lunes, 17 de octubre de 2016

[Análisis] La sostenibilidad de Rojava y la estrategia regional del PKK


Mientras los kurdos continúan persiguiendo su meta de un territorio continuo en el norte de Siria, diferentes factores no militares determinarán si su emergente pequeño estado es viable a largo plazo, incluyendo una multitud de cuestiones demográficas, económicas, de agua y petróleo.

Aunque todavía es difícil predecir el futuro de Siria en su totalidad, la existencia de una creciente autonomía en la región kurda a lo largo de la frontera norte del país se ha convertido en una realidad. Por ahora, los límites de este “Kurdistán sirio” (Rojava) permanecen difusos y pueden ser diferentes de los reivindicados por el Partido de la Unión Democrática (PYD) kurdo. Sin embargo, los esfuerzos en curso del grupo para expandir y fusionar sus cantones reflejan un firme compromiso por reunir a los kurdos de Siria en un pequeño estado económicamente viable que se amplíe tentadoramente cerca del Mar Mediterráneo – una posibilidad que podría también promover los objetivos de su organización paterna en Turquía, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

DIVISIONES ÉTNICAS EN EL NORTE DE SIRIA – Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, Fabrice Balanche y Mary Horan, agosto del 2016



POBLACIÓN KURDA, APENAS UNA MAYORÍA EN ROJAVA

Desde su victoria en Kobane en enero del 2015, el PYD ha continuado su expansión en el territorio. La mayor parte de ésta ha sido a expensas del Estado Islámico (IS), pero los kurdos también han tomado zonas de otros rebeldes en el corredor de Azzad y el ejército sirio en Hasaka. Incluso si estas áreas son solo unas pocas millas cuadradas, sin embargo, son importantes estratégicamente; por ejemplo: Hasaka es una capital de provincia, por lo que cualquier barrio ganado es significativo.

Desde las homogéneas zonas kurdas de Afrin, Kobane y Qamishli, el PYD se ha propuesto conquistar territorios mixtos árabes-kurdos e incluso algunas zonas no kurdas. El último objetivo del grupo es establecer continuidad territorial entre sus bastiones kurdos, una meta que impulsó tomando Abyad en la primavera del 2015 y Manbij a comienzos de este mes (técnicamente, la ofensiva de Manbij fue dirigida por las Fuerzas Democráticas Sirias, o SDF, árabes y kurdas, pero los kurdos dominan la coalición). La razón para la conquista en febrero de al-Shadadi en el sur de la provincia de Hasaka – un territorio no kurdo – era controlar pozos de petróleo cercanos y cortar la ruta de Estado Islámico entre Mosul y Raqqa.

EXPANSIÓN DEL PYD EN EL NORTE DE SIRIA – Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, Fabrice Balanche y Mary Horan, agosto del 2016


Hoy en día, el PYD controla un territorio en el cual viven cerca de dos millones de personas, pero solo un 60% son kurdos. En el cantón oriental de Cizire y el cantón central de Kobane, los kurdos constituyen una ligera mayoría de la población (55%). En el distrito occidental de Afrin (una división administrativa oficial siria), la población kurda es casi del 100%, pero los mapas de Rojava del PYD indican que el “cantón de Afrin” con el tiempo incorporará los distritos de Azaz, Jarabulus, el norte de al-Bab y el norte de Manbij – un resultado que diluiría la población kurda a entorno al 30%. Presumiblemente, el PYD no tratará de conquistar los territorios árabes y turcómanos de Azaz y Jarabulus en los próximos meses, ya que son una baja prioridad estratégica por el momento y demasiado notables para Turquía; ayer mismo, Ankara lanzó nuevas operaciones militares en la zona de Jarabulus.

Por razones demográficas y estratégicas, los kurdos tampoco tienen el deseo de atacar Raqqa, la capital del autodenominado “califato” del Estado Islámico, al menos hasta que sean capaces de unir Afrin y Kobane. Si IS empieza a plantear una seria amenaza para Rojava desde Raqqa, los kurdos podrían lanzar una ofensiva allí como hicieron contra al-Shadadi cuando las fuerzas locales de Estado Islámico amenazaron Hasaka. Pero al-Shadadi está quince veces menos poblado que Raqqa, por lo que los cálculos probablemente podrían ser diferentes.

