domingo, 8 de marzo de 2015
Diez mil europeos a la yihad
Un grupo de soldados iraquíes, en un descanso en su ofensiva contra el Estado Islámico EFE
Un ejército de hasta 10.000 europeos podría tomar las armas y sumarse en los próximos diez meses, los que faltan de aquí a fin de año, a los yihadistas que luchan en nombre del Estado Islámico en Irak y Siria. La funesta profecía la lanzaba ayer el primer ministro francés, Manuel Valls, y supondría multiplicar por tres el número de europeos que ahora mismo se calcula que combaten en nombre del autoproclamado Califato musulmán.
"A día de hoy hay 3.000 europeos. Pero cuando se hace una proyección para los próximos meses, podría haber 5.000 antes del verano y 10.000 antes de que termine al año", aventuraba el jefe del Ejecutivo francés en una entrevista a la cadena de televisión iTele. "¿Se da cuenta de la amenaza que esto representa?".
Según Valls, Francia y Bélgica serían los países europeos con mayor número de desertores de su territorio para unirse a los terroristas. Pero el jefe del Ejecutivo también citaba a Holanda, Dinamarca y Reino Unido como cantera de yihadistas. "Estamos ante una amenaza particularmente elevada en Francia, en Europa y en otros países", indicaba.
Recientemente las autoridades francesas calculaban en más de 1.100 el número de sus ciudadanos vinculados a las redes yihadistas, de los cuales 380 se encontrarían en estos momentos en Siria o Irak. Pero el primer ministro ayer elevaba ayer esa cifra a 1.400, asegurando que serían en total unos 1.400 los franceses que están, han estado o planean ir a las zonas controladas por el Estado Islámico. "Ya son unos 90 los franceses que han muerto con un arma en la mano, luchando contra nuestros propios valores", sentenciaba.
Hace sólo unos días, y en aplicación de la nueva legislación antiterrorista aprobada en noviembre pasado, las autoridades francesas retiraban el pasaporte a seis ciudadanos sospechosos de conexiones con los yihadistas para impedirles precisamente abandonar el país para poder unirse a las filas del Estado Islámico. Precisamente ayer cuentas de Twitter vinculadas con el IS difundieron un vídeo centrado en la figura de Abu Suhaib al Faransi (el francés, en árabe), un combatiente galo de 65 años que abandonó su acomodada vida de empresario para abrazar el islam y viajar al califato.
Con una luenga barba teñida de henna, el muyahidin (guerrero santo) protagoniza la última producción de Al Hayat, la división audiovisual del IS en lengua extranjera, y el primer episodio de una serie titulada "Historias desde la tierra de la vida". A lo largo de 15 minutos, el yihadista relata su travesía hacia los confines de Siria e Irak donde el IS ha impuesto su ley de decapitaciones, ejecuciones sumarias o lapidaciones. "Cuando Abubakar al Bagdadi anunció la creación del califato no dudé. Tenía que alistarme", confiesa Suhaib, que -insatisfecho con su vida de hombre de negocios en Túnez- renunció a su fe católica y se convirtió al credo de Mahoma en Arabia Saudí antes de partir hacia el campo de batalla.
"Al entrar en el califato me di cuenta de que las cosas eran diferentes a lo que me habían contado. Había instituciones y orden además de ingenieros, médicos y personas con educación que abandonaron Europa y otros lugares de todo el mundo para hacer la yihad con plena conciencia y una integridad y sinceridad totales". Los fotogramas que acompañan a sus palabras muestran al veterano combatiente -según algunas fuentes, reside en Siria desde marzo de 2012- paseando plácidamente por las calles de una ciudad controlada por el IS; descargando su rifle en mitad de un paisaje desértico o recorriendo los pasillos del organismo dedicado a recibir y examinar a los extranjeros deseosos de unirse a la organización.
La inagotable propaganda del IS para reclutar a nuevos combatientes coincide con los primeros esfuerzos serios de las fuerzas de seguridad iraquíes por reconquistar el territorio capturado por los yihadistas. Ayer, una semana después de que arrancara la ofensiva para recuperar Tikrit, el ejército iraquí y la milicia chií "Hashid Shaabi" (Movilización popular, en árabe) irrumpieron en el pueblo de Albu Ajil, a unos 15 kilómetros al este de Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein. Un día más las escaramuzas agujerearon el callejero de Al Dur, una estratégica localidad en los alrededores de Tikrit. Las fuerzas iraquíes arrebataron al IS el centro de la villa, donde se ubican los edificios estatales, pero los extremistas permanecían atrincherados en la zona oeste.
El avance -respaldado por militares iraníes y ralentizado por los explosivos dejados por el IS en su huida- puede ahondar las tensiones sectarias. Las milicias chiíes han reconocido su intención de vengar uno de los crímenes más atroces firmados por el IS, la ejecución a sangre fría de más de 1.700 soldados -en su mayoría cadetes- capturados en junio en la base militar Speicher y liquidados en las inmediaciones del palacio presidencial de Sadam en Tikrit. Entretanto, la coalición internacional liderada por EEUU efectuó una docena de ataques aéreos contra posiciones del IS en Siria e Irak.
Por su parte, fuentes gubernamentales iraquíes denunciaron ayer el saqueo y posterior destrucción de la antigua ciudad de Dur Sharrukin, fugaz capital de la civilización asiria durante el reinado de Sargon II (722-705 a.C.) en el tercer ataque del IS contra el patrimonio del norte de Irak en la última semana. En la demolición, los extremistas usaron varios excavadoras.
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