Un informe con pruebas de una masacre de kurdos ocurrida en Cizre, Turquía, fue entregado al Alto Comisionado de la ONU, informó este martes el presidente de la Asociación de Derechos Humanos del país, Ozturk Turkdogan.
"Hablé con el presidente del Alto Comisionado de la ONU para DDHH sobre la postura rusa y sobre lo sucedido en Cizre. Tenemos un informe sobre lo ocurrido con testimonios de sobrevivientes y se lo hicimos llegar", dijo Turkdogan.
La ONG turca denuncia que la tragedia de Cizre puede repetirse al menos en ocho asentamientos kurdos donde Ankara lleva a cabo su operación especial, ante todo en aquellas donde fue impuesto el toque de queda.
Turkdogan mencionó como posibles escenarios de nuevas masacres Sipoli, Sirnak, Diyanbakir, Nusaybin, Yuksekova, Idil, Hakkari y Mardin, destacando que en Sirnak y Nusaybin la situación en que se encuentra la población civil es crítica.
"Tememos que, si los ataques siguen como hasta ahora, en todas esas ciudades tenga lugar algo semejante a lo que sucedió en Cizre", advirtió.
Por otro lado, la Asociación de Derechos Humanos de Turquía acusó al Gobierno de haber desatado una guerra contra la comunidad kurda del país.
"En Turquía se está librando una guerra contra la población kurda. Las autoridades la conducen bajo la consigna de lucha contra el terrorismo", declaró RIA Novosti Turkdogan.
En su opinión, "se trata de un conflicto armado interno" y la comunidad internacional debe "tomar iniciativa y llamar al Gobierno de Turquía a cesar la guerra contra los kurdos".
Turkdogan afirmó que las autoridades no hacen distinción entre rebeldes y civiles y mantienen bloqueadas las localidades kurdas en el sureste del país.
En los distritos de Sirnak y Nusaybin se libran en estos momentos encarnizados combates, esta última localidad está
sometida a un intenso bombardeo y numerosas tropas llegan allí enviadas por las autoridades centrales.
"Unos 500.000 kurdos abandonaron sus hogares en los últimos meses", denunció el defensor de derechos humanos.
La Asociación de Derechos Humanos estima que la violencia se cobró las vidas de 353 civiles y dejó 245 heridos en los primeros meses de 2016.
Las bajas de la guerrilla kurda, según Turkdogan, son de 569 muertos y 16 heridos.
"Ya no cabe hablar de seguridad en Turquía, hay una guerra civil", sentenció.
Turkdogan criticó a la Unión Europea por devolver refugiados sirios a Turquía, como si fuera un país seguro.
"El acuerdo entre la UE y Turquía contradice las leyes básicas sobre los refugiados: ¿cómo es posible que Turquía, que mata a su propia población y destruye sus casas, acoja a extranjeros en su territorio?", interrogó.
El sureste de Turquía se sumió a finales de julio de 2015 en una nueva espiral de hostilidades entre las fuerzas de seguridad y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), declarado como terrorista por Turquía, la UE, EEUU y varios países más, pero no por la ONU.
Los enfrentamientos dieron al traste con el proceso del arreglo iniciado en 2012 para encontrar una solución sostenible al problema kurdo.
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