con las tradiciones artísticas autóctonas y persas".
Palmira (palmera), anteriormente conocida como Tadmur (dátil), igual que el resto de las ciudades sirias, para el año 64 antes de Cristo, era una dependencia territorial del imperio Romano.
A partir del año 106 después de Cristo y por la decadencia de la ciudad de Petra (actual Jordania), permitió que Palmira entrase en una época de prosperidad y prestigio comercialmente hablando: los productos exóticos del Oriente transitaban por ese asentamiento en caravanas que viajaban hasta Emesa (Homs) y hasta el mar mediterráneo.
En el año 212, a través de la "Constitutio Antoniniana", Caracalla (emperador romano de la dinastía de los Severos, con el nombre oficial de Marco Aurelio Severo Antonino) atribuyó la ciudadanía romana a todos los sujetos libres del imperio y declaró a Palmira colonia romana. Paralelamente el imperio Persa de la dinastía de los Sasánidas iba conquistando territorios del Tigris y del Éufrates. Roma, para entonces, estaba sumergida en luchas internas sangrientas por el poder, lo que facilitó a los Persas posesionarse de territorios que estaban bajo el protectorado del imperio romano. Palmira, gobernado por el príncipe Septiminio Odenato, puso resistencia y logra importantes victorias contra los Sasánidas.
Tras el asesinato de Odenato en el año 267 de la era cristiana, Zenobia su esposa, comenzó a gobernar la ciudad de Palmira en nombre de su joven hijo heredero Wahballat, quien astutamente, aprovechando las disputas en el interior del imperio por la corona del mismo, se sublevó e intentó crear su propio imperio con la intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el romano y el sasánida. Su ambición y por razones económicas, Zenobia realizó varias batallas, sus victorias le permitieron una serie de conquistas: Egipto, Antioquía (Turquía), una parte del Asia Menor. Zenobia reivindicó la parte oriental del imperio romano, hecho que no aceptó el emperador Romano Aureliano, quien había reunificado al imperio y fortalecido su propia posición en sus territorios. Aureliano, para detener las ambiciones de la reina Zenobia, quien había declarado la independencia de Palmira del Imperio Romano, organizó a sus tropas y las envió a combatir a Palmira y obligó a Zenobia a rendirse en el año 273 D.C. La hace prisionera y la lleva a Roma donde muere.
Desde entonces, la ciudad de Palmira se transformó en fortaleza militar para los romanos, esto provocó un éxodo de los habitantes hacia los pueblos cercanos, con mejores tierras para la siembra y mejor estabilidad para el comercio. Luego sirvió de guarnición para las tropas europeas durante las cruzadas. En el siglo XIII es saqueada por los mongoles y no dejará de declinar bajo el imperio Otomano.
Tadmur o Palmira, que había sido un importante Oasis de agua en medio del desierto, una importante ciudad del itinerario comercial ruta de la seda que unía, Bagdad, Persia, India y China con el imperio Romano, que estrechaba la encrucijada de varias civilizaciones en el mundo antiguo, de pronto se hundió en la decadencia y en el abandono de la ciudad, que el tiempo se encargó de castigarla hasta dejarla en ruinas.
Monumento León de Al Lat perteneciente al siglo I, que daba la bienvenida a los historiadores, arqueólogos y turistas del mundo al museo arqueológico (SANA / REUTER)
Algunos Monumentos destruidos por el Estado Islámico
Luego de alcanzar la independencia de Francia y de sobreponerse de continuos golpes militares durante el siglo XX, la República Árabe Siria comenzó a estabilizarse social, política y económicamente a partir del gobierno del Presidente Hafez Al – Assad y que continuó con el actual Presidente (reelecto con el voto popular) Bashar Al – Assad.
Sin embargo, la nación árabe, siguió y sigue arrastrando las secuelas dejadas por el imperio Otomano a través de los diferendos fronterizos, la Segunda Guerra Mundial que trajo la división de su territorio geográfico, las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas con la creación del Estado de Israel y la guerra de Estados Unidos en Irak, provocando el éxodo de los palestinos e iraquíes hacia territorios sirios causando un crecimiento demográfico.
Pero, también trajo apoyo desde Europa y de países hermanos árabes, el apoyo técnico, moral y financiero para diversificar la economía, mejorando las técnicas agrícolas, industriales e incorporando novedades en la atracción del turismo internacional a través de los vestigios en ruinas de su historia antigua, donde se cruzaron muchas civilizaciones y donde ciudades como Alepo, Hama y Damasco, entre las más antiguas ciudades del mundo habitadas continuamente, fueron carnada para la atracción de historiadores, arqueólogos, estudiantes, arquitectos, ingenieros, fotógrafos y todo tipo de personas, quien comenzaron a realizar importantes visitas a Siria, llegando el Turismo ser, para el año de 2010, una de las fuentes más importantes de entrada de ingresos al país, que fue interrumpido abruptamente a partir del año 2011 cuando empezaron a infiltrarse, en ciudades importantes de siria, grupos de mercenarios y que desembocó en una guerra por todo el país que aún está en desarrollo.
La ciudad de Palmira, declarada patrimonio arquitectónico de la humanidad por la UNESCO en 1980 (junto a otras maravillas arquitectónicas como el teatro romano de Bosra que también fue una importante ruta de las caravanas que conducía a La Meca, El Crac de los Caballeros que fue construido por la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, durante las cruzadas, entre 1142 y 1271, Maalula uno de los últimos reductos de la cultura y lengua aramea, Ugarit (Tell Shamra), ciudad que hizo importantes contribuciones a la escritura y a la religión, tanto semítica como en las fases iniciales del judaísmo, el hermetismo, entre otras corrientes religiosas y filosóficas), se transformó en la referencia preferida de los turistas, que año tras año visitaron a Palmira para conocer su historia, vivirla de cerca entre columnas y monumentos que sobrevivieron a las inclemencias del tiempo y a la barbarie del hombre.
En mayo de 2015, el grupo extremista del Estado Islámico, posesionó parte de su grupo y armas bélicas en las periferias y dentro de las ruinas de la ciudad de Palmira (como lo hiciera en el pasado los romanos, los persas, los ejércitos europeos durante las cruzadas, los mongoles), como punto de organización y expansión territorial, con la diferencia a sus predecesores invasores, que el grupo extremista Estado Islámico, conscientemente, destruyó importantes monumentos históricos que por los momentos son irrecuperables.
Entre esta afectación intencional y bárbara de destrucción por parte del grupo extremista Estado Islámico se encuentra los monumentos como El Templo o Santuario Bél, construido sobre las ruinas de un templo helenístico, Bél era la divinidad suprema de Palmira, el maestro invisible del cosmos, comparado con Zeus el dios griego. Luego transformado en fortaleza militar por los continuos invasores y conquistadores. El Arco de Triunfo, construido bajo el reinado de Séptimo Severo entre los años 193 – 211 después de Cristo con importantes decorados en sus columnas. El Santuario de Baalshamin (del siglo II), de origen cananeo es, de la misma manera que Bél, el dueño del cielo, vinculado estrechamente con la lluvia, la tempestad y la fertilidad. La Torre Funeraria de Jamblíco (83 d.c), ubicada en el valle de las tumbas, durante su vigencia podían colocar 200 cuerpos en sus cuatro pisos. El Castillo Árabe o Qalaat Ibn Maan construido sobre una colina por los mamelucos en el siglo XIII, sirvió de fortaleza militar, de allí hoy día se puede divisar el valle de Palmira con sus imponentes columnas.
