domingo, 4 de septiembre de 2016

El Gran Salto Adelante, la hambruna secreta de Mao


Históricamente, China siempre ha sufrido hambre. En un país tan agrario como la China de la primera mitad del siglo XX, las consignas comunistas de “la tierra para quien la trabaja” y las promesas deredistribución del suelo, condonación de las deudas y supresión de tasas, atraían a millones de agricultores a las filas del Partido Comunista durante la Guerra Civil china.

La Guerra Civil finalizó en mayo de 1950 con la victoria del Partido Comunista liderado por Mao Zedong, el cual una vez en el gobierno, inspirándose en el modelo soviético, llevo a cabo las colectivizaciones y lanzó el primer plan quinquenal, que consistía en implementar el sistema de cooperativas.

El país que se encontró el Partido Comunista era eminentemente rural, escasamente industrializado, pobre y con una agricultura atrasada. Por ello la obsesión de los cuadros del partido para industrializar el país lo más rápidamente posible, imitando los pasos seguidos por la Unión Soviética (URSS). El segundo plan quinquenal, más conocido como el Gran Salto Adelante, fue un plan diseñado por el Partido Comunista Chino con medidas económicas, sociales y políticas. Fue introducido en 1958 con el propósito de aprovechar el gran capital humano, ya que no disponían de capital económico, para industrializar el país y reformar la agricultura, aumentando la producción de ambos sectores e intentando acabar con el problema histórico y estructural del hambre. Además, con este plan Mao pretendía cambiar radicalmente el modelo social, terminando con el dinero y la propiedad privada mediante su modelo de comunas.

El Gran Salto Adelante de Mao terminaría en 1961, antes de lo previsto, con entre 15 y 45 millones de muertos por inanición –dependiendo de la fuente–, torturas y asesinatos, convirtiéndose en el hambre más grave del siglo XX. Aunque el clima tuvo su peso en el drama, sin duda la mayor responsabilidad fue de los múltiples errores de la política maoísta. El hambre fue la consecuencia de una serie de errores en cadena: una tormenta perfecta.

El hambre de Mao: la tormenta perfecta

En enero de 1958, en Nanning, capital de Guangxi, Mao anunció el Gran Salto Adelante y ese mismo año se estableció la primera comuna –como unidad económica autosuficiente– en la población de Chayashan, en la provincia de Henan. Una vez testado el plan, no se tardó en extender el modelo al resto del país hasta implementar alrededor de 25.000 comunas, con unas 5.000 familias en cada comuna.

Provincias, ciudades y regiones que aparecen a lo largo del artículo

Los informes iniciales sobre el nuevo modelo de comunas eran favorables. La reforma en el campo estaba dando grandes resultados, gracias al inusual buen clima de ese año y al fervor revolucionario inicial. No obstante, cabe señalar que los informes no eran del todo fiables, ya que algunas responsables locales del partido falseaban datos para adjudicarse méritos y así poder ascender en la jerarquía política. Este comportamiento de las autoridades fue una constante a lo largo del periodo del Gran Salto Adelante y perjudicó gravemente la toma de decisiones del gobierno, que trabajaba con datos falsos y con la certeza que el plan funcionaba correctamente.

En otoño de 1958, la gran cosecha fue recogida sólo parcialmente porque millones de agricultores fueron trasladados a otros proyectos –se calcula que unos 100 millones aproximadamente– como a la producción de acero y la construcción de presas para la irrigación masiva. En la provincia de Henan, por ejemplo, los recursos se destinaron a proyectos de riego. El volumen de tierra y pierda excavada fue equivalente a la construcción de 48 canales de Panamá. Evidentemente, los proyectos sobrepasaban la capacidad y los recursos –tanto económicos como humanos– de la provincia. De este modo numerosos campos fueron abandonados. Estos errores iniciales, fruto de la mala organización, fueron acompañados de otros tantos.

Mao y otros cuadros del partido creían que la familia tradicional era la base de la propiedad privada. Un elemento central en el modelo de comunas era la introducción de cocinas colectivas, que perseguían el objetivo de transformar las tradiciones que consideraban reproductoras de valores capitalistas. Se obligaba, a menudo con el uso de la fuerza, a los agricultores a trasladarse de sus parcelas, ceder sus medios de producción para trabajar con herramientas socializadas y a cocinar y comer con otros campesinos, rompiendo así los hábitos familiares tradicionales y reduciendo su productividad.

