Ningún experimentado especialista en el Oriente Próximo ha tomado en serio el acuerdo sobre el alto el fuego en Siria firmado por Rusia y EEUU el 9 de setiembre en Ginebra pues todos saben del plan de Washington para balcanizar el país, destituir al presidente Bashar Asad y hacer fracasar los intentos de Moscú de preservar la integridad de Siria.
"Me siento solitario sin guerra". (Winston Churchill, 1874-1965)
Apenas pasaron siete días desde la supuesta entrada en vigencia del acuerdo, para que los mismos norteamericanos lo violaron impunemente y en un acto de provocación bombardearon las posiciones de las tropas del Ejército Árabe Sirio (SAA) ocasionando 62 muertos y más de 100 heridos, y peor aún, pese a toda evidencia en su contra acusaron a Siria y Moscú de atacar con bombas a los camiones de ayuda humanitaria.
Como ya es costumbre, para Washington fue "un fallo de inteligencia" y "producto de un simple error" pero para los peritos en el tema, fue un acto deliberado. El día anterior al ataque, drones norteamericanos sobrevolaron varias veces el cerro Jabal al Tharda de la provincia de Deir Ezzor desde el cual un destacamento del Ejército sirio estaba protegiendo el aeropuerto recientemente recuperado de las manos de los yihadistas. En vísperas del ataque, el radar del aeropuerto fue interferido por esos drones y según la publicación independiente árabe Al Masdar News, cinco horas después que los 1.000 comandos de la Guardia Republicana del SAA tomaron las posiciones en el cerro, dos aviones F-16 y dos aeronaves A-10 piloteados por norteamericanos, daneses, australianos y británicos lanzaron bombas y misiles contra las posiciones de las tropas del Ejército sirio. Por supuesto, lo hicieron con la ayuda de los correctores de fuego que estaban en las cercanías del lugar.
Entonces, todas las lamentaciones de Barack Obama sobre un 'error' representan un enésimo acto de cinismo por parte de los líderes norteamericanos. Fue un 'error' deliberado para atacar a uno de los destacamentos militares sirios mejor entrenado infligiéndole un sustancial daño y a la vez provocar a los rusos midiendo los límites de su paciencia. Pero hay más aún, coincidentemente, cuando crecía el rechazo de la opinión pública por esos actos, ¡oh sorpresa! se produjeron dos supuestos actos 'terroristas' en Nueva York y Nueva Jersey, y así toda la atención mediática mundial se dirigió hacia ese punto.
Las posiciones sirias que EEUU bombardeó estaban ocupadas por el SAA desde hace seis meses y los militares norteamericanos lo sabían perfectamente, entonces el 'error' no hubiera tenido oportunidad. Hasta el 17 de septiembre, los estadounidenses hicieron un espectáculo de supuestos 'ataques' contra los yihadistas de Frente Fatah al Sham —anteriormente conocido como Frente al Nusra— y del autoproclamado Estado Islámico (EI), denominado Daesh, ambas organizaciones proscritas en Rusia y otros países, evitando lanzar misiles y bombas contra las posiciones del SAA. Por lo visto, frente a las últimas victorias de las tropas del SAA, en parte gracias al apoyo aéreo y asesoramiento ruso, los líderes de Washington decidieron que había llegado la hora de poner la alianza rusa-siria a prueba.
El régimen de alto el fuego ya se había roto por Washington y todo indicaba que los yihadistas sabían con anticipación sobre el ataque de los aliados, porque inmediatamente después del bombardeo el Frente Fatah al Sham logró ocupar temporalmente un tramo de la carretera, de aproximadamente un kilómetro, en las cercanías de Alepo, logrando así expulsar a las tropas gubernamentales y las milicias. Frente a esta situación, el Alto mando del SAA declaró el fin a la tregua e hizo retroceder a los yihadistas otra vez. Según los informes de la agencia estatal de información siria SANA, el presidente Asad declaró que "cada vez que el Estado sirio hace tangibles progresos sobre el terreno o hacia la reconciliación nacional, las organizaciones anti-Siria incrementan su apoyo a las organizaciones terroristas".
En realidad, durante todos los intentos del Gobierno sirio y sus aliados rusos de mantener unilateralmente el cese de fuego, los destacamentos de la oposición y en especial, los del Frente Fatah al Sham y de Daesh fueron reabastecidos y utilizaron el alto el fuego para restaurar su capacidad combativa en Alepo, Hama y Homs con la ayuda de EEUU y sus aliados de Arabia Saudí, Turquía, Catar y Jordania. Apenas se acercaba el fin de la tregua ya emprendían sus ataques con mayor fuerza. Muchas veces, como en el último cese al fuego fueron registrados más de 300 violaciones. Recientemente, un convoy de ayuda humanitaria, perteneciente a las Naciones Unidas y compuesto de 40 camiones que se dirigían a Alepo, fue alcanzado por cinco misiles lanzados por el Frente Fatah al Sham.
En el caso del último acuerdo sobre el cese al fuego, Washington ni siquiera quiso publicar su contenido y presionó a Rusia para que hiciera lo mismo. Todo para ocultar sus planes reales sobre Siria resumidos en el Plan A y el Plan B, ambos orientados en crear tres o cuatro nuevos Estados en su territorio al estilo de la República Federal de Yugoslavia que fue dividida en siete países: Serbia, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina y la autoproclamada República de Kosovo. La presencia de los rusos en Siria desde septiembre 2015 y los ataques de sus aviones contra las posiciones de Frente Fatah al Sham, Daesh, Al Qaeda ha representado un serio obstáculo para los norteamericanos en su empeño de hacer balcanizar el país.