También, el grupo extremista Estado Islámico realizó excavaciones dentro de los sitios arqueológicos, pintaron emblemas de amenazas sobre las ruinas, levantaron barricadas, saquearon y destruyeron esculturas, bajorrelieves, artesanías exhibidas en el museo arqueológico de Palmira. Afectaron con porras y mandarrias el Monumento León de Al Lat perteneciente al siglo I, que daba la bienvenida a los historiadores, arqueólogos y turistas del mundo al museo arqueológico. Y para sumarle más horror al desquicio civilizado, el grupo extremista Estado Islámico sembró minas anti-personas y antitanques dentro y fuera de la ciudad, con la finalidad de destruir a Palmira totalmente.
Ellos, el Estado Islámico, genocidas de la memoria histórica, no se conformaron con destruir monumentos importantes, también el 18 de agosto de 2015, decapitaron dentro del teatro de Palmira a Jaled Asaad, uno de los principales arqueólogos sirios, de 81 años, después de haberlo tenido retenido durante un mes.
¿Qué calificativos debemos ponerle a estos irracionales que decapitan la historia de los pueblos? ¿Cómo los podemos llamar?
Cuando interrogamos a los miembros del grupo extremista del Estado Islámico sobre los motivos que los impulsa a destruir la rica cultura histórica, ellos responden: 1)- No son monumentos árabes y ellos tienen el objetivo de borrar de sus dominios territoriales todo aquello que represente la civilización europea. 2)- Que la venta de estos objetos antiguos les proporciona dinero para comprar armas, pagar salarios y financiar la guerra.
Lo irónico del asunto es que la mayoría de los miembros del Estado Islámico son europeos y no son musulmanes, son mercenarios asalariados al servicio de gobiernos como los de Turquía, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos de Norteamérica y de Monarquías como la de Arabia Saudita y Catar.
La guerra que desarrollan los grupos mercenarios infiltrados en la República Árabe Siria, como el Estado Islámico, Al-Qaeda, Al – Nusra y otros, persiguen el objetivo de destruir la memoria cultural del pueblo sirio y sembrarle a la fuerza otra, lejos de la propia racionalidad humana.
Gobierno sirio y aliados protectores de civilizaciones
El gobierno del Presidente Bashar Al – Assad y aliados como Irán, la resistencia armada libanesa Hezbolá y brigadas Iraquíes, desde hace un tiempo vienen custodiando algunos monumentos religiosos importantes para los musulmanes sunitas y chiitas a costo de cuantiosas pérdidas de vidas.
Las autoridades sirias han puesto bajo resguardo varios objetos de importancia histórica de algunos museos y monumentos escultóricos, principalmente de las ciudades alcanzadas por la guerra, como Alepo, Hama, Homs, Deir Ezzor, Daraa, previendo esta horrible acción vandálica y bárbara contra la historia de la humanidad de grupos terroristas como el Estado Islámico y Al – Nusra.
Tras recuperar el control de la ciudad arqueológica de Palmira en la provincia de Homs, inmediatamente, los expertos y responsables del gobierno sirio comenzaron a coordinar estrategias para evaluar, documentar y elaborar un plan con el fin de recuperar, reconstruir y recuperar todos aquellos monumentos, museos, espacios patrimoniales de la República Árabe Siria, afectados por la guerra. Aunque los expertos ya han afirmado que muchas de las zonas afectadas y monumentos tardaran años para su restauración dependiendo de los recursos económicos destinados y las condiciones adecuadas.
Por su parte Rusia implementó acciones de apoyo con el envío al país árabe de unidades de expertos y robots para deshacerse de las minas terrestres sembradas por los terroristas del Estado Islámico en la ciudad de Palmira.
La UNESCO enviará especialista para colaborar con el gobierno de Siria en la evaluación de los daños patrimoniales arquitectónicos y en la recuperación de los mismos.
Así como lo hizo en el pasado, tras la invasión de los romanos y librar grandes luchas contra las tropas de las cruzadas, los mongoles, el imperio otomano y Francia, la República Árabe Siria, está dispuesta a reconstruirse y seguir preservando su memoria.
La barbarie que destruye todo no puede sobrevivir por encima de las civilizaciones que construyen todo.
Javier Alexander Roa
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