ROJAVA: POBLACIÓN Y FUTURA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA – Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, Fabrice Balanche y Mary Horan, agosto del 2016

¿LIMPIEZA ÉTNICA?

Cuanto más expanda el PYD su territorio, más población no kurda tendrá que integrar. Esto es particularmente cierto en la zona de Manbij, entre los ríos Éufrates y Afrin, donde los kurdos representan menos de un cuarto de la población. Pero el PYD parece determinado en su objetivo de conectar los cantones, y los líderes del grupo creen que varios esfuerzos de “kurdificación” podrían ayudar a traer a una gran parte de la población bajo su bandera. Nombres de pueblos y mapas publicados durante el mandato francés indican que una proporción significativa de localidades que eran clasificadas oficialmente como árabes realmente tienen orígenes kurdos. Al frente de la dominación del PYD, estos kurdos de habla árabe podrían elegir convenientemente reconectar con sus raíces kurdas. Además, la demografía de la zona podría verse sustancialmente modificada si los refugiados árabes que una vez vivieron allí no regresan; los refugiados kurdos es mucho más probable que regresen debido a la ascensión del PYD. Esto es particularmente cierto en el distrito de Tal Abyad, donde los árabes que apoyaron a Estado Islámico son personas non gratas.

Lamentablemente, los kurdos también podrían elegir superar sus debilidades demográficas en algunas partes de Rojava empleando una limpieza étnica o aliándose con tribus árabes que quieren ponerse de lado del más fuerte para conseguir venganza. Por ejemplo, muchas tribus no quieren nada más que eliminar a sus rivales que se han puesto de lado de Estado Islámico; esta es la estrategia del clan Shammar, liderado por Sheikj Hamidi Daham al-Hadi en el sur de Hasaka. El PYD también espera atraer a algunos kurdos entre el millón que actualmente vive en Damasco y Aleppo. Para que esto ocurra, sin embargo, necesitaría mejorar en gran medida la mala situación económica de Rojava.

FALTA DE AGUA

Antes de la guerra, el régimen de Assad dejó deliberadamente subdesarrolladas las zonas kurdas, principalmente como una forma de incitar a los kurdos a migrar a las grandes ciudades, donde podían ser arabizados con mayor facilidad. De forma similar, la región de Jazira (Cizire) fue tratada como una especie de “colonia interna” consagrada exclusivamente a la producción de grano y algodón. Hoy en día, la agricultura allí permanece siendo muy tradicional y ha sufrido dramáticamente la escasez de agua desde el cambio de siglo. El exceso de consumo de agua en el lado turco de la frontera redujeron los suministros en el norte de Siria, y el régimen de Assad no hizo ningún intento serio de resolver el problema. A diferencia del Valle del Éufrates, donde los granjeros reciben agua barata y abundante debido a los proyectos de irrigación, los granjeros de Jazira se abastecen de pozos privados. En los años previos a la guerra, la sequía y los triplicados precios de los carburantes para las bombas motorizadas causaron una significativa reducción de las áreas de Hasaka cultivadas.

Un proyecto de riego extensivo del río Tigris fue planeado para 2008, pero la falta de voluntad política en Damasco y el eventual levantamiento frenó su implantación. Después de la guerra, la carencia de agua puede ser el primer problema que Rojava tiene que enfrentar, porque la agricultura es la principal fuente de ingresos de la población local. Incluso si los administradores priorizan la estación de bombeo del Tigris, necesitarán negociar un acuerdo con Irak y Turquía acceder al río. Bashar al-Assad alcanzó ese acuerdo con Ankara en 2008, pero ahora todos los parámetros han cambiado.

Además, el control kurdo de la presa Tishrin en el Éufrates podría representar oportunidades para desarrollar el riego en el oeste de Rojava, que también sufre de escaseces. Sin embargo, cualquier esfuerzo probablemente crearía problemas con los granjeros árabes que viven aguas abajo.

EL PETRÓLEO DE ROJAVA TODAVÍA NO ES EXPORTABLE

La presencia de pozos de petróleo en Jazira es una ventaja para Rojava; antes de la guerra, los campos de petróleo de al-Malikiyah y al-Shadadi producían alrededor de una tercera parte de los 380.000 barriles del país. Desde entonces, esa cifra ha colapsado debido a la falta de mantenimiento y a los oleoductos cerrados. Aun así, el petróleo se ha convertido en la mayor fuente de ingresos de la administración de Rojava, y les da el potencial para una futura autonomía económica. Con el tiempo, Rojava podría exportar una mayor parte de su producción si encuentra la solución adecuada para el transporte.

La exportación directo a través de Turquía parece imposible por razones políticas. Si el oleoducto original al terminal litoral sirio de Banias se reabriera, Rojava podría finalmente vender petróleo al gobierno Sirio, pero Damasco, probablemente se opondría a pagar el precio completo por “su propio petróleo”. Como alternativa, los sirios kurdos podrían utilizar el oleoducto iraquí kurdo a Turquía, aunque eso requeriría llegar a un acuerdo con el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG). El partido en este momento en el poder allí, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP), tiene muy malas relaciones con el PYD debido a largas décadas de tensión con el PKK; los grupos iraquí y turco siguen ideologías completamente diferentes y están dirigidos por fuertes líderes que se detestan mutuamente. En parte, como resultado, el comercio entre los kurdos sirios y el KRG ha sido errático. Estos obstáculos podrían causar problemas a largo plazo para Rojava debido a que el KRG es su única conexión terrestre con el mundo exterior además de la frontera con Turquía (que está cerrada) y el valle del Éufrates (que el Estado Islámico controla).

¿UN CORREDOR DEL PKK HASTA EL MEDITERRÁNEO?

La situación del petróleo resalta el principal obstáculo para la sostenibilidad de Rojava: su aislamiento. La sociedad kurda es muy resistente y puede aceptar las espartanas condiciones de vida, pero mucha gente ha estado abandonado las áreas de control del PYD. Para parar la hemorragia poblacional, el PYD tendrá que desarrollar la economía, lo que requiere la libre circulación hacia y desde otros países. Sin embargo, las relaciones con Turquía y el KDP no pueden mejorar a corto plazo, y la línea temporal para erradicar al Estado Islámico y estabilizar el Éufrates es incierta.

Por lo tanto, la única alternativa podría ser establecer una conexión al oeste con Aleppo y la zona controlada por el régimen, lo que requeriría que el PYD acelerase su programa para crear un vínculo territorial entre Afrin y Kobane. En esta consideración, es importante recordar que el PYD es la descendencia del PKK y comparte sus objetivos regionales. La extensión de Rojava hasta el Mediterráneo podría facilitar tanto independencia de Bakur como una mayor integración con el KRG, suponiendo que Washington pudiera presionar al KRG a abrir su frontera con Rojava. Sin lugar a dudas, el PYD no ha mencionado su ambición de alcanzar el Mediterráneo, y reducir la brecha de setenta kilómetros entre la frontera occidental y la costa reclamadas por Rojava implicaría grandes obstáculos. No solo es un área poblada enteramente por no kurdos, sino que Turquía y quienquiera que controle el corazón alauita, se opondrían enérgicamente. Sin embargo, algunos kurdos sin duda sueñan con establecer un puerto kurdo, por lejana que sea la posibilidad.
ROJAVA: ¿UN FUTURO CORREDOR KURDO HASTA EL MAR? – Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, Fabrice Balanche y Mary Horan, agosto del 2016

Por último, la guerra podría dar lugar a otros resultados que impulsaran los proyectos regionales del PYD y el PKK, tales como un estado Alauita en la costa y/o un estado suní árabe más hacia el este. Los mapas oficiales de Rojava ya conciben un límite occidental que se extiende hasta el borde del corazón alauita, por lo que establecer amistosas relaciones económicas y privilegios de acceso costero con esas entidades a largo plazo no está fuera de cuestión.


Fuente: Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo
Autor: Fabrice Balanche

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