La tregua en Siria ha sido frecuentemente violada por los terroristas que han sido aprovisionados por sus espónsores con armas y dinero para permitirles lanzar grandes ofensivas contra el Ejército sirio y sus aliados.
Según fuentes militares, 9 milicias terroristas wahabíes takfiris, varias de ellas vinculados a Al Qaida han formado una sala de operaciones conjunta y han lanzado dos ofensivas contra el Ejército sirio, una en el norte de Latakia y la otra en la planicie de Al Gaab, en Hama.
En el Frente de Al Gaab fueron los takfiris chinos sobre los que recayó el peso de los combates contra el Ejército sirio. Ellos son parte del “Yund al Aqsa” -un grupo vinculado a Al Qaida que defiende una alianza con el EI- o el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (MITO), es decir la provincia china de Xinjiang, habitada por uigures, un grupo étnico chino de confesión musulmana.
Tras haber sufrido duras derrotas en estos últimos días, los terroristas chinos han lanzado una nueva ronda de asaltos haciendo explotar dos camiones bomba cerca de una posición de militares sirios.
Estas explosiones fueron seguidas por el ataque de cientos de takfiris chinos que, según fuentes militares sirias, se caracterizan por su rapidez en los combates. Estos militantes utilizaron motos ligeras para atacar las posiciones del Ejército y fueron apoyados por disparos de artillería y cohetes.
El movimiento separatista de Xinjiang, apoyado y financiado por el régimen de Erdogan, sirve como instrumento estratégico de Turquía para lograr objetivos políticos. La política expansionista del presidente turco ve a Xinjiang como el “Turquestán Oriental”, un territorio que ha pertenecido históricamente al “mundo turco”.
Hace varios meses, la publicación nacionalista china Global Times, dijo que uno de sus reporteros había recibido información exclusiva de las autoridades anti-terroristas en el sentido de que algunos miembros de la facción del Turquestán Oriental habían entrado en Siria procedentes de Turquía, con el apoyo de las autoridades turcas, y se habían unido a grupos armados de la oposición siria.
Estos elementos han luchado contra el Ejército sirio, y algunos han regresado más tarde a Xinjiang para fomentar la desestabilización en esta región china.
El diario cita el caso de un hombre de 23 años de edad, con el nombre de Maimaiti Aili, miembro del MITO, que fue detenido en una fecha no especificada y que habría admitido que su movimiento había enviado combatientes a Xinjiang desde Siria para cometer actos de sabotaje y llevar a cabo atentados allí.
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