El comandante de las Fuerzas de Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Qasem Soelimani, tuvo un papel destacado en el rescate del piloto ruso sobreviviente del caza derribado el martes por Turquía, según han revelado fuentes militares sirias.
Según un informe de este jueves de la sección persa de la agencia rusa de noticias Sputnik News, un alto funcionario castrense sirio ha desvelado que la operación para rescatar al piloto ruso en el norte de Siria fue realizado bajo la supervisión directa del general Soleimani y por seis comandos del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) y 18 comandos del Ejército sirio.
Como ha detallado la fuente, bajo condición de anonimato, en medio de los esfuerzos para recatar al piloto ruso, “el general Soleimani llamó a los rusos y les comunicó la preparación de una unidad especial para liberar al piloto”.
El general explicó a los rusos que debido a la composición de esa unidad -integrada por fuerzas sirias y de Hezbolá y entrenadas por Irán- y su pleno conocimiento a la situación geográfica, esas fuerzas se encargarían de la operación terrestre; y solicitó el apoyo de las fuerzas aéreas rusas, sus ayudas logísticas y el envío de información satelital necesaria, explica la fuente.
A cambio de todo esto, el general Soleimani “prometió el regreso del piloto sano y salvo, y ocurrió lo mismo”, enfatiza la fuente para después agregar que en el marco de esa operación los comandos sirios y de Hezbolá se acercaron a la primera línea de guerra entre el Ejército sirio y los terroristas, donde fue localizado el piloto, y gracias a la participación de fuerzas aéreas rusas se facilitó su entrada en la zona.
El lugar donde fue localizado el piloto ruso por satélites, a seis kilómetros de la primera línea de guerra, también se convirtió en un campo para “cazar a todos y cada uno de los terroristas presentes en la zona”.
Cada paso del avance de los comandos se vigilaba por satélites rusos, de manera que “incluso se informaba de la presencia de una hormiga a una distancia de cientos de metros”, añade.
El militar sirio opina que una de las causas del éxito de esta operación consistió en las divergencias que existían entre Turquía y los terroristas sobre el destino del piloto, pues Ankara “quería tomarlo como rehén y chantajear, mientras que los terroristas buscaban quemarlo, como el piloto jordano, para provocar miedo entre los pilotos rusos”.
Esta misma discordia permitió el desarrollo de la operación en unas horas doradas, pues los terroristas jamás imaginaron semejante operación sorpresa y rápida, precisa.
Al final, recuerda la fuente, el general Soleimani vigiló “personalmente” la operación y acompañó la sala de operación hasta su éxito en rescatar al piloto ruso.
El martes, un misil aire-aire lanzado por un caza turco de tipo F-16 derribó un caza ruso de tipo Sujoi-24 que, supuestamente, había violado el espacio aéreo turco, versión de los hechos rechazada por Rusia.
De los dos pilotos de esa aeronave, que se eyectaron del aparato después del ataque, a la vez que recibían fuego de ametralladoras de grupos armados desde suelo sirio, uno perdió la vida y el otro fue rescatado.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha tachado el derribo del avión ruso de “puñalada por la espalda que tendrá serias consecuencias para la relación de Rusia con Turquía”.
En concreto, Rusia ha cortado todos los contactos militares con Turquía, según comunicó el mismo martes el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rudskói.
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