El 17 de marzo, los israelíes acudirán a las urnas para elegir un nuevo gobierno. He aquí diez hechos sobre las elecciones parlamentarias y el voto de los palestinos.
1. Solo uno de cada siete palestinos puede votar en las elecciones israelíes. Solo uno/a de cada siete palestinos/as vive dentro de las fronteras israelíes anteriores a 1967 y tienen ciudadanía israelí. Una tercera parte vive bajo el control militar israelí en Cisjordania y la Franja de Gaza y no puede votar (aunque los colonos judíos que viven entre ellos sí pueden hacerlo). Por otra parte, alrededor de la mitad de todos los palestinos son refugiados a los que Israel no permite volver a sus hogares. Expulsados y apátridas, su exclusión forzosa es la razón por la cual la mayoría de los ciudadanos de Israel son judíos.
2. Israel solo ha tenido dos ministros no-judíos a lo largo de su historia. Desde la creación del estado de Israel en 1948, alrededor de 600 ministros han servido en 33 gobiernos. Solo dos de ellos han sido no-judíos y estuvieron en sus cargos un total combinado de unos tres años.
3. Ningún partido árabe ha formado parte de una coalición de gobierno. Tras las elecciones de 2013, el centrista Yair Lapid descartó explícitamente formar una alianza táctica con partidos árabes, diciendo que “no me uniré con Hanin Zoabis para formar una mayoría”, en referencia a la parlamentaria palestina del partido Balad. Sin embargo, no resulta imposible pensar que en esta ocasión se les invite a formar parte de una coalición de gobierno o que los/as parlamentarios/as palestinos apoyen al candidato de la Unión Sionista, Isaac Herzog, principal rival de Netanyahu para el puesto de primer ministro.
4. Se espera que crezca la participación del electorado palestino. Es probable que la participación electoral de los ciudadanos palestinos de Israel crezca y que se vuelva a niveles no conocidos desde los años 90. En 2013, la participación fue del 56 por ciento, mientras que en 1999 fue del 75 por ciento. Uno de los factores clave para este cambio es la decisión de los partidos árabes de formar una alianza, la Lista Conjunta (formada por Balad, Taal, Lista Árabe Unida y Hadas, un partido mixto de árabes y judíos).
5. Algunos grupos palestinos llaman a boicotear las elecciones israelíes. Entre los grupos políticos palestinos que abogan por el boicot a las elecciones figuran la rama septentrional del Movimiento Islámico, liderada por el jeque Raed Salah, y el movimiento Abna el Balad, junto con activistas no afiliados y activistas estudiantiles.
6. La Lista Conjunta de los partidos árabes alentará el voto. En 2013, los partidos árabes consiguieron un total de once escaños en la Knesset (parlamento israelí). En esta ocasión, la Lista Conjunta podría conseguir 15 escaños en el nuevo parlamento. El nuevo umbral electoral es del 3,25 por ciento de los votos, frente al 2 por ciento de la anterior convocatoria.
7. Los votantes palestinos están preocupados por el empleo, la educación y la discriminación. Los principales problemas con que se enfrentan los ciudadanos palestinos de Israel son de naturaleza económica (por ejemplo, desempleo y creación de puestos de trabajo), educación, restricciones en la planificación urbana y regional, demoliciones de casas (especialmente en el Neguev), legislación racista y ultranacionalista y otros asuntos que derivan de la discriminación estructural en la que viven los no-judíos.
8. La parlamentaria palestina Hanin Zoabi fue inicialmente inhabilitada para presentarse como candidata en los comicios. El Comité Electoral Central de Israel votó prohibir dos candidatos: Hanin Zoabi (por 27 votos contra seis) y el ultraderechista y nacionalista judío Baruch Marzel (por 17 votos contra 16). Las dos decisiones fueron revocadas por el Tribunal Supremo, aunque la inhabilitación de Zoabi fue apoyada por la mayoría de los candidatos, incluyendo Isaac Herzog, de la Unión Sionista. Según la ley israelí, un candidato o partido político puede ser excluido de las elecciones, entre otras cosas, por negar la existencia de Israel como “estado judío”.
9. Las normas del parlamento limitan la capacidad de los parlamentarios palestinos para combatir la discriminación estructural. El reglamento de la Knesset permite la prohibición de proyectos de ley que atenten contra la existencia de Israel como “estado del pueblo judío” (y no de todos sus ciudadanos/as).
10. Los parlamentarios palestinos son frecuentemente objeto de persecución política. Una vez en la Knesset, los parlamentarios/as palestinos/as son frecuentemente objeto de persecución por motivos políticos. En el pasado, esto ha incluido suspensiones del parlamento, investigaciones por visitar un “estado enemigo” y procesamientos penales basados en acusaciones falsas. En términos más generales, el Shin Bet [servicio de seguridad interior] intenta frustrar las actividades de cualquier grupo que pretenda socavar el carácter judío de Israel. En 2008, el entonces jefe del Shin Bet, Yuval Diskin, dijo a diplomáticos estadounidenses que buena parte de la “población árabe israelí” está llevando sus derechos “demasiado lejos”.
Fuente: 10 facts about Israel’s elections and the Palestinian vote, Middle East Monitor, 11/03/2015
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