En su reciente artículo 'El verdadero papel de EEUU en Siria', el promotor de las reformas de 'Terapia de Choque' en Bolivia, Polonia y Rusia, Jeffrey Sachs, afirmó que "EEUU ha participado en la guerra de Siria desde el 2011".
En enero del 2013, The New York Times informó sobre una "orden presidencial secreta de Barack Obama a la CIA para armar a los rebeldes sirios". En aquel entonces el presidente aseguró que "no habría botas estadounidenses en el terreno". Pero cuando Rusia empezó a bombardear a Daesh y al Frente Fatah al Sham, Washington exhortó al Kremlin de "abstenerse de poner en riesgo las tropas norteamericanas en Siria". A pesar de que el Congreso nunca dio la autorización al presidente de desplazar sus fuerzas especiales a Siria, Barack Obama utilizó el permiso del poder Legislativo para usar las fuerzas armadas contra los culpables de los ataques del 11S dando su visto bueno al Ejército para librar su guerra en Siria con el permiso disfrazado del Congreso.
Lo que realmente preocupa a Washington, según el economista Jeffrey Sachs, no es la cuestión siria, sino la creciente influencia de Rusia e Irán en el Oriente Próximo, lo que transforma los actuales combates en Siria en "una guerra por intermediarios contra Rusia e Irán". No hay que olvidar que Barack Obama está rodeado de asesores 'halcones' como Victoria Nuland, Strobe Talbott, Max Boot, Leon Panetta, Samantha Power, Michael McFaul, Laura Rosenberg, Madeleine Albright, Jake Sullivan, Philip Gordon y Julianne Smith quienes comparten unánimemente la consigna del excandidato presidencial Mitt Romney que "Rusia es el peligro geopolítico número uno de Estados Unidos".
Por eso no es de extrañar que Max Boot del Consejo Presidencial de Asuntos Exteriores justificó el reciente bombardeo en Deir Ezzor y que la representante de EEUU en las Naciones Unidas, Samantha Power, abandonara la sala del Consejo de Seguridad durante la acusación del embajador ruso Vitali Churkin contra el Gobierno norteamericano por el último ataque contra las tropas gubernamentales de Siria y su ayuda a Daesh. La embajadora norteamericana consideró la convocatoria y las acusaciones rusas como "hipócritas y aburridas" y que "no era interesante escuchar a Churkin".
Las recientes especulaciones sobre la división de opinión entre el Pentágono que está contra el alto al fuego y el departamento de Estado que lo está tratando de implementar son pura demagogia. El secretario de Defensa, Ashton Carter, que aparentemente quiere torpedear el cese al fuego para intensificar el conflicto, expandir la presencia norteamericana en Siria y enfrentar a Rusia directamente.
En realidad expresa las ideas de los asesores 'halcones' de Barack Obama y los del departamento de Estado por mucho que su secretario John Kerry lo niegue. Sus intereses coinciden y reflejan los propósitos de las elites norteamericanas que quieren sacar a Bashar Asad del poder, dividir Siria en varios Estados minúsculos, poner un líder sumiso en Damasco, atravesar Siria con gasoductos de Catar a Turquía y a Israel y, lo más importante infligir una humillante derrota a Moscú antes de las elecciones presidenciales en Rusia en marzo de 2018 para poner fin a la carrera de Vladímir Putin.
El cineasta norteamericano y autor de la película 'Snowden', Oliver Stone confirma la validez de esta tesis al declarar que "estamos preparándonos para una guerra caliente o una guerra híbrida para hacer retornar el Estado ruso a la subordinación de los años 1990 o estamos preparándonos para una guerra completa que destruiría a nuestro país. Nuestros ciudadanos deberían saber esto pero están fuera de la verdad porque nuestros medios de comunicación la distorsionan para obtener apoyo para nuestro 'respetable' y 'altamente agresivo gobierno'". En opinión de Stone, "No estamos en peligro [EEUU], sino somos el peligro".
Esta es la triste realidad que domina Siria y la supuesta lucha de Washington contra el Frente Fatah al Sham y el Daesh es pura fantasía. En agosto de 2016, el Frente Fatah al Sham cambió de nombre y se convirtió en un grupo 'revolucionario' moderado, en estimación del departamento de Estado, el Frente Fatah al Sham que se unió con el otro grupo radical de yihadistas Harakat Ahrar al-Sham, para así formar el Ejército Libre de Idlib. Su propósito es el mismo y consiste en crear un Califato global que no estará sujeto a las limitaciones geográficas ni temporales.
Respecto a las ausencias de las limitaciones geográficas es cierto, pues bajo la tutela de Washington y sus aliados de la OTAN y la protección de la base norteamericana más grande en Europa, 'Bondsteel' localizada en Kosovo, según el analista militar serbio Milovan Dretsun, los yihadistas de Frente Fatah al Sham y Daesh reciben adiestramiento en ocho campos de entrenamiento. Esta información también fue confirmada por el excomandante de la Legión Extranjera en Kosovo, el coronel Jacques Hogar.
Washington y Bruselas están al tanto del proyecto del Califato global y las promesas de Barack Obama de combatir al yihadismo son puras palabras, las cuales se las lleva el viento inmediatamente después de haber sido pronunciadas. El Califato global está concebido por los 'halcones' norteamericanos y los liberales intervencionistas europeos como un instrumento para sembrar el caos global y obtener el control mundial. Pero tanto Washington como Bruselas no se dan cuenta de que el "genio de la lámpara", no de Aladino por supuesto, sino del Pentágono y de la CIA que está liberando la Casa Blanca podría rebelarse algún día y lanzarse con todo su poder acumulado contra sus propios creadores y amos. Como dice el refrán popular, "cría cuervos y te sacarán los ojos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario