lunes, 6 de agosto de 2018

Aumento poblacional en África, claves para detener la bomba de tiempo


África tendrá para 2050 el doble de los mil 100 millones de habitantes que se contabilizan hoy, un desafío al que las principales instituciones y líderes del continente deberán responder con estrategias efectivas, en opinión de expertos.

Además, se espera que más del 80 por ciento de ese incremento se dé en las favelas más pobres; en las próximas dos décadas, las ciudades africanas necesitarán hacer mucho con poco.

Las implicaciones de ese crecimiento vertiginoso son difíciles de comprender, aunque expertos y representantes de Estados miembros discuten en la sede de la Unión Africana (UA) en Addis Abeba algunos mecanismos para enfrentarlo de la mejor manera posible.

Cifras oficiales dan cuenta de que Lagos, por ejemplo, crece a la asombrosa cifra de 77 personas por hora. Y esto será así hasta 2030, según cifras oficiales.

Así, la región, consideraron analistas, no está preparada para esta explosión; en 2025, habrá 100 urbes con más de un millón de habitantes, el doble que en América Latina.

La urbanización desmedida y el aumento creciente de la juventud, con la mayoría de ellos sin perspectivas de obtener trabajo fijo, es una bomba de tiempo.

En la actualidad, alrededor del 70 por ciento de los africanos tiene menos de 30 años, lo que representa el 40 por ciento de la fuerza de trabajo, pero también el 60 por ciento de los desempleados.

La importante brecha de infraestructura urbana está causando sufrimiento en el área, subrayó la comisionada de Asuntos Sociales de la UA, Amira El-Fadil.

El gasto público nacional anual en ese sentido es extremadamente bajo: un promedio del dos por ciento del PIB entre 2009 y 2015, comparado con el 5,2 por ciento en India y el 8,8 por ciento en China, detalló El-Fadil.

Para los observadores, no es sorprendente entonces que las metrópolis de África a menudo sucumban a la fragilidad; un 60 por ciento de todos los residentes de las capitales viven en barrios marginales abarrotados y con escasos servicios.

Asimismo, entre el 25 por ciento y el 45 por ciento van a trabajar a pie debido a la falta de transporte asequible; con esta urbanización desmedida, estas pésimas condiciones podrían fácilmente deteriorarse aún más, a consideración del ente comunitario.

Otro problema que se avecina es que ese despegue viene acompañado de un estrés climático sin precedentes, pues la región en su conjunto se está calentando 1,5 veces más rápido que el promedio mundial, argumentó el investigador del Centro de Estudios estratégicos, Bilal Derso.

La presión sobre los servicios básicos y las dotaciones de recursos naturales, como lo demuestra la crisis del agua en Ciudad del Cabo, aumentará, añadió.

Si África no encuentra una manera de construir ciudades sostenibles con un mayor acceso al capital privado, corre el riesgo de convertirse en inhabitable y endeudada, puntualizaron los estudiosos. No se equivoque: el futuro es urbano. Pero en las próximas dos décadas, los enclaves residenciales necesitarán hacer mucho más, con mucho menos, aseguró a Prensa Latina el especialista en Relaciones Internacionales, Tameru Regasa.

Si bien los gobiernos deberán intensificar e implementar regulaciones para recaudar fondos públicos, los alcaldes, la ciudanía y las empresas no pueden permitirse esperar, indicó Regasa.

Los africanos deben gastar entre 130 y 170 mil millones de dólares por año para satisfacer las necesidades básicas del sector. Sin embargo, ya se enfrentan déficits de entre 68 y 108 mil millones de dólares.

Aproximadamente dos tercios de las inversiones necesaria para 2050 aún no se han hecho. Para complicar las cosas, la mayoría del financiamiento actual proviene del sector público porque la inestabilidad y las regulaciones confusas disuaden a la variante privada, destacó el comisionado de Industria de UA, Albert Muchanga.

La inversión de capital total entre 1980 y 2011 promedió solo el 20 por ciento del PIB (en comparación con el 40 por ciento en el caso de Asia del Este durante un período de rápida urbanización).

Cerrar esas brechas podría aumentar el crecimiento per cápita en 2,6 por ciento anual. También la falta de planificación, el uso ineficiente de la tierra, los bloqueos normativos y los intereses creados traban el desarrollo, agregó Muchanga.

Según el Banco Mundial, las urbes de África son un 29 por ciento más caras y con niveles de ingresos similares a las demás.

Las brechas no son accidentales. Una razón clave es que las administraciones municipales tienen problemas de liquidez y luchan por generar ingresos fiscales. Las autoridades suelen carecer del criterio y de la autonomía financiera para tomar medidas.

Para salir adelante, los expertos sugieren la atracción de contratistas privados, así como emplear tecnologías nuevas (y de cosecha propia), construir una infraestructura más inteligente y aprovechar el dinamismo del sector informal.

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