lunes, 28 de septiembre de 2015

Assad y Sisi preparan una cumbre estratégica

Muchos países árabes no ocultan ya su deseo de que el gobierno del presidente Bashar al Assad salga victorioso de la lucha contra el terrorismo. Estos países hacen ya públicas sus críticas, a través de sus medios, a la postura de Turquía, Qatar y Arabia Saudí de patrocinar a los grupos terroristas, que afectan a cada vez más estados árabes.

Entre estos países está Egipto, donde responsables cercanos al presidente Abdul Fattah al Sisi señalan que este último afirma que “la supervivencia de Assad es la solución”. Esta postura ha sido también manifestada recientemente por el ex primer ministro jordano Marouf Bakhit en una conferencia reciente sobre la situación en Oriente Medio. “La solución en Siria es la supervivencia de Assad”, señaló.

Según el periódico palestino Al Manar, los presidentes Assad y Sisi podrían celebrar próximamente una cumbre, de gran significado político, dado el papel que Egipto, el país más poblado del mundo árabe, juega en la región. El principal tema de la cumbre sería el de establecer un marco de coordinación en la lucha contra el enemigo común de ambos países: el terrorismo takfiri.

Fuentes informadas manifestaron a Al Manar que Damasco y El Cairo han comenzado a preparar la celebración de la cumbre entre ambos presidentes. En este contexto, un enviado egipcio de alto nivel ha llegado a Damasco para entregar un mensaje al presidente sirio. Aunque el sitio de la cumbre no ha sido desvelado se cree que será la capital siria dentro de unas semanas, aunque las autoridades sirias ha dejado en manos de los egipcios la fijación de la fecha.

En los últimos meses, se ha producido un significativo desarrollo de las relaciones entre Siria y Egipto y el Ejército egipcio ha suministrado a su homólogo sirio armas, municiones y equipos militares. Al mismo tiempo, las autoridades egipcias han restringido las actividades de la coalición opositora siria en su suelo, incluyendo la cancelación de dos ruedas de prensa que estas últimas habían organizado.

Esto deriva también del convencimiento de Egipto de que, contrariamente a lo que afirman muchos medios occidentales, no existe una “oposición moderada” y que los grupos de la oposición exterior, principalmente la “Coalición Nacional Siria”, mantienen una cercanía ideológica con los Hermanos Musulmanes, una organización considerada terrorista por Damasco y El Cairo, o con otros grupos extremistas, como demuestran sus declaraciones de defensa del Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaida.

Esta aproximación entre Siria y Egipto ha irritado a los patrocinadores del terrorismo internacional: el gobierno de Erdogan en Turquía, Qatar y el régimen de Arabia Saudita. Los dos primeros están considerados como las principales fuentes de financiación de los Hermanos Musulmanes.

Sin embargo, esos gobiernos se hallan en la actualidad en una posición de gran debilidad. Turquía hace frente a una guerra sin fin aparente contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha causado ya la muerte de decenas de militares turcos, y Arabia Saudí está empantanada en un conflicto ruinoso, desde el punto de vista económico y de imagen, en Yemen. En cuanto a Qatar, su fallida apuesta por los Hermanos Musulmanes ha llevado a una caída de su influencia en el mundo árabe.

Según el periódico palestino Al Manar, los líderes saudíes ven con desmayo la aproximación de Egipto a Siria y el rey Salman y su hijo, el segundo príncipe heredero y ministro de Defensa Mohammed bin Salman, han lanzado amenazas de cortar su cooperación con Egipto. Sin embargo, medios egipcios han restado importancia a tales advertencias señalando que el régimen wahabí de Riad no está cumpliendo sus promesas de ayuda económica desde hace tiempo debido a las dificultades por las que atraviesa la propia Arabia Saudí.

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