miércoles, 2 de noviembre de 2016

[Análisis] Autogobierno kurdo en Siria: supervivencia y ambición [Parte 1]


Auto gobierno kurdo en Siria: Supervivencia y Ambición
Programa para Oriente Medio y Norte de África | Septiembre 2016
Cuaderno de Análisis
Ghadi Sary


Sumario

– Los kurdos de Siria han emergido en el frente de batalla contra el autodenominado Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS), ganándose el apoyo de los Estados Unidos, a pesar del aumento de la tensión entre ellos mismos y la oposición siria. Sus éxitos estratégicos han sido significativos, pero siguen siendo frágiles.

– Las divisiones tácticas e ideológicas entre los movimientos políticos kurdo-sirios se han manifestado en respuesta al levantamiento sirio. El ascenso al poder del Partido de la Unión Democrática (PYD) significó un enfoque pragmático en el que se han buscado acuerdos tácitos con el régimen a fin de obtener una mayor autonomía del gobierno central.

– En consecuencia, la oposición siria ha criticado al PYD de ser un mero representante del régimen. Pero la realidad es más compleja. La relación del PYD con el régimen debe ser considerada como una estrategia ambiciosa de supervivencia adoptada en plenas circunstancias de la guerra civil siria.

– La legitimidad local del PYD, sin oposición por el momento, se apoya en el éxito de su combate contra el ISIS y en su habilidad para desarrollar una forma local de gobierno. El modelo de gobierno adoptado por la administración local, el PYD-Movimiento de Rojava por una Sociedad Democrática (TEV-DEM), resulta insuficiente y, en ciertos momentos, altamente dependiente del gobierno central de Damasco.

– La élite gobernante del gobierno sirio se muestra dividida respecto a estos desarrollos: algunos creen que el nuevo modelo en Rojava puede funcionar en paralelo con el gobierno sirio, y que la convergencia entre ambos sería un resultado natural de su supervivencia simultánea. Los que apoyan la línea dura continúan insistiendo en que el acuerdo con el PYD es una medida temporal, arguyendo que el poder volverá a estar centralizado una vez que la guerra que se libra en otras zonas de Siria se resuelva y advierten de una potencial confrontación futura.

– El TEV-DEM debe ser consciente de los peligros asociados a la extralimitación. Haría mejor en centrarse en reforzar la administración local en áreas que ya controla, en lugar de pretender expandirse hacia áreas de mayoría árabe sunnita. Tal expansión amenaza con sembrar las semillas del conflicto étnico y sacar a la luz responsabilidades inmanejables para las capacidades y recursos de TEV-DEM. Un exceso de confianza en el apoyo de la coalición anti-ISIS resultaría imprudente, dado el voluble apoyo de los Estados Unidos acordado a sus aliados en el terreno sirio.


1.- Introducción

Cuando las áreas de mayoría kurda han quedado bajo el ataque y la ocupación del Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS), los kurdos sirios han estado en el frente de batalla contra el grupo militante. La lucha contra el ISIS ha conferido legitimidad internacional a las fuerzas kurdas -dirigidas principalmente por las Unidades de Protección Popular (YPG)- dando como resultado un apoyo militar significativo por parte de los Estados Unidos.

Con este apoyo, la batalla por Kobane (Ain al-Arab, en árabe), en el norte de Siria cerca de la frontera con Turquía, fue testigo de la mayor derrota del ISIS. La victoria de las fuerzas kurdas en la ciudad en enero de 2015 se ha convertido en un símbolo de la resistencia de las comunidades kurdas en toda la región. Aunque considerada inicialmente de escasa importancia estratégica, la batalla también resultó significativa para la comunidad internacional. Hasta ese punto, los Estados Unidos y sus socios internacionales se basaron principalmente en contener la expansión del ISIS en la vecina Iraq. Esto se debió parcialmente a que la coalición liderada por los Estados Unidos necesitaba trabajar con fuerzas locales: tras la invasión y ocupación de Iraq, el despliegue de fuerzas americanas significativas en el terreno era visto tanto difícil de aceptar por la opinión pública americana como inefectivo -o contraproducente- para asegurar la estabilidad local. Washington estaba dispuesto a negociar con el Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) y el gobierno central, pero inicialmente no veía socios equivalentes en Siria, particularmente tras el fracaso del programa de “Entrenamiento y Equipamiento” para unificar grupos opositores sirios aceptables. No obstante, en las fuerzas kurdo-sirias, los políticos norteamericanos llegaron a identificar un socio con el que consideraron que podrían trabajar. Contrariamente al conglomerado de las fuerzas rebeldes, que habían identificado al régimen del Presidente Bashar al-Assad como su enemigo primordial, la priorización del ISIS como principal enemigo de las fuerzas kurdas coincidía con la valoración de los EE.UU. El consiguiente aprovisionamiento de apoyo americano sustancial a las YPG ha proporcionado una ventaja significativa en el campo de batalla, apoyando a las fuerzas kurdas en su avance sobre el territorio ocupado por el ISIS.

