El político de izquierda nacionalista Andrés Manuel López Obrador, triunfador de las elecciones presidenciales de México, dijo que en su próximo gobierno no impondrá "nada por la fuerza", al dirigir su primer discurso de la victoria en un hotel capitalino.
"Nada será por la fuerza, todo por la razón", dijo un su primer discurso leído en tono de reconciliación, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, que conquistó la presidencia en su tercera campaña consecutiva con un rango de 53,0 y 53,8% de votos de acuerdo a un conteo rápido oficial.
El ganador de los comicios señaló que "este es un día histórico, será una noche memorable".
"Una mayoría importante de ciudadanos ha decidido iniciar la cuarta transformación de la vida pública de México", afirmó desde el Hotel Hilton de la Ciudad de México.
López Obrador aseguró que "con el gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, buscaremos una relación de amistad y de cooperación y el desarrollo basada en respeto mutuo y defensa de paisanos que trabajan honradamente en ese país".
El líder fundador del Movimiento de Regeneración nacional (Morena, izquierda) reconoció el papel del presidente mexicano Enrique Peña Nieto en el proceso electoral.
"Su comportamiento fue muy diferente al trato que nos dieron los pasados titulares del poder ejecutivo", dijo en alusión a los expresidentes Vicente Fox (2000-2004) y Felipe Calderón (2006-2012), ambos de centroderecha.
AMLO, como lo conocen sus seguidores por las iniciales de su nombre, expresó "su gratitud a las benditas redes sociales"
"No voy a decepcionarles, no voy a traicionar al pueblo, confieso que tengo la legítima ambición de pasar a la historia como un buen presidente de México", enfatizó en su primer discurso.
El triunfador agradeció a sus rivales que reconocieron su victoria.
Además expresó su respecto "a quienes votaron por otros candidatos, lo mismo manifiesto para los tres candidatos a la presidencia de la República, quienes han reconocido nuestro triunfo y victoria".
Asimismo, prometió que "respetaremos la autonomía del Banco de México" y afirmó que mantendrá disciplina financiera y fiscal de las cuentas públicas.
Finalmente, se comprometió a que su prioridad será "erradicar la corrupción y la impunidad será la principal prioridad de su gobierno, no les voy a fallar".
El titular del INE, Lorenzo Córdova informó que detrás del rango de 53 a 53,8% del ganador, el candidato centrista Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente, recibía entre 22,1 y 22,8%.
En tercer lugar se colocaba el oficialista José Antonio Meade, de la coalición Todos por México del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), con un rango de entre 15,7 y 16,3% de votos del escrutinio.
En el cuarto y último lugar se quedaba con entre 5,3 y 5,5% del conteo el candidato independiente Jaime Rodríguez, apodado El Bronco, gobernador del norteño Estado de Nuevo León.
La cuarta transformación y la reconciliación
La mayoría importante de ciudadanos ha decidido iniciar "la cuarta transformación de la vida pública de México", dijo en alusión a las guerras de Independencia de España, de Reforma que separó la Iglesia católica del Estado y la Revolución Mexicana de principios del siglo XX.
Después llamó a todos los mexicanos "a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés general", porque "la patria es primero".
El nuevo proyecto de nación que encabezará "buscará establecer una auténtica democracia, no apostamos a construir una dictadura abierta ni encubierta", exclamó.
También se comprometió a que "habrá libertad empresarial; libertad de expresión, de asociación y de creencias; se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución".
Los contratos del sector energético suscritos con particulares tras la reforma energética que puso fin al monopolio estatal de ocho décadas en el gobierno saliente, según el próximo presidente, "serán revisados para prevenir actos de corrupción o ilegalidad".
En caso de que se encuentren anomalías que afecten el interés nacional, "se acudirá al Congreso de la Unión, a tribunales nacionales e internacionales, siempre por la vía legal, sin actuar de manera arbitraria, sin confiscación o expropiación de bienes", enfatizó.
Expresó además que la principal transformación que llevará a cabo consistirá en desterrar la corrupción.
"La corrupción no es un fenómeno cultural sino el resultado de un régimen político en decadencia, estamos absolutamente seguros de que este mal es la causa principal de la desigualdad social y económica y de la violencia que padecemos.
En consecuencia, reiteró que erradicar la corrupción y la impunidad será la misión principal del nuevo gobierno
"Incluyo a compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares, porque un buen juez por la casa empieza", exclamó
Todo lo ahorrado por el combate a la corrupción y por abolir los privilegios, "se destinará a impulsar el desarrollo del país".
Por lo tanto "no habrá necesidad de aumentar impuestos en términos reales ni endeudar al país".
López Obrador dijo que escuchará a todos, y que atenderá a todos.
"Pero daremos preferencia a los más humildes y olvidados; en especial, a los pueblos indígenas de México, por el bien de todos, primero los pobres", puntualizó.
Finalmente, anunció que cambiará la estrategia fallida de combate a la inseguridad y a la violencia.
"Más que el uso de la fuerza, atenderemos las causas que originan la inseguridad y la violencia", definió.
El combate a la desigualdad y a la pobreza, traerá "la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia", proclamó.
El triunfador de los comicios dijo que convocara a defensores de derechos humanos, a líderes religiosos, a las Naciones Unidas y a otros organismos nacionales e internacionales, para elaborar un plan de reconciliación y paz.
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