La República Popular de China, en un intento de hacer sombra a la URSS en la carrera hacia el comunismo, tomó la decisión de recortar las importaciones de grano y aumentar las exportaciones,mostrando así al mundo sus supuestos éxitos en la agricultura. Consecuentemente las existencias de granos se vieron gravemente afectadas.

Hornos instalados en las comunas para la producción de acero. Uno de los proyectos al que más campesinos fueron destinados. Fuente: Wikipedia



Una causa que a menudo no se menciona fue la introducción de nuevos métodos científicos –aunque realmente eran pseudocientíficos– tomados de un ingeniero soviético llamado Trofim Lysenko. Éste adquirió notoriedad en la URSS por sus métodos, y hasta recibió varias distinciones del gobierno. Sus supuestos éxitos traspasaron las fronteras y llegaron a China. Mao quiso implementar en el campo chino las teorías y métodos de Lysenko, como la creación de nuevas especies animales y vegetales, el uso de nuevas técnicas de arado y el control de plagas. Los resultados fueron nefastos: hubo plagas de insectos como consecuencia de la eliminación de miles de pájaros; la producción se redujo enormemente en los campos que siguieron dichas técnicas y se secaron presas, entre otras consecuencias.



La manipulación de datos, la introducción de técnicas pseudocientíficas, los recortes en importación de grano, el establecimiento del sistema de comunas y la movilización de millones de campesinos para trabajar en proyectos que sobrepasaban sus recursos, hizo aparecer las primeras hambrunas a principios de 1959. Con la primera ola de hambrientos y muertos, las noticias llegaron a Mao, el cual se mostró escéptico. Después de su incredulidad inicial, Mao empezó a pensar que algunos grupos sociales estaban conspirando y escondiendo grano para pedir contrapartidas. Se lanzó entonces una campaña para encontrar el grano oculto, que tuvo como resultado purgas, torturas y suicidios. Fue entonces cuando llegaron las críticas de algunos cuadros del partido que afirmaban que Mao iba errado, y que los episodios de hambre eran reales. Aún así Mao no rectificó y castigó a sus críticos.

En 1959 la cosecha se había reducido unos 30 millones de toneladas respecto el año anterior, pero los responsables locales del partido no lo reportaron y confiscaron más cantidad de grano a los agricultores para cumplir con los objetivos del Gran Salto Adelante. Dichas confiscaciones iban casi siempre acompañadas de violencia por parte de las autoridades.


Así creció China poblacionalmente cada año entre 1960 y 2015. Fuente: Banco Mundial

La parte más dura del hambre llegó a inicios de 1960, cuando un número muy considerables de agricultores murió de inanición. Mao seguía creyendo en su plan, mientras la mayoría de cuadros del partido se negaban a contarle la realidad. Los cuadros del partido no se rebelaban porque cualquier intento de cuestionar las órdenes o contradecir a Mao era motivo suficiente para ser arrestados y/o asesinados, tanto ellos como sus familias. Además, estos y sus allegados siempre disponían de acceso a los alimentos, entre otros privilegios. Por tanto, renunciar a ello y ser perseguidos por denunciar las miserias de otros no era algo que tuvieran en mente la mayoría de cuadros.

Por lo que respecta a los agricultores, no se rebelaban por miedo: el hambre y las enfermedades coexistían con las torturas y los asesinatos. Esto no quiere decir que no se dieran episodios de revuelta. En ocasiones, los agricultores se organizaban para efectuar asaltos a graneros estatales protegidos por soldados armados y alambre espinoso. También había directos enfrentamientos violentos con las autoridades locales de menor rango. Huir tampoco era sencillo. Algunos intentaron esconderse en las zonas más altas, como en el Tíbet; otros probaron huir a nado hacia Hong Kong; y otros tantos travesar las montañas para llegar a la URSS u otros países fronterizos. Casi siempre se encontraban con controles fronterizos que no dudaban en disparar. La movilidad interna era otra alternativa, probablemente menos complicada. Se calcula que unos 10 millones de ciudadanos emigraron sin el permiso de las autoridades, ya que se requería el uso de pasaportes para desplazarse por el país. Las consecuencias de estos movimientos de población fueron el considerable aumento de las tasas de divorcio en algunas zonas, como en la región de Gansu, donde aumentaron hasta un 30% – 40%.