Los eventos en Kobane han adquirido un significado simbólico para los kurdos en todo Oriente Medio; algunos se refieren a ellos como el momento ‘Stalingrado’ de los kurdos, aunque el frente unido presentara divisiones ocultas entre los movimientos políticos kurdos respecto a su respuesta al levantamiento sirio. A pesar de las disputas históricas y contemporáneas con el gobierno central, el Movimiento de Rojava por una Sociedad Democrática (TEV-DEM  ) -dominado por el Partido de Unión Democrática (PYD)- había mantenido abiertas discretas líneas con funcionarios del régimen en la capital, Damasco, y centrado sus esfuerzos en combatir al ISIS y establecer una forma de gobierno local. Esto ha llevado a la oposición, incluyendo a algunos de los rivales del TEV-DEM, a acusar al movimiento de estar actuando como delegado del régimen, y se ha utilizado como justificación para excluir al TEV-DEM de las conversaciones de paz internacionales.

Especialmente, ha sido la capacidad de las fuerzas kurdas para estabilizar y gobernar las áreas tomadas al ISIS lo que las ha convertido en una fuerza tan eficaz sobre el terreno. A pesar del hecho de que Kobane quedó diezmada como resultado del combate casa por casa entre las partes en conflicto y los ataques aéreos de la coalición, un número significativo de civiles ha regresado en unos meses y reestablecido los mecanismos de gobierno local, reflejando situaciones en otras áreas del país administradas por los kurdos. La habilidad de la administración local para cubrir necesidades y servicios básicos para la población de Rojava (la Federación del Norte de Siria) y mantener la seguridad en comparación con otras áreas sirias es la clave del éxito.

No obstante, el sistema de gobierno en Rojava aún se enfrenta a importantes retos geopolíticos y de seguridad, en particular según las fuerzas kurdas continúan su avance, expandiendo el territorio bajo control del TEV-DEM hacia áreas pobladas por otras minorías y grupos. Esto se suma al ya complicado problema de la provisión de servicios, así como a los retos asociados a la integración política y étnica, especialmente en áreas donde los kurdos no conforman la mayoría de la población, como Tell-Abyad y Manbij.

La presión externa militar y económica, principalmente de Turquía, también ha resultado ser relevante para el TEV-DEM, al tiempo que otros actores en Siria y en toda la región han llegado a alarmarse por la posibilidad de la aparición de una entidad kurdo-siria y el ejemplo que podría suponer para las poblaciones kurdas en otros lugares. El TEV-DEM ha tratado de responder a esos temores presentando un modelo de federalismo e insistiendo en la unidad del territorio sirio, pero este resultado queda descartado por la ausencia de un acuerdo político inclusivo según se incrementa la guerra en Siria.

Este documento valora el desarrollo de la administración local de Rojava, su contexto dentro de Siria y la amplia escena política kurda. Su objetivo es presentar una perspectiva diferente de los retos, oportunidades y peligros a los que se enfrentan los poderes locales en Rojava en medio del conflicto sirio. El documento se basa en la investigación desarrollada durante un año de convivencia y en entrevistas de campo realizadas dentro y fuera de Siria a sujetos locales, así como actores internacionales y regionales.

ÁREAS DE CONTROL MILITAR EN SIRIA (11 de agosto del 2016). Las fronteras y nombres en este mapa no implican aprobación o aceptación por parte de Chatham House / Fuente: adaptado a partir de mapas de la ONU y el Instituto para el Estudio de la Guerra


2.- Los kurdos de Siria antes de 2011

Antes de 2011, Rojava era menos de un territorio demarcado claramente y más de un concepto en la búsqueda de una identidad colectiva kurda. Kurdistán Oeste, o “Donde se pone el sol” (significado literal de ‘Rojava’), se refiere a un componente geográfico histórico de lo que una vez fue conocido como Gran Kurdistán, no reconocido por las fronteras coloniales dibujadas tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, ha quedado definido desde 2011 al constituirse por tres cantones no contiguos y con una administración autónoma: Efrin, Kobane y Cezire. Su territorio se extiende sobre el actual norte de Siria, desde Malkiya (Derik) en la frontera oriental con Iraq hasta Efrin en la frontera occidental con Turquía (ver mapa).

