El Departamento del Tesoro de EE.UU. anuncia nuevas sanciones a representantes y redes financieras del Gobierno del Bashar al-Asad.
El Departamento incluyó el jueves a ocho individuos, incluidos dos rusos, y siete empresas a su lista negra de sanciones, que tienen como objetivo excluirlos del sistema financiero mundial.
Entre los rusos sancionados figuran Yusuf Arbash, jefe de la filial en Rusia de la compañía siria Hesco, e Imad Mtanyus Khuri, según el comunicado del Tesoro estadounidense.
El Tesoro seguirá actuando contra los responsables de alimentar las acciones represivas y la proliferación de armas peligrosas del régimen de Al-Asad", afirmó Adam Szubin, subsecretario interino del Tesoro de EE.UU. para Terrorismo e Inteligencia Financiera.
Hesco, una empresa de ingeniería y construcción, gestiona instalaciones de producción de energía en Siria, cuyos representantes en Rusia integran ahora la lista de sanciones de Washington.
El Tesoro también acusa a las compañías Yona Star International y T-Rubber de aportar suministros al Ministerio de Defensa sirio, Fuerza Aérea y otros cuerpos militares a través de sus oficinas internacionales.
Washington impone también sanciones a personas y empresas que participan en transferencias internacionales de dinero.
Adam Szubin, subsecretario interino del Tesoro estadounidense para Terrorismo e Inteligencia Financiera, ha acusado al Gobierno de Bashar al-Asad de mantener una "conducta desestabilizadora", acusándolo de expandir programas de armas de destrucción masiva. "El Tesoro seguirá actuando contra los responsables de alimentar las acciones represivas y la proliferación de armas peligrosas del régimen de Al-Asad", ha declarado Szubin.
Asimismo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió el 3 de mayo cartas a altos funcionarios del Congreso y del Senado de EE.UU. y los informó de su decisión de prorrogar las medidas coercitivas contra el Gobierno sirio.
En momentos en que Siria se encuentra en una crisis sin precedentes, algunos países occidentales y de la región, encabezados por EE.UU., continúan echando leña al fuego del conflicto, brindando diversos tipos de apoyo a los grupos armados y adoptando nuevas sanciones contra el Gobierno de este país.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria vive un conflicto armado debido a la actividad de grupos cuya meta es derrocar al Gobierno de Al-Asad, crisis que ha dejado más de 470.000 muertos y a la mitad de la población del país, es decir, aproximadamente 23 millones de personas, desplazados dentro o fuera de las fronteras del país.
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