Durante el Gran Salto Adelante se creó una gran red de prisiones y campos de trabajo, aún vigente hoy en día. Con los episodios de hambre, algunos de estos campos se convirtieron en campos de muerte, especialmente a partir de 1960 cuando las raciones de comida disminuyeron. La desesperación en los campos llegó hasta el punto que los prisioneros comían gusanos, estiércol, alimentos en mal estado que tiraban los responsables del campos, y se dieron episodios de canibalismo. En estos campos, como sucedía en los kuláks de la URSS, los intelectuales y los opositores políticos eran tratados peores que los criminales comunes.

El fin del Gran Salto Adelante y la nueva etapa

En 1961 se rectificó y se puso fin al Gran Salto Adelante. Lo que sigue siendo un misterio es si Mao cedió por las críticas o por la actuación de la oposición dentro del partido, representada por Liu Shaoqi,Deng Xiaoping y ChenYun, quienes intervinieron para evitar el colapso. Se tomaron entonces medidas de urgencia para paliar el hambre, que ya había llegado a las ciudades: racionamiento, distribución de alimentos y abrigo, reducción de la jornada laboral, importación de grano, retorno al antiguo sistema privado de parcelas familiares, en otras tantas. Aún así, el hambre perduró hasta 1962, en parte por causas naturales, ya que el norte del país había sido afectado por sequías.

A estas medidas le siguieron nuevas reformas, como la eliminación de las cocinas colectivas de las comunas o el retorno a pequeños mercados privados locales, para que los agricultores pudieran vender los productos que cosechaban en sus pequeñas parcelas, exceptuando el grano, que seguía siendo monopolio del estado. Se ejecutaron a algunos responsables locales que habían cometido crímenes y se rehabilitó a antiguos cuadros del partido que habían sido acusados de derechistas, así como se rehabilitó a la comunidad intelectual y científica, abandonando el pseudo-cientifismo que Mao había introducido en la academia. A pesar de todas las reformas, los estándares de 1950 no se volverían a recuperar hasta 1978.

Desde el fin del Gran Salto Adelante surgieron voces dentro del partido que proponían volver a la propiedad privada en el campo para levantar la producción, como la de Chen o como la de Deng, quien propuso un nuevo rumbo al partido como su famosa frase “gato negro o gato blanco, poco importa si caza ratones”. Además se apartó a Mao de la Jefatura de Estado –aunque mantuvo su puesto como presidente del partido y su rol de líder de la revolución– y se abrió una disputa dentro del partido que duró hasta 1966, fecha en la que se lanzó la Revolución Cultural.

El fracaso del Gran Salto Adelante tuvo como consecuencia la Revolución Cultural, con la que Mao pretendía esconder sus fracasos –a la vez que los muertos–, culpar de sus errores a otros y retomar el control del partido, que estaba ahora en manos de Deng y Liu.

Respecto al hambre y los muertos fueron escondidos al mundo hasta finales de los setenta con la muerte de Mao. La información se hizo pública con el fin de desacreditar las críticas del sector maoísta a las nuevas reformas de Deng, no para restituir a las víctimas, conocer la verdad o encontrar culpables.

Así, no sólo es importante entender estos hechos para aprender lecciones de los errores de la política maoísta y hacer memoria histórica, sino que es fundamental comprender lo acontecido durante estos años para comprender la posterior Revolución Cultural y las disputas en el seno del Partido Comunista Chino entre el sector de Mao Zedong y el de Deng Xiaoping, quien sería el futuro líder de la República Popular China a la muerte de Mao.

Tanto los hechos del Gran Salto Adelante como las colectivizaciones de Stalin, nos sirven como ejemplo de países socialistas que quisieron resolver el problema del hambre y la cuestión agraria aplicando las recetas de la colectivización, política que llevó a algunos a arruinar sus agriculturas nacionales y a agravar el problema del hambre. Estas políticas han conducido a los resultados contrarios a los perseguidos porque los gobiernos autoritarios han querido controlar al campesinado mediante la burocracia, el encuadramiento y la expropiación de sus medios de producción, rompiendo así su propia autonomía y desoyendo sus demandas.

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