A menudo Siria es señalada como el hogar del nacionalismo árabe. El régimen baazista de Hafez al-Assad dio un consistente énfasis a la identidad árabe del estado. En las áreas de mayoría kurda del norte, el principio de centralización demográfica y política dejó a la población de etnia kurda ampliamente subrepresentada y marginada, denegándose completamente a cientos de miles un estatus legal, protección y representación política dentro del estado sirio. Casi el 20 por ciento de los kurdos sirios quedaron sin estado tras un censo realizado en 1962 en la gobernación de Hassaka. Hacia 2011 se estimaban en unos 300.000.

Esta discriminación institucionalizada se complementó con un consenso regional tácito en todo Oriente Medio a fin de reprimir cualquier esfuerzo kurdo por alcanzar una identidad y nacionalismo transfronterizos. Los kurdos, como muchas otras minorías, quedaron divididos entre el proyecto del gran nacionalismo kurdo y la lucha por la igualdad y la representatividad dentro de sus respectivos estados de Turquía, Siria, Iraq e Irán.

En Siria, los años que llevaron al levantamiento de 2011 fueron de especial significancia para la población de Rojava. Mientras que los kurdos de Iraq habían alcanzado un alto grado de autonomía en el Iraq post 2003, los kurdos de Siria se volvieron cada vez más críticos con el fracaso del gobierno central para responder a las demandas económicas y políticas populares, entre crecientes niveles de represión política. En Qamishli (gobernación de Hassaka), en marzo de 2004, esta situación espoleó una revuelta que enfrentó a las fuerzas de seguridad sirias con jóvenes kurdos. La velocidad con la que la comunidad local se movilizó, resultó similar a las dinámicas de los primeros días del levantamiento sirio y de la llamada Primavera Árabe. Estos eventos ayudaron a conformar la conciencia política kurda en Rojava y, de forma crítica, dejó un impacto en las percepciones sobre la política de seguridad del gobierno central. En los años previos al levantamiento de 2011, el gobierno sirio, perennemente preocupado con la seguridad, trató a los kurdos como un riesgo clave para la seguridad nacional. Un informe del parlamento sirio de aquellos momentos incluía una referencia a las áreas de dominio kurdo como el ‘talón de Aquiles’ del estado, y la petición kurda por sus derechos culturales y políticos siguió topándose con un puño de hierro.

3.- 2011: El levantamiento sirio y el momento decisivo de los kurdos

Desacuerdos de enfoque entre los actores clave kurdos en la región ayudaron a ampliar las diferencias entre los grupos kurdos sirios en el desastre de los levantamientos sirios de 2011. Esto llevó al fracaso en la colaboración entre dichos grupos y, en consecuencia, la disminución de las posibilidades para la creación de una nación-estado en todo el “gran Kurdistán”. Los acontecimientos militares, así como políticos, más notablemente el ascenso del ISIS y el establecimiento de su califato, se combinaron para ver la ascensión al poder del TEV-DEM en Rojava, liderado por el PYD. El rival Consejo Nacional Kurdo (KNC), una organización de partidos kurdo sirios fundada en octubre de 2011 y opuesta al Presidente Assad, también se retiró de la administración local. El propio KNC se fundó tras la convergencia de partidos kurdo-sirios en Erbil, Iraq, como una agrupación protectora de partidos opuestos al régimen del Presidente Assad, poco después de la creación del Consejo Nacional Sirio (SNC). Esta sección considera cómo el PYD llegó a dominar la escena política kurdo-siria a expensas del KNC.
Agrupaciones políticas kurdas

La preocupación del régimen por las amenazas a la seguridad que surgían por toda Siria en los días iniciales del levantamiento, pronto llevaron al Presidente Assad a realizar movimientos conciliadores hacia la población kurda. Convocó a varias figuras clave de las diferentes comunidades, incluso solicitó una reunión con un anciano kurdo influyente de Qamishli. La invitación fue seguida por un flujo de decretos, incluido el anuncio de garantía de ciudadanía completa siria para cientos de miles de kurdos sirios en abril de 2011 como signo de buena voluntad.

Los kurdos estaban divididos respecto a cómo debían responder a este nuevo compromiso con un enemigo tradicional, y el anciano de Qamishli, quien argumentó por un cambio de régimen y un mayor compromiso con el levantamiento sirio, rechazó la convocatoria presidencial. En su lugar, buscó el consejo de líderes kurdos influyentes fuera de Siria, incluyendo reuniones con Jalal Talabani de la Unión Patriótica de Kurdistán (PUK) y Masoud Barzani del Partido Democrático Kurdo (KDP). Cada uno de ellos ofreció consejos muy diferentes que pronto se verían reflejados en las divisiones extremas entre los partidos políticos kurdos en Siria.

