El canciller de Ecuador, Guillaume Long.
Para el canciller ecuatoriano, las críticas de su par brasileño, José Serra, a Ecuador y Bolivia son “el cinismo y la sinvergüencería en su máxima expresión”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Guillaume Long, dijo el lunes que, con la destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, sus opositores lograron con un procedimiento falseado poner fin a 13 años de un gobierno democrático en Brasil.
Tales declaraciones surgen después de que el canciller brasileño, José Serra, dijera al diario español El País que “Bolivia y Ecuador podrían aprender a hacer democracia con lo que ha pasado en Brasil. Lo de Venezuela es pura provocación”, según una entrevista publicada por dicho diario.
Bolivia y Ecuador podrían aprender a hacer democracia con lo que ha pasado en Brasil. Lo de Venezuela es pura provocación”, declaró el canciller brasileño, José Serrá, al diario español El País.
En su cuenta de Twitter, Long contestó que “la experiencia democrática en el Ecuador nos ha enseñado que el voto del pueblo es soberano”. Resaltó además que en muchos casos, “los ejecutores de esta farsa política enfrentan además, para colmo del cinismo, graves acusaciones de corrupción”.
Para el diplomático ecuatoriano, lo sucedido en Brasil la semana pasada fue un “irrespeto” a la voluntad de los 54 millones de votantes que eligieron a la presidenta legítima Dilma Rousseff. Tras la destitución de la mandataria, Bolivia y Ecuador llamaron a consultas a sus embajadores, mientras que Venezuela retiraba a su representante diplomático y congelaba sus relaciones bilaterales con el país carioca.
Serra, por su parte, llamó a consultas a sus embajadores en Venezuela, Ecuador y Bolivia, lamentando, no obstante, la decisión de los gobiernos de la región que rechazaron el proceso de impeachment contra Rousseff por considerarlo un golpe de Estado y un golpe parlamentario.
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