lunes, 2 de julio de 2018

El apoyo masivo de los mexicanos a López Obrador en las urnas


En una votación histórica, los mexicanos definieron quién ocupará el sillón presidencial en los próximos años. Sputnik acerca a sus lectores una crónica de la jornada que marcó la victoria de un nuevo proyecto que promete torcer el rumbo del país.
La gran afluencia de participación que tuvieron las elecciones mexicanas en las que Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el próximo presidente de México, por más de 30 puntos porcentuales sobre el siguiente contrincante, ya podía intuirse desde la apertura de las casillas, a las ocho de la mañana del 1 de julio.
Los candidatos votaron temprano. Antes de las nueve de la mañana, AMLO (uno de los apodos con el que se conoce popularmente a este longevo político que ahora se convirtió en presidente) ya había generado un enorme revuelo en la delegación Coyoacán, al sur de la ciudad. Decenas de fotógrafos, periodistas y votantes deseosos de saludar al que entonces aún era el candidato favorito, se arremolinaron en torno al coche blanco y simple con el que el futuro presidente fue trasladado durante la jornada electoral, esperando ver en alto el dedo pulgar manchado con tinta del candidato.
Cuando fue abordado por la prensa, López Obrador dijo haber votado por Rosario Ibarra de Piedra, la luchadora social contra de la represión institucional y la desaparición forzada, que fue candidata presidencial en las elecciones de 1982. Aunque parezca broma, en México existe la posibilidad de que la gente escriba en las boletas los nombres de otros candidatos, lo que dificulta el conteo. Pero a esta hora de la mañana el conteo aún está lejos y en algunos puntos de la ciudad las mesas se demoraron en abrir y eso generó rispideces con la gente que desde las siete de la mañana esperaba su turno.
"Los paquetes con las boletas llegaron a las 7:15 de la mañana y está prohibido que los abramos antes de las 7:30. La votación debe comenzar a las ocho, pero para eso hay que volver a contar las boletas [hasta 750 por mesa de votación] armar las urnas y los cuartos de votación. Nosotros empezamos 8:40 porque nos faltó una persona", explicó Enrique Prieto, de 41 años, dedicado a la banca de inversión, y uno de los voluntarios que fungió como presidente en uno de los puntos de la colonia Condesa, en la delegación Cuauhtémoc, ubicada en el corazón de la ciudad. Dijo a Sputnik que su motivación para asumir la responsabilidad de la tarea fue "conocer a los vecinos y al proceso, que ahora creo que es totalmente transparente. Aquí no hay manera de hacer trampa".
En otra de las casillas ubicada en el borde entre el Centro Histórico y la Colonia Morelos, zonas populares, se vio el mismo entusiasmo. Está ubicada en el zaguán de una de las grandes vecindades construidas por el Instituto de Vivienda local, en donde los vecinos aceptaron convivir con la elección, que se les instaló, literalmente, adentro de su casa. Colaboraron, organizaron a la gente que llegaba y facilitaron el conteo, cuidando la seguridad del lugar mientras se realizó el primer escrutinio.

Sebastián Araujo es un joven que votó por primera vez y que en esta elección se desempeñó como capacitador del ámbito electoral (CAE) para el Instituto Electoral de la Ciudad de México, encargado de trasladar, junto al presidente de estas casillas, la información del primer conteo rápido realizado a las seis de la tarde. Para el joven se trató de "una elección muy particular, porque vienen muchas cosas diferentes. Entra el protocolo trans, que habla de personas transgénero, transexuales. Es decir, si un hombre llega a votar vestido de mujer, eso entra en sus derechos humanos y se respeta. Es una elección muy importante y por eso tiene un peso más grande que se haga este cambio en favor de más equidad de género", dijo a Sputnik. Para él, fue una experiencia muy amena y llamó a que todos salgan a votar.

Sin embargo el problema se presentó en las casillas dedicadas a los foráneos, es decir, a mexicanos que en el día de la elección no se encontraban en la localidad que tienen registrado frente al Instituto Electoral como su sitio de residencia. Este es el caso de una buena cantidad de estudiantes de otros puntos del país que se trasladan temporalmente a vivir en la Ciudad de México para concurrir a las universidades.