Una anécdota citada por varios kurdos en entrevistas para este documento resume el enfoque del PUK. Talabani, o “Mam Jalal” (abreviatura de “tío” en kurdo), que es considerado con uno de los símbolos de la lucha kurda, recibió al anciano a pesar de encontrarse con mala salud. Tras el almuerzo, y antes de que el servidor del té terminase su ronda por la habitación como manda la costumbre kurda, el anciano ya estaba urgiendo al Presidente Talabani que garantizase su apoyo a la revolución siria, argumentando que se trataba de un régimen que había oprimido a los kurdos durante 40 años, y que se acercaba el momento en que el sueño kurdo de un Kurdistán unificado podría realizarse. Todas las conversaciones se apagaron en la habitación, pues la visión del presidente tendría repercusiones no sólo para Siria sino para el destino de los kurdos de todo Oriente Medio. Talabani atronó con una firmeza bien entendida por aquéllos que lo habían acompañado a lo largo de su carrera política:

“¿Este es un régimen que te ha reprimido durante 40 años, me dices? Entonces, ¿por qué sólo ahora quieres rebelarte? Escucha atentamente, vosotros como kurdos sirios tenéis derechos dentro del estado sirio por los que necesitáis luchar, debes regresar ahora y trabajar para alcanzarlos, pero no debes confundir eso con nuestro sueño de un gran Kurdistán…” 

Para aquéllos presentes en la reunión, quedó claro que el Presidente Talabani era escéptico respecto a los grandes proyectos dirigidos a redibujar el mapa de Oriente Medio, en un momento en que los kurdos de diferentes áreas, y a veces dentro de la misma nación, seguían en desacuerdo sobre qué formas de gobierno y estado adquiriría el gran Kurdistán.

En contraste, Masoud Barzani, otro pilar de la lucha histórica kurda y presidente de la Región Kurda en el norte de Iraq, apoyó firmemente a la oposición siria, en alianza con Turquía. ‘Kak Masoud’ (abreviatura de ‘hermano’ en kurdo), urgido por miembros del KDP-S, la rama siria de su partido, hospedó el primer encuentro del KNC. Creía que podría construir sobre su buena relación con Turquía, la cual, algunos meses antes, había albergado la creación del Consejo Nacional Sirio (SNC), un grupo de apoyo a los partidos sirios de la oposición basado en Estambul. El Presidente Barzani esperaba que el SNC y el KNC trabajarían juntos para oponerse al Presidente Assad y coordinarían después la transición en Siria.

Mientras el KNC quería trabajar con una oposición más amplia, el PYD asumió un enfoque diferente, más pragmático. El PYD se estableció en Siria en 2003, y consideró a Abdullah Öcalan como su líder ideológico. Öcalan, apodado ‘Apo’ (abreviatura de ‘tío’ en kurdo), un nacional de Turquía étnicamente kurdo, había sido hecho prisionero por Ankara desde 1999 por liderar el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Su ideología política y enfoque de las cuestiones nacionalistas están profundamente enraizados en sus seguidores. Y aunque el PYD mantenía su independencia organizativa del PKK, se reflejó en la posición desafiante de éste último hacia Turquía así como en su paradigma político, y varios de sus oficiales habían pasado años dentro de la estructura del PKK antes de la guerra siria.

El PYD, que tenía una larga presencia entre los kurdos sirios, estaba trabajando bajo el paraguas del TEV-DEM, que había sido establecido en diciembre de 2011 en el desastre posterior al levantamiento sirio y que estaba compitiendo activamente con el KNC. Uno de los principales puntos de divergencia se refería a la posición de urgencia de un cambio de régimen, incluso rechazando la intervención extranjera y el alineamiento con la oposición siria. Defendía la oferta de una ‘tercera línea’ dentro del conflicto sirio, centrado alrededor de la auto-defensa y la primacía de soluciones no violentas. Asya Abdullah, el co-presidente del PYD, explicaba:

“La tercera línea es un sendero abierto e independiente, que no apoya ni al régimen ni a la oposición. Esta última es similar al régimen en que sus aspiraciones se limitan al poder. La tercera línea se basa en la organización de la sociedad y la formación de instituciones culturales, sociales, económicas y políticas con el fin de alcanzar la auto-administración del pueblo. Rechazando desde el principio todo lo que lleve a la profundización de la crisis, así como a la militarización de la revolución, y vemos una clara diferencia entre el caos de las armas y la auto-defensa.”

