La Administración Autónoma y Democrática de Kobane, prepara la celebración del primer aniversario de la liberación de la ciudad mártir, de las manos del Estado Islámico.
Los actos tuvieron lugar en la Plaza Newroz en el simbólico Monte Mishtenûr. Miles de personas del Cantón de Kobane se trasladaron a este enclave para participar en la conmemoración, incluidas gentes venidas de Gire Spi. La ceremonia comenzó con un acto dedicado a l@s combatientes de las fuerzas de Defensa Popular YPG/YPJ, seguido de una declaración de la comandanta Rehîme.
Reconstruyendo Kobane
“Hemos limpiado 1,5 millones de toneladas de escombro”, declara Abdo Rahman Hemo (conocido como Heval Dostar), jefe de la Junta de Reconstrucción de Kobane. Mientras uno se pasea por las calles bombardeadas de Kobane, con sus edificios venidos a bajo, y el polvo que se respira e inunda los pulmones, piensa que lo ocurrido en Kobane, difícilmente podría haber sido peor. Heval Dostar estima que las pérdidas ascienden a 3,5 millones de dólares.
Ha pasado un año desde el bombardeo estadounidense y los edificios permanecen en ruinas. Cuando Daesh ocupó la ciudad, gran parte de la población civil huyó al territorio turco. Las mujeres y hombres que formaron los Batallones de Defensa Popular YPG/YPJ, permanecieron en la ciudad para defenderla hasta las últimas consecuencias. No fue sino al final de casi cuatro largos meses de asedio, que se realizaron los bombardeos de la coalición internacional liderada por EEUU. Hoy, gran parte de la población refugiada ha regresado a su ciudad, y se encuentran con sus hogares totalmente destruidos y con el peligro de las minas y explosivos que dejaron tras de sí los miembros del Daesh, antes de que fueran derrotados.
El 1 de julio 2015 tuvo lugar una Conferencia en Bruselas sobre la Reconstrucción de Kobane. A la misma asistieron gran cantidad de ONGs y parlamentarios, siendo sus reacciones favorables a la reconstrucción. Pero la ayuda prometida quedó solo en eso: palabras. Muchas organizaciones no gubernamentales han acudido a Kobane a trabajar sobre el terreno, sobre todo en materia de desactivación de minas, tratamiento de aguas residuales, pero todavía queda por hacer la mayor parte del trabajo. A ello hay que añadir las dificultades a la hora de transportar la ayuda humanitaria. Un buen ejemplo de ello es el cierre de las fronteras cuando intentan llega ayuda internacional en materia sanitaria. Es facil que pueda pasar un individuo con un pequeño paquete de medicamentos, pero constituye un ínfimo impacto sobre la salud de los ciudadanos.
No solo hay graves dificultades para conseguir hacer llegar materiales, sino que también se impide el paso de las personas hacia Rojava, por parte del estado turco y el gobierno regional de Kurdistán de Irak. Todo el mundo arriesga cruzando ilegalmente a Turquía, con el riesgo de ser arrestado o incluso asesinado por los militares turcos. Otros tratan de cruzar legalmente a través de la frontera con el Kurdistán de Irak, sin embargo se enfrentan a interminables procesos burocráticos, como el permiso de la oficina de Barzani, o llevar una tarjeta de prensa. A los periodistas solo se les permite pasar una sola vez a Rojava. Es muy difícil entrar en el Kurdistán de Siria, incluso para las delegaciones políticas.
Dicha situación ha empeorado desde los comicios electorales celebrados en noviembre en el estado turco. A raíz de ello, se deniegan el paso a la mayoría de las ONGs que llegan a Kobane con proyectos solidarios, así también se le denegó el paso a la Organización Médicos Sin Fronteras.
Enfermedad del escombro
Pasar un tiempo en Kobane significa sufrir al poco tiempo de problemas respiratorios y dermatológicos. Médicos de la Organización Heva Sor, declaran que existe escasez grave de medicamentos, particularmente para tratar la Diabetes, cardiopatías y enfermedades oncológicas. Muchas de las enfermedades son causadas por la guerra en sí misma, como problemas de piel, alergias y enfermedades psico-patológicas. Las enfermedades infecciosas tuvieron un prevalencia muy alta debido a la existencia de cadáveres de miembros del ISIS, que permanecieron mucho tiempo sin enterrar y/o atrapados bajo los escombros. Cuando los niños juegan en el suelo, entre los escombros, recogen los microorganismos patógenos con sus manos y luego se tocan la cara.
El pueblo de Kobane está pidiendo con urgencia la apertura de un corredor humanitario con el fin de proveer a los ciudadanos de materiales, medicamentos y expertos para poder trabajar en la reconstrucción. Dicho corredor, según Heval Dostar puede darse de tres maneras: a través de la frontera terrestre con Turquía, a través del Kurdistán iraquí, o a través de aviones de transporte.
Acciones Solidarias
Existen muchas maneras de que los activistas y movimientos sociales puedan enviar su solidaridad a Kobane. En primer lugar, la presión ejercida sobre el gobierno turco y el KRG para que levanten las restricciones en las fronteras y permitan el paso de materiales, trabajadores, suministros humanitarios y voluntarios. Según palabras del Vicepresidente Adjunto del Cantón de Cizîrê: “Necesitamos que la comunidad internacional ejerza más presión sobre Turquía para que abra el paso fronterizo, dicha presión puede ser política y el reconocimiento de nuestra auto-administración”. Según Heval Dostar: “necesitamos activistas que ayuden, mediante la celebración de seminarios para crear conciencia, utilizando todo tipo de medios como las redes sociales, sitios web y realización y apoyo a campañas. Es importante organizar una campaña internacional permanente para la apertura de un corredor humanitario.
Los habitantes de Kobane, necesitan expertos voluntarios que puedan aportar conocimientos y enseñar habilidades. De entre ellos, son muy importantes cirujanos pediatras, dermatólogos, ginecólogos y especialistas. Así también hacen falta ambulancias y medicinas (carecen de vacunas). Técnicos en infraestructuras urbanas, especialistas en el suministro de agua. Otra demanda que cobra mucha importancia es la necesidad de psicólogos que apoyen a las mujeres y a los niños.
Ofrecer solidaridad a Kobane es apoyar a un pueblo que ha apostado por un cambio radical hacia una democracia real y popular. Dentro de Rojava se están organizando confederaciones comunales y asambleas locales. Un paradigma anticapitalista y feminista está floreciendo en Rojava, con la capacidad de transformar a la sociedad, en medio de una guerra por la supervivencia.
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