La casilla instalada en la Biblioteca Vasconcelos, a metros de la estación Buenavista, fue uno de los puntos álgidos de la jornada. La fila de personas que alrededor de la una de la tarde esperaban formadas para ejercer su voto doblaba la esquina. Un voluntario pasó a contar uno por uno a los votantes.
Eunice, de 26 años, llevaba esperando desde las 7:30 de la mañana. "Soy de Oaxaca pero ya vivo acá. Cuando quise cambiar mi [registro en el] INE [Instituto Nacional Electoral], no pude, hice mi cita pero no me dejaban y el chiste es que ya no pude actualizarla y ahorita estoy acá haciendo fila", explicó. Al momento de hablar con este medio se encontraba en uno de los primero lugares de la fila pero, de no logar votar, dijo a Sputnik que no creía poder intentarlo en otro lugar porque las otras casillas especiales también estaban saturadas desde el mediodía.
Allí la tensión fue creciendo hasta que reventó cerca de las cuatro de la tarde, cuando los funcionarios dijeron a la gente que ya no tenían boletas para ellos. El Instituto Electoral había anunciado que por ley deben entregar sólo 750 boletas a cada mesa y que, en palabras de su Consejero, Ciro Murayama, los foráneos tenían su posibilidad garantizada para ejercer el voto en las direcciones que tenían registradas ante el INE.
Uno de los jóvenes que esperaba desde temprano, Edgar, de 23 años, para quien ésta iba a ser su primera votación dijo que "desde las ocho de la mañana estaba formado, ¿cómo es posible que no haya boletas? Me frustra, estoy enojado. Es un derecho constitucional, sé que la ley marca que son 750 boletas por casilla, pero es una ley. Creo que debe prevalecer el artículo constitucional que marca que todo mexicano mayor de 18 años tiene derecho a votar y eso debe garantizarlo el INE", sostuvo.
El grupo de gente que había quedado vedado de ejercer su voluntad cívica, comenzó a organizarse en las puertas de la Biblioteca Vasconcelos y propuso que los inconformes se trasladaran a la sede del Instituto Electoral, al sur de la ciudad.
"El momento es ahorita, no hay que tomarlo a la ligera y decir 'me voy a mi casa a que siga todo como si nada'. No va a haber alguien del INE que venga y traiga las boletas. Queremos un cambio y eso es lo que estamos tratando de hacer", dijo una de las inconformes, a quien el resto de las personas en su situación le respondió con un fuerte: ¡Vámonos! Finalmente, unas 100 personas se manifestaron frente al edificio del INE pero su reclamo no causó mayores repercusiones.

Por fuera de este inconveniente, se trató de una elección sin problemas y con récord de participación. Consultado por Sputnik, el observador internacional Gil Cedillo, consejero electo de la ciudad de Los Ángeles, California, exsenador y exdiputado con más de 20 de años en la política en Estados Unidos y quien ya había participado como observador en las elecciones mexicanas, señaló la concurrencia como rasgo distintivo de estos comicios.
"Para nosotros es muy interesante. Acaban de ocurrir las elecciones en California [a comienzos de junio] que han sido muy importantes. California está en la resistencia contra el programa de Donald Trump, y desafortunadamente nada más que el 25% participó de la elección. Aquí está en 50% a las dos de la tarde. Es increíble la participación que existe aquí, la fé en el proceso del pueblo mexicano. Voy a regresar a mi país a hablar de la participación y la democracia que existió hoy. Felicidades a México por su expresión de democracia".
Para la hora del cierre de las casillas, a las seis de la tarde, cuando las boletas marcadas a favor de Morena (o los otros dos partidos que acompañaron al de López Obrador en la coalición Juntos Haremos Historia) empezaron a acumularse en los escrutinios de cada mesa. La sensación de triunfo que había acompañado a los votantes de AMLO durante todo el día, se hizo realidad. Las primeras encuestas no tardaron en aparecer y para las ocho de la noche, los otros tres contendientes aceptaron su derrota.


AMLO durante su discurso de victoria

López Obrador se trasladó primero a la casa de campaña, ubicada en la calle Chihuahua de la colonia Roma Norte, dónde un nuevo enjambre de periodistas y fotógrafos esperaba al político. Cerca de las nueve de la noche se trasladó al hotel Hilton Alameda, frente al Palacio de Bellas Artes. Allí todo estaba preparado para el acontecimiento mediático que siguió durante la noche.
Tres enormes pantallas habían sido ubicadas esperando a una multitud que se acercó a escuchar el primer discurso del presidente electo, que terminó con gritos, aplausos y lluvia de papel picado. A la medianoche, con el Zócalo de la Ciudad de México colmado de gente como hacía años no se veía, el nuevo presidente prometió al ‘ejército' de fieles que tenía enfrente que no los iba a defraudar. La gente que confió en él espera lo mismo.

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