A pesar de esta competitividad, el KNC y TEV-DEM han acordado trabajar juntos dentro del Comité Supremo Kurdo (DBK), establecido en 2012 en Erbil, en la esperanza de que la unidad permitiría una transición rápida y estable en Rojava. El objetivo del DBK era continuar gobernando el territorio en Rojava que había sido testigo de la retirada del gobierno sirio, quien en estos momentos se encontraba activamente comprometido en operaciones militares contra la oposición siria por todo el país.

De hecho, las fuerzas kurdas habían aprovechado el bombardeo de Damasco que había matado a varios miembros de la cúpula directiva del régimen sirio el 18 de julio de 2012. El día siguiente se dieron escaramuzas entre fuerzas kurdas y del régimen antes de que el régimen sirio retirara sus tropas de las zonas de seguridad claves en Qamishli y en la capital provincial Hassakah, al tiempo que se vio obligado a dirigir su atención a otras partes del país, especialmente hacia Damasco.

Al mismo tiempo, sin embargo, la oposición siria propinaba un duro golpe al KNC, al rechazar sus demandas de incluir una referencia al ‘pueblo kurdo de Siria’ en su reunión de El Cairo en julio 2012. Esto provocó altercados entre la delegación kurda y otros miembros del SNC. El fracaso del KNC en conseguir el reconocimiento de la identidad kurda por parte de la oposición apoyada internacionalmente debilitó su búsqueda de legitimidad entre los electores kurdos. En los dos años siguientes, el PYD continuó ganando influencia y control dentro de Rojava, especialmente al formar la mayor parte de las milicias YPG y las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ), que defendían las áreas bajo control kurdo en Rojava contra los ataques de los milicianos islamistas. Combatientes de otros partidos kurdos se unieron a las YPG, mientras que otros leales a partidos externos al TEV-DEM se fueron uniendo a grupos armados de la oposición siria o dirigiéndose a las vecinas Iraq o Turquía.

A pesar de un acuerdo inicial entre las dos principales coaliciones kurdas, el KNC y el TEV-DEM liderado por el PYD, para colaborar en la creación de un proyecto de ‘administración interina’ para Rojava, al inclinarse el apoyo popular hacia éste último, el KNC retiró su participación eventualmente. Acusó al PYD de monopolizar la toma de decisiones y de hostigar a sus militantes. El TEV-DEM respondió acusando al KNC de pretender establecer una fuerza paralela en conflicto y dividir Rojava en zonas de influencia confrontadas, poniendo en riesgo una lucha interna entre kurdos. En noviembre de 2013, anunció unilateralmente la creación de una administración interina que se extendía a los tres cantones de Rojava. Esto llevó a un serio deterioro de las relaciones entre los partidos kurdos en Rojava, y provocó en efecto la retirada del KNC de la administración local.

El nuevo statu quo se mantuvo hasta que el ISIS lanzó su ofensiva contra Kobane en septiembre de 2014, tras la aparición de su líder Abu Bakr Al Baghdadi en la gran mezquita de Mosul, el 30 de junio, tras el anuncio del auto denominado califato.

Inicialmente, el Presidente Barzani denunció la toma de poder por el PYD y apoyó las quejas del KNC de haber sido atacado y excluido políticamente de Rojava. No obstante, fue presionado crecientemente dentro de la Región de Kurdistán de Iraq (KRI) para que mostrase solidaridad con los kurdos sirios que estaban sufriendo el equivalente a una limpieza étnica en Kobane a manos del ISIS. Eventualmente, accedió a apoyar a las YPG en su lucha contra el ISIS permitiendo la llegada de guerrilleros y armas a Kobane a través de la frontera de Turquía en el mes de noviembre, un movimiento en el que la presión de la ONU jugó un papel significativo. El propio Barzani lideró la batalla con apoyo de los EE.UU. y Gran Bretaña para defender la capital de la KRI, Erbil, ante el avance del ISIS, que había sido detenido a tan sólo 30 kms de ella unos meses antes, en agosto.

Con una nueva amenaza emergente del conflicto de Iraq y la guerra de Siria, el ISIS estaba provocando estragos a través de las fronteras de Oriente Medio. Su espectacular derrota en Kobane a manos de las YPG/YPJ, con apoyo aéreo de los EE.UU, puso un final a su serie de victorias militares y declaraciones de imbatibilidad en el campo de batalla. Una nueva campaña se estaba organizando en la guerra contra el ISIS tanto en Iraq como en Siria, combinando bombardeos aéreos internacionales y fuerzas locales sobre el terreno. Alteró completamente la escena política en el norte de Siria, llevando al establecimiento de un gobierno local de facto del TEV-DEM.


Fuente: Chatham House
Autor: Ghadi Sary


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