miércoles, 27 de abril de 2016

Hezbolá preparado para toda eventualidad en la frontera sur

Desde hace semanas, los combatientes de Hezbolá se hallan en estado de alerta en el sur del Líbano. Varias informaciones precisas sobre una posible agresión israelí contra el Líbano en el curso de los próximos meses han llegado a este partido, que inmediatamente ha tomado las precauciones requeridas. Estas informaciones han sido consideradas como serias por el mando de Hezbolá, sobre todo teniendo en cuenta que el contexto regional parece propicio a acontecimientos dramáticos.

Hezbolá estima que el posicionamiento agresivo de Arabia Saudí y de los otros países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo en general contra el acuerdo norteamericano-iraní en el tema nuclear, así como su hostilidad declarada contra Hezbolá constituyen una luz verde indirecta a Israel para que lleve a cabo una nueva guerra contra el Líbano.

Los dirigentes saudíes y sus aliados árabes no ocultan su voluntad de acabar con Hezbolá, al que consideran "el instrumento árabe de Irán" y utilizan todas las cartas posibles para aislarlo y debilitarlo, política y económicamente, e intentan manchar la imagen del movimiento de resistencia contra Israel. 

Este clima de hostilidad árabe y de fomento de las tensiones comunitarias en la región por parte del régimen saudí podría ser utilizado por los israelíes para lanzar una operación militar contra Hezbola en el Líbano.

En los círculos de Hezbolá se considera que los israelíes podrían pensar que tal operación no sería objeto de una condena árabe, como ya sucedió en 2006. Por el contrario, ella serviría directamente a los intereses comunes objetivos de los países del Golfo e Israel.

En este contexto, el secretario general de Hezbola, Sayyed Hassan Nasralá, concedió una entrevista televisada hace pocos días en la que claramente amenazó a los israelíes con bombardear sus instalaciones nucleares. Por primera vez, el quiso dejar claro de forma directa que posee informaciones precisas sobre los emplazamientos de las instalaciones nucleares israelíes.

Anteriormente, Sayyed Hassan Nasralá evocó ya la presencia de depósitos de amonio cerca de localidades habitadas en la entidad sionista y amenazó con bombardearlos en respuesta a una agresión israelí contra el Líbano. Según próximos a Hezbola, él quiso ser muy claro con el fin de evitar precisamente la agresión. Si él no hubiera estimado que la amenaza de una agresión israelí era seria, no habría llevado a cabo tales revelaciones.

Por otro lado, fuentes próximas a Hezbolá no cesan de repetir que el movimiento libanés dispone de misiles tierra-tierra y de misiles antiaéreos, todos ellos muy precisos y capaces de alcanzar objetivos israelíes muy alejados de la frontera libanesa. Además, dichas fuentes han dejado entrever que el partido posee misiles rusos antibuque así como otras armas rusas. 

No es por casualidad que el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, haya reconocido recientemente a la prensa que su Ejército ha bombardeado hasta diez veces depósitos de armas destinadas a Hezbola en el territorio sirio. 

Sin embargo, Israel ha podido impedir la llegada de nuevos misiles sofisticados al arsenal de Hezbola. El movimiento libanés ha dejado entender que poseen también drones que podría utilizar en una nueva guerra, si ella tiene lugar.

Todas estas amenazas y contramedidas no son simples gestos. En todo caso, para Hezbolá se trata de una hipótesis sería y el tono utilizado por su secretario general ha recordado a Israel los riesgos que sufriría en caso de una nueva agresión contra el Líbano.

Fuentes próximas a Hezbolá estiman que el tono de los dirigentes israelíes se ha rebajado ya, pero consideran que la vigilancia debe continuar, sobre todo en el contexto régional actual.

Por su parte, medios diplomáticos occidentales son más escépticos. Ellos no creen mucho en una ofensiva inminente israelí contra el Líbano y estiman que los israelíes no tomarán tales riesgos mientras que los desarrollos regionales sirvan a sus intereses en la región. 

Por su parte, el director del periódico árabe Rai Youm, Abdel Bari Atwan, considera que Israel tiene miedo, en realidad, de Hezbola, aunque se ha beneficiado del hecho de que la mayor parte de los regímenes árabes son ahora sumisos hacia Israel y mantienen vínculos con la entidad sionista, bien sea ocultos o manifiestos. 

En una entrevista con la cadena de televisión Al Mayadin, Atwan cree que todos los pueblos árabes rechazan cualquier normalización con Israel y considera que la entidad sionista se haya debilitada. En segundo lugar, EEUU, el principal aliado de Israel, busca abandonar Oriente Medio y dirigir su atención hacia Asia, donde sus intereses son mucho mayores.

Por otro lado, Israël, no cuenta ya con el debilitamiento de Hezbolá en siria y cree, además, que el Ejército sirio se ha reforzado considerablemente gracias a la ayuda rusa.

Con respecto a las amenazas lanzadas por el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, Atwan señaló que "no creo que los aviones israelíes continúen violando ya, al menos en la misma medida que antes, el espacio aéreo sirio ahora que los misiles antiaéreos rusos están situados en ese país. Además, los rusos no aceptarán que los israelíes se inmiscuyan en el conflicto de Siria. El Presidente ruso, Vladimir Putin, desea reforzar el ya fuerte vínculo que une a su país con Siria. Netanyahu ha ido a Moscú tres veces en medio año. Esto demuestra su temor con respecto este tema.

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